Capítulo 11

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>3< Actualización >3<

¡¡Hola!!

Ha pasado un tiempo...mucho tiempo, lo siento, pero el fic en el que trabajaba ha llegado a su fin así que vamos a tener actualizaciones más frecuentes, no solo de esta historia si no también de otra de la que me estoy tomando el tiempo de reeditar (Para los que me siguen o siguen la historia van a recibir la notificación en estos días. Espero que los pequeños cambios sean de su agrado :3)

¡¡Gracias a por haber esperado, espero que disfruten de este capítulo!! 

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Observó con ojos ausentes los trozos de lo que alguna vez fue un pequeño jarrón de cristal, las azucenas que lo adornaban estaban esparcidas su alrededor y el agua derramada comenzaba a mojar la alfombra sobre la que se encontraba recostado. Largó una mano y tocó una flor, eran bonitas y le pareció que su color, de un inusual e intenso violeta oscuro, rivalizaba con la cadena de elegantes moretones que adornaban sus muñecas y que probablemente podían apreciarse sobre algunas partes de su cuerpo. No era una comparación demasiado agradable o poética, sin embargo acertada a su parecer.

Se levantó apoyando una mano contra el suelo, creyó escuchar su cuello crujir, llevaba un rato ya en esa incómoda posición por lo que no le extrañó en absoluto. Estuvo a punto de caer, afortunadamente consiguió sostenerse con ayuda de la otra mano y logró sentarse con ayuda de las dos, entonces impulsó su cuerpo hacia arriba haciendo uso de la cómoda frente a la que estaba; sus piernas temblaron y su cuerpo reaccionó con un estremecimiento a la sensación del espeso semen deslizarse entre sus muslos.

Su entrada pulsó, sus paredes internas ardieron y su estómago se revolvió.

¿Cuántas veces iban ya esta semana? Más de lo que su cuerpo o estómago podían soportar.

Buscó dentro de uno de los cajones superiores, recuperó un frasco de píldoras analgésicas y tomo dos — Pasará pronto...— murmuró para sí mismo y arrastró los pies está el cuarto de baño.

El agua que había preparado en la mañana estaba helada, pero eso no lo detuvo de sumergirse en la tina y permanecer dentro hasta que las yemas de sus dedos estuvieron arrugadas cual pasas, su piel adquirió un blanco poco natural y tiritaba, sin embargo a pesar de que su cuerpo reaccionaba eficientemente, era incapaz de sentir y se preguntó ¿Que podría ser más fuerte que el dolor? Nada ¿Verdad? No era solo dolor físico al que se enfrentaba...dolía su orgullo, incluso su dignidad.

Su cuerpo se sintió rígido y entumecido cuando salió de la tina, secarse y vestirse no fue una tarea difícil a pesar de eso, ya estaba acostumbrado. No estaba muy seguro de si eso estaba bien o estaba mal, pero funcionaba para Kei...sus recuerdos eran como una tabla salvavidas, sin embargo no durarían mucho y lo sabía muy bien.

— Señor, el amo está esperándolo abajo...quiere que le diga que están retrasados — la voz de la sirvienta sonó ahogada detrás de la puerta de su habitación, sus golpes fueron delicados, pero lo suficientemente fuertes como para que le fuera imposible ignorarlos — ¿Se encuentra bien? El amo dijo que su salud hoy era buena, pero si se siente mal, podría...

— No, está bien — los analgésicos estaban haciendo efecto, lo único que restaba era...— Dile que solo necesito un momento — se aproximó a la cómoda y se atrevió a contemplar el reflejo de su rostro sobre el espejo; necesitaba cubrir esos pequeños moretones.

Propuesta Irresistible [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora