Capítulo 22

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¡Hola! Gracias por todos los comentarios, como ya sabéis me gusta saber vuestra opinión sobre lo que escribo. No sé si os interesará, probablemente no pero os lo digo igualmente, he comenzado a traducir Similar Enough a inglés, si sabéis de gente de otros países podéis hablarles sobre la novela y eso, bueno, no tengo mucho más que deciros, simplemente os voy a hacer un poco de spam sobre mi otra novela: Bad Boy, Good Lips y su segunda temporada Good Girls Love Bad Boys, es de Zayn por si os queréis pasar, está en mi perfil.

Pido 105 votos y que comentéis para el próximo. 

Gracias por el apoyo, besos xx

No recuerdo cuando me dormí pero al abrir los ojos, me sentía realmente cansada, había acumulado mucha tensión en las últimas horas y ahora me estaba pasando factura. Había tenido una pesadilla pero por suerte no la recordaba demasiado. Miré el reloj, era temprano, casi las siete de la mañana.

Podría haber dormido perfectamente medio día y de hecho creo que fue así. Miré mi móvil pero como de costumbre, no tenía nada que revisar, ni mensajes ni llamadas de nadie. Me gustaba esta tranquilidad.

Me levanté de la cama y fui a ducharme, después cogí mi móvil y fui a la cocina a desayunar. Aún no me encontraba del todo bien físicamente y por no hablar psicológicamente, por fuera todo parecía estar bien, pero no. Nada iba bien.

Estaba preparando mi desayuno cuando el móvil empezó a vibrar encima de la mesa, dejé todo a medio hacer y fui a ver quién llamaba tan jodidamente temprano. El nombre de Jonh apareció en la pantalla y entonces lo recordé todo, la puta fiesta es dentro de tres días y no hemos mirado el disfraz.

Siendo sincera no tenía ningunas ganas de ir pero tendría que hacerlo por él. Descolgué y me llevé el móvil al oído.

-¿Estabas durmiendo? –Preguntó.

-Para tu suerte no, de lo contrario habría ido a dónde quiera que estés y habría hecho que te comieras el teléfono. –Él se rió y yo esbocé una pequeña sonrisa.

-¿Qué tal si me paso por tu casa a la hora de la comida para ver los disfraces? Es el único momento que tengo libre. –Preguntó, yo seguí preparando el desayuno.

-Vale, salgo del instituto a las tres, así que si me recoges llegamos antes. –Planeé, me costaría horrores caminar así que prefería que me llevara en su moto. Sí, tiene una moto y es la hostia.

-Oído cocina. A las tres me tienes en la puerta de tu instituto para recogerte, ¿tienes casco? –Me estrujé la cabeza para pensar dónde mierda había metido el casco que tenía pero nada, no me acordaba.

-No tengo ni puta idea de donde guardé el casco. –Me sinceré.

-Vale, sin problema, tengo dos así que te llevo uno y listo. –Nos despedimos y colgué.

Cuando terminé de preparar mis tortitas, las llevé a la mesa y empecé a comer. Terminé deprisa porque tenía mucha hambre, había estado casi un día entero sin comer y eso no es nada normal en mí.

Digamos que no pierdo el tiempo en matarme de hambre, yo soy como soy, si te gusta bien y si no pues te jodes y te vas por dónde has venido. Fin de la historia.

Me quedaba aún una hora para entrar así que me tumbé en el sofá e hice zapping porque a estas horas no ponían nada bueno.

Cuando creí que debía salir para llegar tarde a la primera hora, abandoné mi, todavía, casa sin olvidar mi mochila con lo de siempre. De camino encendí un cigarrillo y anduve sin prisa, si podía perderme la segunda también, no me importaría.

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