XXXIV

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🙊Sin drama, no hay Sayla 🙈

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—¿Te encuentras bien? Luces triste.
—Me siento triste —pronunció bajo.
—¿Te peleaste con él?
—Aiden se enojó conmigo, pero... Tuvo razón en hacerlo.
—Dudo mucho eso.
—Le grité.
—Algo seguro te hizo.
—No, él tenía razón... Pero yo tenía hambre.
—¿Qué?
No entendía nada, menos aun cuando ella comenzó a sollozar.
—¿Él no te deja comer? ¿Es eso Ann? —preguntó con rabia.
—No, no, claro que no.
—¿Entonces?
—Es que era de madrugada, y me dio hambre, y dijo que fuéramos a dormir, pero yo quería terminar mi pollo, y... Y...
—Tranquila, tranquila —le dijo abrazándola—, ya pasó.
—Aiden no me entiende.
—No lo hace, tú necesitas un hombre que pueda comprender lo sensible y frágil que eres.
—Gracias James, ya me siento mejor.
No quería soltarla, pero debía hacerlo.
—Te traje algo.
—¿En serio? ¿Otro regalo?
—Así es, dos.
—¿Qué cosa? —preguntó entusiasmada, amaba los regalos.
—¿Que prefieres? ¿Comida o-?
—Comida —Pronunció rápidamente, haciéndolo reír.
—Okay.
Tomó una caja cuadrada dentro de una bolsa blanca y se la entregó.
—¿Qué es?
—Ábrelo y lo sabrás.
Lo abrió y al ver los cupcakes chilló emocionada, tomando uno y llevándoselo a la boca.
—Mm delicioso, gracias James —exclamó comiendo.
Sonrió divertido.
—Que bueno que te haya gustado, espero el otro también.
—Si es comida, seguro que si... Tengo mucha hambre últimamente.
La sonrisa se borró de su rostro al escuchar eso.

-o-o-o-o-

-SEMANAS DESPUÉS-

—¿Debes irte?
—Si —Pronunció en un tono molesto, tomando su maletín.
—¿Hasta cuándo seguiremos así Aiden?
—Ann no me voy de paseo, y esto es peor para mi que para ti, tú al menos te puedes quedar aquí, comiendo.
—¿Te molesta que coma mucho? —preguntó en un tono bajo—, ¿Si me pongo gorda ya no me querrás?
—No me molesta que comas, me molesta que no hayas querido venir a un médico conmigo, no es normal que tengas hambre todo el día.
—Lo siento.
Suspiró y la observó, no quiso herirla, claro que no.
Pero el trabajo, el estrés que estaba teniendo en ese momento con la empresa, Josh que no había vuelto, y su preocupación por Ann, no eran una buena combinación.
Ya no podía pasar tanto tiempo con ella, se la pasaba de reunión en reunión, o viajando.
Y no siempre podía llevarse a Ann en las reuniones, como en este caso.
Sin contar con el hecho que la chica ahora prefería quedarse en la casa comiendo y durmiendo.
—Lo siento, eres hermosa para mí, así como eres o si engordas, no importa Ann.
—¿Seguro? —le preguntó sollozando—, porque siento que la ropa ya me queda chica.
Río bajo y besó sus labios.
—Sí, seguro —expresó secando las lágrimas de sus mejillas—, intentaré este fin de semana llevarte a dar un paseo ¿Si? Compráremos más ropa para ti.
—Gracias Aiden —le dijo abrazándose a su cuello.
—De nada, debo irme, no salgas sola.
—Nop, te amo.
—Cuídate —pronunció dándole un corto beso en los labios antes de irse.

-o-o-o-o-

—Hemos localizado a la tercera, fue un poco difícil, pero ya sabemos quien la tiene.
—¿Quién?
—Aiden Mc'Kallister.
—¿Ella está embarazada?
—No lo sabemos aún, en unos días llegará un grupo haciéndose por médicos de la empresa de FemBot, con la excusa de realizarle un chequeo, comprobaremos si lo está o no.
—¿Por qué simplemente no la asesinan?
—El problema es que su dueño está siempre con ella, la casa tiene mucha seguridad, y se nos haría muy difícil hacerlo de ese modo.
—Comprendo, actúen cuanto antes.

