Capítulo 5 (Editado)

3.9K 311 156
                                    

>3< Actualización >3< 

.

.

***************

Molesto, Tsukishima dejó caer los cubiertos sobre su plató, haciendo más ruido del necesario y miró, con el ceño fruncido, al hombre castaño frente a él, a Oikawa, quien sonreía con burla mientras señalaba a un moreno sentado a tres mesas de distancia. No podía decir que estaba teniendo el momento más agradable de su vida, era imposible con semejante compañía, pero esto ya había sido suficiente para arruinar por completo el poco apetito que le quedaba.

— Escuché que va a casarse — canturreó al tiempo que agitaba con elegancia una copa de vino blanco, se atrevió a beber un sorbo como si también fuera capaz de saborear el momento. Era un bastardo — ¿Cómo te sientes al respecto?

— No tengo ningún sentimiento al respecto, pero creo que es diferente para ti ¿No? Debió haber sido una gran sorpresa — alzó la barbilla con arrogancia, sus mejillas retrocedieron lentamente y sus ojos se entrecerraron en una alegre sonrisa que, a ojos de cualquiera que no lo conociera, podría pasar por una muy animada y feliz. Nadie podría haber imaginado que, en realidad, había nacido del más puro desdén, nadie excepto el hombre frente a él por supuesto — A ti si ¿Cierto? Ese don nadie, inferior, el hijo de un chófer cualquiera está avanzando muy rápidamente en la escala social ¿Que va a pasar el día en que llegue hasta donde tú estás? ¿Vas a seguir sonriéndole con aires de superioridad cuando se convierta en el yerno de una familia tan grande como la tuya? — miró por el rabillo del ojo hacia el moreno, quien parecía estar mirando también en su dirección, estaba con otra persona, pero no podía verla por su posición en la mesa. Como fuera no le importaba, pero tener que verlo era molesto — ¿Vas a soportar que el que él te haga lo mismo cuándo...?

Con una sonora carcajada, Oikawa se inclinó hacia él y rápidamente le tomó de la barbilla, una fuerza tal que el rubio tensó la mandíbula — Estoy impresionado, Kei-chan — tiró, un beso sobre sus labios. Dolía, estaba aplicando demasiada fuerza, prueba de cuan molesto estaba — No pensé que lo defenderías con tanta pasión...es casi romántico.

— No puedo evitarlo, verlo revivió viejos sentimientos...ya sabes, fue el primero — respondió con cinismo. Por supuesto no era como si realmente le importara lo que ese tipo hiciera o dejara de hacer; podía irse a la mierda junto con Oikawa, lo que no que no soportaba era que quisieran acorralarlo.

— No eres divertido, mi amor — susurró el, suavemente, tan tiernamente que casi parecía un amante perdidamente enamorado. Sin embargo su agarre parecía de acero y sus ojos rieron divertidos cuándo el rubio cubrió su mano con la suya e hizo un intento vano por quitar la suya.

¿No era perfecto? Una muestra pública de afecto entre una pareja enamorada, probablemente esa era la imagen que ambos, estando ligeramente inclinados sobre la mesa y sosteniéndose las manos, estaban proyectando. Las personas a su alrededor los miraban con sonrisas envidiosas, algunas damas suspiraron y no se molestaron en ocultar su deseo de estar en su lugar, de mirarlo con envidia e ira; sin saber que Tsukishima les cedería de muy buena gana su vida entera.

— No te casaste conmigo por mi buen humor — masculló aun sonriendo; no tenía más remedio que continuar con ese estúpido teatro, aunque la idea de estallar y volcar la mesa fuer a atractiva.

— Supongo que no — Oikawa sonrió antes de liberarlo al fin y bebió tranquilamente de su copa, parecía tan sereno y tranquilo que se le revolvió el estómago, tan elegante y perfecto que era repugnante — Tienes razón, estamos juntos por los beneficios...— tomó los restos de alcohol entre sus labios con la punta de la lengua, su mirada recorriéndole el cuerpo con una intenso ardor y Tsukishima sintió escalofríos.

Propuesta Irresistible [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora