Capítulo 7

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¡Hola! Siento haber tardado tanto en subir esta vez, pero es que los votos no subían y por eso no he tenído prisa, de todas formas, también entiendo que estando en épocas de clase, pues no hay tiempo para leer fanfics, pero me gustaría que las lectoras fantasma dieran la cara porque tengo bastantes lecturas en los capítulos y casi nadie vota, muchas menos comentan. 

Esta vez quiero 65 votos y 20 comentarios, hasta que no llegue a esas cifras no voy a subir y me da igual si tardo tres días como una semana entera. Es que de verdad me pone triste que no comentéis, ¿por qué? ¿por pereza? ¿por qué no queréis? ¿por qué no os gusta? Me gusta saber que opináis de verdad.

VOTAD. 

COMENTAD.

Un beso xx

Niall me miró por unos segundos que se me hicieron eternos, no podía permitirme perder su amistad como ya había perdido muchas otras. El silencio se extendió entre nosotros, demasiado denso, demasiado agobiante.

-Niall, lo digo enserio, por favor, perdóname. –No apartó la vista de mí, suspiró y me dejó pasar. Sentí que la presión que tenía en el pecho desaparecía con forme entraba dentro de la casa.

-Está bien, pero joder Kath, tienes que darte cuenta de que solo intenté ayudar. –Me reprochó- ¿Por qué mierda reaccionaste de esa forma? –Continuó, rodé los ojos, tenía que ser sincera con él aunque me costara.

-Porque no quería que entraras en mi casa y vieras en la mierda que vivo. –Le contesté sin mirarle mientras me sentaba en el sillón.

-Eso es una gilipollez, recuerda que ya estuve en tu casa hace tiempo cuando te ocurrió… eso. –Dijo bajando el tono de voz y lo miré.

-Ni se te ocurra nombrarlo. –Le advertí con la voz apenas audible mientras un escalofrío recorría mi espalda de arriba abajo.

-Perdón, no era mi intención recordarlo. –Y otro silencio incómodo. Ya me había jodido la mañana y quizás el día entero pero no quería decirle nada porque terminaríamos discutiendo. Niall podía ser muy bueno, pero si le tocabas los huevos saltaba y te echaba a la cara toda la mierda que había ido guardando durante el tiempo.

-Tengo que irme a clase, gracias por los paquetes ya los necesitaba. –Dije mientras forzaba una sonrisa y él me devolvía otra parecida. Me acompañó hasta la puerta y me despedí de él con un abrazo que duró unos minutos, yo no solía demostrar el cariño pero sentía que en ese momento debía hacerlo.

-¿Te pasa algo Kath? –Me preguntó cuándo nos separamos, yo lo miré con el ceño fruncido- Me refiero a que, estos días estás muy rara, no sé, quizás sea yo, pero te noto distinta, ¿te ha pasado algo con alguien? ¿Con tu padre? Sabes que puedes contarme lo que sea, ¿verdad? –Continuó, yo asentí.

-No, no me pasa nada. –Harry, eso es lo que me pasa, ese puto chico de pelo rizado me está cambiando y no quiero que eso pase, Niall por favor, por favor, ayúdame. Dije en mi interior pero como siempre, nada salió de mi boca. Le sonreí para que la mentira fuera más creíble y me despedí de él con un simple «Adiós»

Fui caminando lentamente por la calle, no hacía mucho frío, lo que agradecí porque el instituto estaba en la otra punta de la ciudad, ya que yo estaba en las afueras. Rebusqué en mi mochila intentando encontrar el paquete de tabaco, me paré para mirar mejor.

Mierda, mierda, mierda, se me había olvidado, vale, perfecto, bien hecho Kath. Ahora no podría fumar en toda la mañana, mi casa no pillaba de camino por lo que si quería un cigarrillo en el descanso tendría que socializarme con los que se ponían a fumar en la esquina detrás del instituto. Menuda mierda, agh.

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