Capítulo 2 (Editado)

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>3< Actualización >3<

Quería subir esto el lunes, pero mi modem falló desde el fin de semana y no tuve internet hasta hoy...

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Una humeante taza de café, deliciosos dulces como acompañamiento, un buen libro y una apacible cafetería bañada en una muy agradable y distante calma monótona, eran una de las pocas cosas de las que Tsukishima realmente disfrutaba, uno de los pocos placeres de los que podía permitirse tener la libertad de tomar. Y tal vez también lo único que tenía para sí mismo, algo parecido a la libertad después de haber estado encerrado por casi una semana en la mansión, sin poder salir de su habitación, sin poder hablar con nadie o ver a más personas que Oikawa. 

Había tomado más tiempo de lo normal para que su maltratado cuerpo pudiera recuperarse esta vez, sin embargo nadie hizo preguntas, a nadie le pareció extraño y probablemente nadie nunca lo haría. Todos en la mansión creían que se mantenía encerrado debido una enfermedad, Oikawa se había encargado de propagar el rumor no solo frente al personal, sino también frente a todas las personas que los rodeaban. Era estúpido desde la perspectiva de Tsukishima, pero la realidad era esa; todos pensaban que eran una pareja feliz, que era adorado y mimado constantemente por su dulce y considerada pareja. Pero todo era una estúpida mentira sin sentido.

Toda su jodida vida, así como ese matrimonio también lo era. Sin embargo eso tampoco era muy extraño en realidad, las personas eran así después de todo. Mentían para verse bien frente a los demás, para que sus carencias no fueran visibles, para pretender que lo tenían todo, que eran algo, para no ver sus vidas vacías. Tsukishima también, tal vez porque ya era lo único que le quedaba o era lo único que podía hacer...mentirse a sí mismo y al mundo entero.

Siempre se había burlado de que sus sirvientes parecían robots, de que se movían como si solo estuvieran programados para hacerlo, para no mirar, para no sentir, sin embargo lo cierto era que él tampoco era diferente de ellos. Programado desde la infancia para obedecer órdenes, para olvidarse de sí mismo, para no sentir por sí mismo, no recordaba la última vez que se reveló ante sus padres, cuando fue verdaderamente feliz por la vida que tenía o cuando alguna vez fue capaz de sentir que era libre.

— Una tontería — murmuró sin prestarle atención a su lectura, quería saber hasta cuándo tendría que seguir así, cuanto más tendría que seguir soportando todo esto ¿Por qué había terminado así? ¿Cómo todo pudo haberse retorcido de una manera tan desagradable? Pero ¿Tenía sentido siquiera preguntárselo? Apretó los puños — Es tan...

— ¿Que es una tontería? ¿Se trata de ese libro? — Tsukishima parpadeó torpemente y contuvo el aliento, su cuerpo tenso por unos instantes de confusión antes de elevar la vista al hombre que, parado frente a su mesa, lo miraba con una gatuna sonrisa traviesa — Difícilmente podrías encontrar algo creíble en un cuento de hadas, tal vez querrías...— Tsukishima cerró el libro de golpe y lo apartó repentinamente del alcance de ese hombre.

Lo miró con recelo ¿Era el tipo de la otra noche? Casi no lo reconoció, vestía ropa informal y su cabello caía con arrogante rebeldía sobre el lado derecho, casi cubriéndole el ojo, acariciando el mismo rostro masculino que había visto una vez, el mismo que era tan atractivo como lo recordaba — ¿Que está haciendo aquí? — preguntó sin poder ocultar su sorpresa, al mismo tiempo que recogía el libro de la mesa y lo apretaba sobre su regazo.

— Eres muy cortés — la sonrisa de Kuroo se ensanchó — Pero creo que después de lo que pasó entre nos otros hace unos días...ya sabes, después de habernos conocido tan profundamente ahora ya podemos hablarnos con más familiaridad ¿No te parece?

Propuesta Irresistible [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora