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(Esto fue hace un año 👇🏼❤, y hoy, 30/04, ¡Estamos en el #1 de Ciencia Ficción)

¡ESTOY TAN FELIZ! ❤🎉🎊😍❤ ¡MUÑECAS DE COMPAÑIA ESTA EN EL #5 DEL RANK DE CIENCIA FICCIÓN! ¡GRACIAS CHIC@s, GRACIAS, GRACIAS! Nada de esto sería posible sin ustedes, obviamente, y quizás digan, "Ay, sólo es un número" no para mi, entre miles de historia, esta llegó a los 5 primeras, y no porque sea una de las mejores, sin desmerecerla, sino por su gran actividad aquí.
En serio amo leer sus comentarios, sus sugerencias, la misma emoción que la mía al leer, que sean tan efusivos como yo al esperar una próxima actualización y comentar a penas le aparezca la notificación.
Son una compañía para mi, hacen que escribir sea una gran pasión, adoro hacerlo, y más aun, porque se que hay otras personas esperando por leerme.
Sinceramente gracias, ¡Los amo! ❤
Nota: dejando el lado sentimental de Sayla a un lado, (si, soy muy emocional, de donde creen que nació Ann? Jajaja) aquí les dejo el capítulo, que es por lo que han venido 😉👇🏼

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Tomó al gatito entre sus brazos y le dio varios besos.

―Te voy a extrañar Crema, pórtate bien ―le dijo antes de darle un último beso y bajarlo al suelo.

Aiden miró al gato de mala manera y luego a Ann.

―Olvídate de que te bese luego de eso.

―No iba a besarte de todos modos ―le dijo ofendida, pasando por su lado, saliendo del departamento.

La miró aturdido por aquello, ella estaba dándole la espalda, salió y cerró la puerta, sin decirle nada.

La morena tampoco lo hizo, desde la tarde anterior, los dos estaban distantes, luego de lo que había ocurrido.

Caminaron en silencio hasta la parada del autobús, y Aiden notó con molestia como un tipo no dejaba de mirar a Ann.

La tomó de la mano, entrelazó sus dedos, y luego la jaló hacia él, abrazándola.

―¿Qué haces? ―le susurró.

―No hables.

Levantó la cabeza y lo miró molesta, ya estaba cansada que la tratara siempre del mismo modo.

Lo soltó de la mano, pero aun así no pudo liberarse de su abrazo.

―Ann ―pronunció apretando los dientes.

―¿Tú estás molesto? Yo también Aiden, estoy cansada de que me trates mal, que siempre-

La calló de un beso, algo brusco, y después le susurró en la oreja.

―¿Quieres hablar de esto? Lo haremos en casa, la calle no es un buen lugar ¿Okay?

Lo miró frunciendo el ceño y luego se alejó unos pasos de él, aumentando aun más la rabia en Aiden.

―o―o―o―o―

―Llévale esto a Josh ―le dijo entregándole una carpeta.

Desde que habían subido los dos al piso, esa ya era la séptima vez que le pedía que le llevara a un archivo, o un mensaje, o algo por el estilo.

Y sabía muy bien que el rubio lo estaba haciendo apropósito.

―¿Algo más Aiden?

―No por ahora ―le dijo sin mirarla.

―¿No por ahora? ¿Y qué? ¿En quince minutos me volverás a decir que le lleve otra cosa?

―Estás siendo impertinente.

Muñecas de compañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora