Capítulo 20

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¡Hola! Siento la tardanza, es que estoy con exámenes y esta semana no tengo tiempo para casi nada, ya os aviso que hasta el fin de semana no es seguro que suba capítulo, lo siento pero el instituto es lo primero. 

He visto que he llegado a los 100 votos en el capítulo anterior y madre mía sigo alucinando. Para mí eso es mucho vale. Sé que podéis volver a llegar a 100 votos fácilmente así que para el próximo capítulo pido 100 votos y que comentéis. 

Un beso xx

Desperté porque la luz que entraba por la ventana me pegada directa en los ojos, maldije y me moví un poco para esquivarla. Me giré quedando hacia la pared e intenté dormirme de nuevo. Harry no se había movido apenas un centímetro desde que nos acostamos anoche. Vaya, eso sonó mal, pero aclaro que solo dormimos.

Noté su cuerpo moverse y soltó una especie de gruñido, después pasó su brazo por mi cintura y me pegó a él, ahogué un suspiro y me concentré en dormir. El cuerpo de Harry desprendía mucho calor y me estaba agobiando, ya no había forma de dormir. Resoplé y permanecí en esa posición hasta que ya no podía aguantar más.

Moví el brazo de Harry fuera de mi cintura y me incorporé, el frío me caló pero lo agradecí, en parte. Fui a levantarme pero una mano me paró. Giré la cabeza para mirar a Harry.

-¿Aprovechas que estaba dormido para abandonarme a mi suerte? –Dijo con voz ronca. Tenía el pelo revuelto, los ojos entre cerrados y una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.

-Me estaba asando debajo de ti, no estoy acostumbrada a dormir en compañía sabes. Das mucho calor y como no me podía dormir, pues iba a desayunar. –Dije con simpleza. Hizo un ruido mientras se desperezaba y yo me levanté y caminé hacia la cocina.

Busqué en la nevera la botella de leche, cuando la encontré, cogí un vaso y lo llené, después abrí el armario y busqué galletas. Tenía hambre, bastante y sería capaz de comerme un paquete entero ahora mismo, de todas formas, tendría que ir acabando la comida porque solo me quedaban cinco días en la casa.

Harry apareció por la puerta tal y como se acostó la noche anterior, solamente con los boxers, intenté no mirar hacia esa zona y llevé mi desayuno a la mesa. Empecé a comer y mientras observaba como Harry buscaba algo por los armarios.

-¿No tienes frío? –Le pregunté para comenzar una conversación.

-Que va, tú me pones bastante caliente así que estoy bien. –Me atraganté por su comentario inesperado y él solo se rió.

-Harry sabes que no tienes posibilidades conmigo para hacer nada más, así que no sé por qué tanto afán en intentarlo.  –Dije una vez recuperada.

-Quien no arriesga no gana. –Al final encontró magdalenas y se sirvió un vaso de leche. Tengo que reconocer que me encanta el dulce, siempre tenía a mano algún tipo de galleta o chocolate o mierdas de esas que engordaban tanto pero que sabían a gloria.

Desayunamos en silencio, solo intercambiábamos miradas, él no apartaba sus ojos de mí, ni siquiera para mirar su vaso y eso me incomodaba un poco.

-Así que, ¿qué vas a hacer cuando el mundo no gire a tu alrededor? -Le repentinamente, él se limitó a encogerse de brazos y siguió comiendo con una sonrisa. Sabía que había pillado mi indirecta.

Estaba claro que Harry iba de listo y de sobrado por la vida y pensaba que ganaría todas las batallas contra mí, sé que hasta el momento ha sido así pero a partir de ahora me controlaré más o por lo menos, lo intentaré. He sido muy descuidada con él y ya es hora de plantarse.

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