Similar Enough |Harry Styles|

2ª Temporada: Capítulo 1

¡Hola! Ay ya tenía ganas de subir el primer capítulo de la segunda temporada, a partir de ahora van a cambiar muchísimas cosas y todo lo que Kath creía que estaba bien, realmente no lo estará. Me alegro de que os guste tanto Similar Enough y de que me apoyéis, enserio os lo agradezco mucho. 

Otra cosa, sigo dedicandoos capítulos pero ahora lo voy a cambiar, cuando termine los que me quedan en la lista, os elegiré dependiendo de vuestros comentarios así espero animaros un poco más a participar en la novela. La persona que escriba el comentario que más me llame la atención o el que más me guste será a la que le dedique el siguiente capítulo y así sucesivamente.

Subiré cuando tenga 145 votos y quiero que comentéis que os parece el inicio, me encantaría saber vuestra opinión. 

Un beso xx

«Centro de menores. Un año después»

Me quedaba tan solo un día más aquí metida, había conseguido sobrevivir a todo un año dentro del centro de menores. Me había hecho popular sin quererlo, parece ser que soy la más fabulosa entre los adolescentes con problemas.

Supongo que eso está bien, en algún lugar tendría que encajar al fin y al cabo.

Era la hora de comer, me até los cordones de mis zapatillas y fui sola hasta la cafetería, había logrado manipular a las cocineras para que me dieran comida comestible. Ahora lo llevaba bien pero tengo que reconocer que al principio lo pasé mal.

No salía de mi habitación, tan solo para ir al aseo en caso de emergencia, algunas chicas a veces me traían algo de comer pero cuando quería empezarlo, ya estaba completamente helado.

Todo lo veía negro hasta que un día decidí que ya era hora de cambiar, no podía sumirme en la oscuridad de nuevo, ya había estado una vez y fue muy difícil salir. Tenía que aprovechar que en esos momentos no estaba tan hundida como hace años y tras casi ocho meses logré volver a ser casi la misma de siempre.

Otro tema importante que ha cambiado, mi pelo, necesitaba tinte urgentemente, poco a poco se fue decolorando y ahora está completamente blanco. No es que me desagrade este color, pero me había acostumbrado a mi tono azul característico y cada vez que me veo en el espejo, me observo durante unos segundos y todavía no me reconozco.

Llegué a la cafetería y entré abriendo las puertas de golpe, todo el mundo se calló y me miró. Esto me recordó a las veces que entraba en el instituto y todo el mundo me miraba con desprecio. La única ventaja que le encuentro a estar aquí encerrada es que no tuve que verles las caras de mierda que tienen.

Ahora mismo volvía a ser fría y borde con todo el mundo, no quería tener ningún tipo de amistad con nadie de este sitio y lo estaba consiguiendo. Estaba sola, pero me gustaba estarlo.

Podía hacer lo que quería, dentro de los límites que me ponían, había aprendido a golpe de mal a seguir las reglas, una vez la cagué bastante y me tuvieron encerrada en una habitación a oscuras durante un día entero. Cuando salí pensaba que me había vuelto loca. Por eso a partir de aquel momento, respeté un poco más este sitio.

Cogí mi comida y me senté en una mesa que no estaba muy ocupada aunque el comedor estuviera a rebosar de gente. Los demás se miraron entre sí y se quedaron en silencio, yo simplemente me concentré en la comida.

Estaba a punto de terminar cuando me fijé en que un chico no paraba de mirarme, le puse mala cara y estrellé mi puño fuertemente contra la mesa.

-¿Se puede saber qué coño miras? –Le pregunté casi gritando, él apartó los ojos de mí y volvió a concentrarse en su plato. Yo me levanté y dejé la bandeja ahí, ya la recogería alguien.