Propuesta Irresistible [En Edición]

Capítulo 19

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Sus manos todavía seguían temblando y las puntas de sus dedos se percibían extremadamente frías, las apretó en un tembloroso puño en el que trató de canalizar todas las emociones que amenazaban con derrumbarlo y apretó los labios. No lo entendía, no podía hacerlo sin importar cuanto tratara de buscar una maldita respuesta; nada de esto tenía sentido, nada como esto debía estar pasando, era una locura imposible...pero estaba sucediendo y no sabía que pensar o sentir dentro del caos que se suscitaba en su interior.

— ¿Estás más tranquilo ahora? — Akiteru se arrodilló frente a él, los ojos de Akaashi se movieron hacia sus dorados, temblorosos, reflejaban los vestigios del temor que experimentó tan solo momentos atrás; aún se sentía incapaz de hablar — Te traje un poco de chocolate, necesitas entrar en calor ¿Crees que puedas beber un poco? — no lo creía posible, sus sollozos seguían atorados en su garganta y la apretaban — Solo un par de sorbos ¿De acuerdo?

El rubio le acercó la taza, Akaashi la tomó con ambas manos, no dejaba de temblar. La ansiedad no desaparecía, todo se sentía demasiado irreal, pero lo recordaba con tal claridad que no podía dejar de sentir temor. Las manos del mayor se envolvieron sobre las suyas, le ayudó a llevarlo a sus labios y bebió un par de sorbos que calentaron lentamente estómago y calmaron el frío que abrazaba su cuerpo.

— ¿Mejor?

Asintió, sus ojos cayeron sobre la pequeña prenda que descansaba sobre su regazo, sujetó una de sus suaves mangas entre sus dedos. Era una prenda muy linda, no había podido desprenderse de ella sin importar cuán asustado estaba. Fue su tabla salvavidas — Supongo...— comenzó a hablar Akaashi — Supongo que estás aquí para saber sobre tu hermano...

— Eh...si, es correcto, pero...— Akiteru tomó devuelta la taza y la abandonó sobre la mesita de centro ubicada detrás suyo — No importa ahora, sobre lo que dijiste hace un momento abajo y esta persona extraña...— sujetó sus manos — ¿Te metiste en algún problema? ¿Tienes deudas que no puedes pagar o...?

— No, yo no tengo...no sé, yo...esas personas...no sé, todo estaba bien y...— sollozó, aun no podía calmarse, el temor revolvía sus ideas. Estaba asustado y confundido ¿Cómo era posible que esto estuviera pasándole? No tenía sentido, no había hecho nada malo a nadie — No sé lo que está pasando, no lo sé...— su cuerpo volvió a temblar violentamente, lágrimas se agolparon nuevamente en sus ojos, el rubio lo abrazó y él se aferró a su pecho; no quería imaginar que habría pasado si esas personas lo alcanzaban, lo que habría significado para Kouki, pero no podía evitarlo.

Estuvo tan cerca de suceder, tan cerca que el horror se negaba a abandonar su cuerpo ¿Qué era lo que querían de él? ¿Qué era lo que buscaban? ¿Que si volvían? Estuvieron esperando fuera por largas semanas, vigilando, asechando ¿Para qué? ¿Por él? ¿Por qué? No tenía nada que pudiera interesarle a nadie, nada de valor, ya no llevaba el nombre de su familia, ni siquiera era alguien importante o de interés para nadie. No lo entendía, no quería creer que esto realmente estaba pasando, pero sucedió y no sabía que era lo que debía hacer. Estaba solo y no podría defenderse sabiendo que de esa forma podría dañar a su bebé si ocurría ¿Si iba a la policía? ¿Si eso enfurecía a esas personas y le hacían daño a Kouki para vengarse?

No podía permitirlo, de ninguna manera, haría lo que fuera por él, daría lo que fuera, pero para cómo veía las cosas no había nada que pudiera hacer y era tan frustrante y desesperanzador. Odiaba esto, no quería seguir llorando, no quería seguir temblando y sintiendo todo este temor, pero no sé detenía; lo atacaba con la misma fuerza que las olas del mar rompiendo entre las rocas.