Propuesta Irresistible [En Edición]

Capítulo 17

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Caminó sigilosamente por el silencioso pasillo, no había casi nadie en casa; su padre había ido a trabajar como todas las mañanas y su hermano estaba encerrado tomando lecciones de piano en el piso superior. Ya había terminado su tarea y conseguido con éxito superar sus primeras lecciones de etiqueta, sin embargo su guardián aún tenía más deberes para él. Siempre era así desde que cumplió seis, siempre deberes y más deberes. Era muy aburrido y Kei solo quería jugar.

Miró hacía los lados, no había nadie al rededor, sin embargo decidió que no bajaría la guardia. Si lo atrapaban sería castigado y no podría ver a Keiji o ir a jugar fuera. Había ocurrido antes, no quería que se repitiera, pero esto era muy importante. Necesitaba hacerlo sin importar las consecuencias. Estaba completamente decidido.

Abrió la puerta con mucho cuidado y dio pequeños pasos que lo introdujeron lentamente a la habitación; olía a alcatraces, le gustaba mucho ese aroma, sin embargo había algo distinto en el aire, una esencia que le picaba la nariz y le hizo estornudar involuntariamente. Pensó que era extraño, no parecía un aroma demasiado natural, no obstante fue capaz de reconocerlo vagamente, de recordarlo flotando en el hospital la primera vez que lo visitó para saludar a Keiji.

— ¿Mi pequeño niño travieso volvió a escapar de sus lecciones?

Se paralizó, uno de sus pies manteniéndose suspendido a unos centímetros del suelo. Había sido atrapado...y no podía ser más feliz. Sonrió, sus mejillas tiñéndose de un dulce y suave rosa, sus piernas llevándolo directamente hacia la cama donde su madre yacía recostada. Se subió sin mucha dificultad al tiempo que ella se sentaba sobre esta y recibía su pequeño cuerpo entre sus brazos. Le encantaba escuchar el latido de su corazón, la forma en la que sus delgados dedos acariciaban su cabello, su calor y su aroma. Aunque ahora parecía un poco diferente...corrupto por eso no tan agradable que percibió antes.

— ¿Bien, Kei? ¿Tienes algo que decir sobre eso? — el rubio se apretó contra ella. Rió bajito. Aquí era donde quería estar, no en esas lecciones aburridas donde era reprendido todo el tiempo — Kei...— presionó dulcemente ella; él alzó la cabeza. Ella estaba diferente ese día, no brillaba tanto y le pareció extraño. Incluso su sonrisa parecía menos enérgica y sus ojos no destellaban de una forma tan bonita como lo recordaba.

— Es que...es aburrido, quiero ir a jugar — no lo entendía ¿Por qué tenía que hacer todo eso? Él sabía caminar, su madre le enseñó bien, sin embargo su profesor decía que no era así. Lo llamó un desastre y lo forzaba a hacerlo una y otra vez. Era tan aburrido, pero eso no era lo peor, ¡Había mucho más! Todos los días desde muy temprano. Estaba cansado — Pero mi hermano está ocupado y Kei-chan no puede venir hoy...está castigado otra vez — frunció los labios, quería verlo.

— ¡Oh! ¿De nuevo? — su madre lo acomodó sobre su regazo, hizo lo mismo con sus anteojos y picó suavemente su nariz al tiempo que le sonreía con cariño. Tenía muchas ganas de verla, últimamente ella pasaba mucho tiempo ahí dentro. Eso le hacía sentir triste y sentía que debía rescatarla a como diera lugar.

— ¿Es un niño malo? Su mamá dice que hace cosas malas todo el tiempo y que no debería ir a verlo.

— ¿Y tú qué crees? ¿Qué es lo que sientes?

— A mí me gusta mucho — pero no le gustaba mucho su mamá o su nueva hermana, le quitaba sus juguetes y le decía cosas malas que a veces lo hacían sentirse triste y también llorar, por esa razón siempre trataba de alejarla cada vez que iba de visita a su casa. Pero su madre se molestaba y a veces los obligaba a invitarla a jugar — Es divertido estar con él, pero su mamá también dice que voy a convertirme en un niño malo si sigo siendo su amigo ¿Es verdad? No quiero ser un niño malo, pero tampoco quiero dejar de ser su amigo...lo quiero mucho.