-o-o-o-o-

—¿Me dolerá? ¿Por que debo hacerme esa prueba?
—No te dolerá, es un pequeño pinchacito en tu dedo.
—¿Pero por qué debo hacérmela?
—Porque... Porque es para verificar que estés bien de salud.
—Yo me siento bien.
—Lo sé, pero ¿Recuerdas que me dijiste que tenías mucho sueño y hambre?
—Si.
—Bueno, esto nos ayudará a saber que tienes, y de ese modo, no tendrás que ir al médico o seguir preocupando a Aiden.
—No estoy segura.
—Solo necesita una gotita de sangre Ann, no te dolerá.
—D-De acuerdo —le dijo extendiendo su mano hacia él y mirando hacia otro lado.
Con cuidado la tomó y pinchó su dedo pulgar.
La morena se quejó y de llevó el dedo en la boca, mientras él miraba el pequeño artefacto.
—¿Y bien?
Observó los resultados y sintió que el aire abandonaba su cuerpo... Lo sabía.
—Ann t-tú.
—¿Si? —le preguntó con temor al ver el rostro pálido del muchacho.
—Estás embarazada...
Abrió sus ojos con sorpresa y se llevó una mano a la boca, antes de comenzar a sollozar.
—¿En serio James?
—Si —Pronunció aturdido, Comenzó a llorar, de felicidad, llevando una de sus manos a su plano vientre.
Embarazada, no podía creerlo. Aiden y ella tendrían un bebé, serían papás.
—Él estará tan feliz.
Y aquello lo trajo nuevamente a la realidad.
—No, debemos irnos.
—¿Qué? —Preguntó desconcertada.
—Si ellos se enteran que estás embarazada, te asesinarán, como a Bell.
—No sé de que estás hablado James.
—Ellos asesinan a todas las mujeres embarazadas, la primera fue mi Bell, luego esa chica asiática. Si ellos se enteran, te asesinarán Ann.
—D-De acuerdo... Yo, iré a ver a Aiden.
La tomó de un brazo, impidiéndoselo.
—Debes creerme.
—Está bien, lo haré, pero-
—No, no lo entiendes, debes venir conmigo.
—Suéltame James.
—Debes creerme por favor, no quiero que termines como ellas.
—No sé quien es Bell, quien será la otra mujer o de que me estás hablando. Quiero que me sueltes, Aiden tiene que saberlo.
—No, no te irás de aquí —pronunció molesto, soltándola para luego trabar la puerta.
Ann lo miró con temor.
—¿Qué haces?
—No te irás de aquí hasta que comprendas que tu vida corre peligro.
—Me estás asustando James —exclamó con miedo.
Sacó su celular del saco y buscó algo en él, luego se lo enseñó a ella.
—La conoces, debes conocerla, ella era Bell, mi Bell. La asesinaron en agosto del año pasado, estaba embarazada.
Miró la foto de la chica, claro que si, era una de las otras dos que estuvo con ella cuando despertó.
Corrió la foto, y en ella aparecía James y Bell, en el día de su casamiento.
—La amaba, ella era mi vida —expresó en un tono quebrado—, eramos felices los dos.
Los ojos de Ann se llenaron de lágrimas, al ver las demás fotos de los dos.
—¿Me crees ahora? Puedo llamar si quieres también a Miyamoto, el era el dueño de Yukiko, la otra Ann que vendieron antes que tú. Ella fue asesinada hace un mes, y estaba embarazada también.
—No quiero morir —Pronunció llevándose una mano al vientre—, no quiero que maten a mi bebé.
—Entonces ven conmigo Ann.
—No, no puedo alejarme de Aiden.
—Ellos saben que Aiden es tu dueño, si estás con él, no estarás a salvado.
—No, no quiero separarme de Aiden —le dijo llorando.
—No será para siempre, solo hasta que nazca tu bebé.
—Él no estará de acuerdo.
—Es por eso que no debes decírselo, o no te dejará ir. Ann comprende, solo de este modo podrás estar a salvo tú, el bebé, y Aiden también.
—Pero yo lo necesito conmigo.
—Si te quedas con él, los encontrarán, y quizás, hasta lo asesinen también ¿Eso es lo que quieres?
—N-No.
—Entonces ven conmigo.
—Está bien.
—¿Lo harás? —le preguntó en un tono esperanzado.
—Si, pero... Debo volver, necesito buscar ropa y-
—No hace falta, te compraré más.
—Quiero a Crema conmigo, y hablar con Aiden.
—No Ann, no puedes hablar con él.
—No voy a irme sin hablar con Aiden.
—Si le dices que estás embarazada, no te dejará ir.
—No se lo diré... Pero quiero despedirme de él.
—Sabes que no aceptará que te vayas.
—Le mentiré —le dijo sollozando —, le diré que... Que estoy contigo.

...

Ya estamos llegando al final de la novela 😢 Odio los finales, lo juro 💔😭

Ayer no tuve datos para actualizar 😭😭💔

Muñecas de compañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora