Muñecas de compañía

XII

(Otro hermoso recuerdo)

¡Hola! Estoy super hiper mega feliz!!! Jajaj 😍😍❤ ya pasamos los 4k! 😀😁 muchas gracias a todos los que me han leído y votado, es por eso que les traigo hoy un nuevo capítulo, a modo de agradecimiento.
Espero lo disfruten ❤
Pd: No escribo porno, solo insinuaciones, así que, no se asusten por lo que siga a continuación 😉👇🏼

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Podía sentir una de sus manos subir lentamente por sus muslos, causando escalofríos por todo su cuerpo. Una sensación que sin lugar a duda, quería sentir una y otra vez.
La tomó del rostro, y la observó a los ojos. Sí, ahí estaba esa fría mirada, pero era solo para ella.
Miró sus labios, preguntándose como se vería su rostro con una sonrisa.
Jamás lo había visto sonreír.
Cerró sus ojos con fuerza, y un suave gemido se escapó de sus labios, al sentir sus dedos muy cerca de su entrepierna.
—A-Aiden —gimió al sentir su respiración contra su cuello.
—Despierta.
Todo se detuvo en ese momento... ¿Despierta?
—Despierta, Ann.
Abrió sus ojos suavemente, y allí estaba él, parado junto a la cama, mirándola con el ceño fruncido.
Lo observó por un momento, antes de que él caminara hacia el baño.
Levantó las mantas, y ella seguía con la ropa puesta, al igual que él. Solo... había sido un sueño.
—Creo que tienes fiebre de nuevo. No lo entiendo, te he dado los medicamentos en el horario que dijo ese tipo —pronunció molesto, acercándose a ella con un vaso con agua y una pastilla.
Se sentó en la cama, y lo miró confundida.
—¿Fiebre? ¿Por qué lo dices?
—Estabas sudando, llamándome, quejándote, y moviéndote en la cama. Toma esto, te ayudará.
Bajó la cabeza, y negó.
—No tengo fiebre.
Dejó el vaso sobre la mesa de noche, y le lavantó la cabeza con su mano libre.
—Mírame.
Ella lo hizo, y apoyó la palma de su mano, contra su frente.
—Tu piel está tibia, te tomarás igual esto.
—Pero Aiden-
Le metió la pastilla entre los labios, y la presionó con su dedo para que no abriera la boca.
—No me contradigas, te tomas esto, te aseas, te vistes, y te espero abajo para desayunar ¿Okay?
Asintió lentamente con la cabeza, sin apartar la mirada de sus ojos.
—Bien, te veo en diez minutos ¿Escuchaste? Diez minutos, no me obligues a venir por ti —pronunció quitando el dedo de sus labios, pasándole el vaso con agua, antes de salir de la habitación.
Se sacó la pastilla de la boca y suspiró, no tenía fiebre, el calor en su cuerpo... era debido a otra cosa.
Pero si no lo hacía, Aiden se molestaría. Se la colocó en la lengua, y se la tomó rápidamente con un sorbo de agua. Tenía menos de diez minutos para ir a la cocina.

-o-o-o-o-

—Lo estuve pensando, y creo que deberías hacer algo en el tiempo que yo no esté. Debes ocupar tu tiempo en algo productivo, además de causar problemas ¿Qué más sabes hacer?
Ella no respondió, estaba mirando su tazón con frutas, mezclándolas de un lado hacia el otro.
—Te estoy hablando.
La morena no respondió, seguía sumida en sus pensamientos.
—¡Ann!
Soltó la cuchara, asustada por el grito de él.
—Lo siento, Aiden ¿Qué hice?
—Te estoy hablando ¿En qué diablos piensas?
—En nada.
—No me mientas.
—E-En algo que soñé —murmuró mirando hacia abajo.
—¿Tuviste otra pesadilla?
—No.
—¿Entonces qué soñaste?
Negó con la cabeza.
—No quiero h-hablar de eso.
—Si te tiene tan distraída, debe ser importante, así que dímelo.
—No quiero hacerlo, Aiden.
—No me importa, dímelo.
—Pero-
—Ann —exclamó en advertencia.
Esperó a que ella dijera algo, pero nada salió de sus labios.
Odiaba que no le obedecieran.
Se levantó molesto de la silla, y tomó las cosas que había usado para desayunar, llevándolas al lavado.
—Soñé que me tocabas —murmuró bajo.
Soltó la taza que tenía en sus manos, que por suerte no se quebró.
—¿Qué? —dijo aturdido.
—No quiero repetirlo —susurró, apenada.
La miró, luego a la taza, y tomó una profunda respiración.
No, no estaba bien.
—Okay, luego hablaremos de eso.
—No quiero hacerlo, Aiden.
—Perfecto, porque yo tampoco —pronunció pasando por su lado, fuera de la cocina.
—Espera ¿No dijiste que íbamos a desayunar juntos?
—Lo hice mientras tú... pensabas en tu sueño.