Propuesta Irresistible [En Edición]

Capítulo 28

>3< Actualización >3<

.

.

***************

Caderas empujando con fuerza una y otra vez, se deslizaba entre sus muslos. Blancas y temblorosas piernas aprisionando y apretando tras cada arremetida. Su entrada contrayéndose al ritmo de su pesada respiración, abrazando aquel duro miembro que se abría paso por sus calientes paredes con una intensidad similar a la de las manos aferrándose a la espalda del hombre que danzaba sin parar sobre su cuerpo.

Sofoco. Asfixia. Su voz era un lamento sucio y obsceno que llenaba la habitación.

Desesperación. Lo cura. Su cuerpo sucumbía lentamente hasta alcanzar el límite de lo que podía soportar, hasta transformarse en un delirio.

No estaba ahí, su conciencia se fundía bajo el calor de la ardiente pasión que le quemaba la piel y explotaba como llamas en su bajo vientre, no podía soportarlo, era una tortura, era angustia que lo empujaba a la desesperación...pero no quería que terminara, y se aferraba a con locura y entregaba a la lujuria que le quemaba en la piel.

Se hundía en una profunda necesidad, cada vez más, a cada segundo, cada instante, con cada sensación e impulso que golpeaba sus sentidos. Gritos, suspiros, gruñidos roncos, estremecimientos, calor...tanto calor y lujuria devolviéndolo a su estado más primitivo, a su ser más salvaje y carnal ¿Por qué? ¿Qué era lo que estaba haciendo? Si tan solo pudiera pensar un segundo, si pudiera razonar, si tan solo pudiera hacer algo más que aferrarse desesperadamente a esa fuerte espalda.

— Bokuto-san...— sollozó. Tan profundo, tan duro...tan caliente, palpitaba en las paredes de su entrada, quemaba su sensible piel, se abría paso una y otra vez estimulando el insoportable ardor, llenándolo de él y Akaashi agitaba las caderas buscando más con locura, abandonándose a sí mismo y a todas sus pocas restricciones — Bokuto...

Se estaba fundiendo en él, no se reconocía, pero lo sentía intensamente. No se suponía que esto pasaría ¿Verdad? Se suponía que no debería dejarse llevar de esta manera y estaba bastante seguro de que se había prometido no volver a ceder en algún momento antes de que esos labios acariciaran sensualmente su cuello y sus descaradas manos masajearan tan ávidamente su trasero. Se resistió, no demasiado, sin embargo había hecho el intento mínimo...lo había hecho porque esto no podía seguir así, porque no tenía sentido, pero era demasiado para el cuerpo que ardía por las caricias de Bokuto.

Akaashi deseaba poder sentirse un poco más frustrado o al menos poder sentir un solo miligramo de esa frustración o arrepentimiento, pero estaba eufórico y lleno de vida; esos sonidos, mezcla de suspiros, gruñidos, respiraciones pesadas, jadeos, el ligero chapoteo que nacía de la unión de sus cuerpos, crujidos y despiadados golpes contra la pared, el calor que perlaba su piel en sudor, el aroma del cuerpo balanceándose sobre el suyo, su pasión, su fuerza, todo...se clavaban en su mente, enloquecía a sus sentidos y lo hundía en una desesperación tan profunda y ardiente que su cuerpo se estremecía sin piedad. En regocijo.

Su vientre se contraía, su corazón se desbocaba y su piel ardía, estaba desesperado, estaba perdido y se aferraba a Bokuto con una desesperación que rayaba en la locura.

Chispazos. Gritos. El calor volviéndose insoportable. Bokuto lo inundaba, palpitaba en su interior y Akaashi disfrutaba de ese dolor, del ardor, del placer que nacía de la mezcla de todos esos estímulos como no lo había hecho con nada. Hasta el límite de su cordura y más allá de la locura, más, mucho más, entregándose a la violencia de esas sacudidas y el moreno perdía toda lucidez para ser traído de vuelta bajo la implacable fuerza de esas nuevas sensaciones.