Capítulo 24

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¡Hola! Siento si el capítulo anterior no os gustó, sé que no fue nada bueno pero como en cualquier novela, tiene que haber capítulos más suaves que sirvan de unión entre los importantes. También espero que me perdonéis por la tardanza pero es que esta semana estoy súper liada y no tengo tiempo para escribir. 

He llegado a los 120 votos, estoy alucinando como comprenderéis, pido para el siguiente 120 votos y que me comentéis que os va pareciendo todo en general. 

Un beso xx

Los dos días anteriores a la fiesta no fueron para nada interesantes, pasé las mañanas con Emily y las tardes con Niall, Jonh me llamó a última hora antes del día de Halloween para quedar y prepararnos juntos ya que tendríamos que pintarnos la piel y según él, traería unas lentillas blancas para que fuera más creíble.

No hablé con Harry y eso me despejó bastante la mente, no quería tenerlo encima todo el día preguntando. Me cansaba. Mucha gente del instituto asistiría a la fiesta según me contó Emily, sinceramente me dio igual, ella no iba a ir porque sus padres no le dejaban.

Si yo fuera ella me escaparía por la noche para ir.

Sabía que ella quería asistir pero era tan santa que no desobedecería a sus padres, respeté su opinión y no le dije nada. Le dije si tenía una corona de flores y me respondió que tenía varias, así que fui a su casa a ver cuál me llevaba.

Su casa, como ya me esperaba, era grande, mucho. De dos plantas y según Emily, también tenían un sótano convertido en un estudio con chimenea. Una casa que yo ni viviendo mil vidas podría tener.

Entramos y, si ya por fuera impresionaba, por dentro te dejaba sin habla. Tenía un aire moderno notable, se notaba que la construyeron hace poco. A pesar de todo, Emily no presumía de ella, simplemente me guió hasta su habitación que sin duda era igual de grande que mi salón y mi cocina juntos.

Su cama era de matrimonio cubierta por una colcha azul cielo muy, muy claro, a cada lado de ella había una mesita y en la pared un cabecero blanco acolchado. Las paredes estaban pintadas de un rosa claro casi blanco y el suelo era de madera oscura. Un amplio armario se extendía desde el techo hasta el suelo ocupando casi toda la pared lateral. Por último, debajo del ventanal adornado por unas cortinas traslucidas, se erguía un escritorio.

Emily me miró y sonrió, mi boca ahora mismo rozaba el suelo de lo impresionada que estaba, esto era muy lujoso para mí pero me gustaba verlo. Emily se sentó en la cama y abrió el primer cajón de la mesita, tenía diademas de todo tipo, sacó cuatro, todas tenían la base verde oscuro, pero cambiaba el color de las flores.

-¿Cuál te gusta? –Preguntó separándolos para que pudiera verlos mejor. No quería sentarme en la cama por si la manchaba o yo que sé, todo esto era muy lujoso y delicado, seguro que tan solo las sábanas valían más que mi cama entera. Mis ojos fueron directos a la que tenía las flores de color púrpura.

-Esta. –Dije cogiéndola para mirarla mejor.

-Esa es una de mis favoritas. –Se levantó y me la quitó de las manos, la miró y me la puso encima de la cabeza. Me miró y sonrió- Te queda genial, llévate esa. –Guardó las otras y se giró para mirarme de nuevo.

-Vale, otra cosa, ¿no tendrás por casualidad una tela que pueda usar como un velo de novia? –Le pregunté tentando a la suerte, esto ya era aprovecharse un poco pero por preguntar no perdía nada. Frunció el ceño y se quedó pensando.

-¿Para hacer un velo? –Asentí. Siguió pensando por un momento y se dirigió al gran armario, lo abrió y vi que tenía fondo, es decir, era la entrada a una habitación, un poco más pequeña con respecto a su dormitorio, pero era una puñetera habitación solo para la ropa. ¿Cuánto dinero ganan sus padres?

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