Muñecas de compañía

XXXVIII PASADO -PARTE UNO-

¡Buenos días! Empezamos la mañana con un nuevo capítulo, y he decido hacerlo en dos partes.
Espero poder aclarar algunas dudas. 😘❤

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Comenzó a llorar, anunciando que estaba viva.
La llevaron hasta una mesa y comenzaron a limpiarla, mientras la pequeña bebé lloraba sin cesar.
—Dos kilos doscientos treinta gramos —dijo una doctora luego de pesarla—, cuarenta ocho centímetros —expresó mientras una enfermera anotaba los datos en una planilla.
—¿Color de ojos?
—Verdes, es una de ellas —pronunció observando sus iris.
—¿Número?
—Tres.
Se giró con la bebé en brazos y la dejó en una incubadora.
—Llévenla con las otras dos.

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—¿Y bien?
—De las doce criaturas, solo tres nacieron con las características esperadas.
—¿Los otros nueve son humanos?
—Sí ¿Qué hará con ellos?
—No lo sé aun... ¿Que sexos?
—Solo hembras.
—De acuerdo, en cuanto se encuentren estables, comiencen con el tratamiento.

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—Mira al frente —pronunció en un tono monótono.
La pequeña de unos tres años lo hizo, confundida.
Le sacaron una foto y luego dejó la cámara sobre un estante.
—¿Recuerdas lo que te enseñé?
Asintió con la cabeza.
—Repítelo.
—Hace treinta cinco años, un hombre con grandes ambiciones...
La escuchó narrar lo que le había enseñado el día anterior, evaluando de esa forma su inteligencia, su memoria.
La cámara siguió filmando, mientras la pequeña morena de ojos verdes seguía hablando, nombrando fechas, nombres, lugares, con total exactitud y precisión, tal como se lo habían enseñado.
—Suficiente tres —le dijo la mujer—, ven conmigo.

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Miró con temor a las personas con batas a su alrededor.
Observó a la doctora con la que anteriormente estaba hablando.
—Tres, quédate quieta.
No dijo nada, pero sus ojos expresaban el claro terror que sentía en ese momento, más aun, al ver que acercaban una maquina extraña y con ella, se acercon con una aguja.
—Extiende tu brazo izquierdo.
No quería hacerlo, tenía miedo. Sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a sollozar.
—Átenla y sédenla —ordenó la médica.

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—Prueba esto —le dijo a la jovencita frente suyo, quizás de unos doce años.
Miró insegura la comida frente a ella.
—¿Q-Qué es?
—Tú solo pruébalo.
Tomó el tenedor y pinchó lo que parecía ser un trozo de esparrago.
Se lo llevó a la boca y luego de masticarlo un par de veces y tragarlo, las náuseas comenzaron.
—No vomites —le ordenó.
Pero imposible que no lo hiciera cuando no podía siquiera controlar las arcadas.
Se cubrió la boca con una de sus manos y comenzó a temblar, no solo por las nauseas, sino también por el dolor intenso que sentía en su vientre.
Miró a la médica y todo comenzó a darle vueltas, y en menos de lo que pudo darse cuenta, cayó inconsciente.
—Ténganla en evaluación por veinticuatro horas, si despierta luego de eso, administren otra dosis.

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—Repite lo que te dije ¿Qué eres?
—Soy un androide A.N.N 098 serie KL789.
—No, tu voz aún suena humana, vuélvelo a decir.
Cerró los ojos y respiró profundo antes de volver hablar.
—Soy un androide  A.N.N 098 serie KL789.
Negó con la cabeza y tachó algo en su hoja.
—No, suena igual, irás a cirugía por una afinación vocal.
La jovencita morena de dieciséis años abrió los ojos horrorizada.

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—Uno y Dos ya han despertado, ambas se encuentran estable, un poco desorientadas.
—Perfecto, cuando Tres despierte, llevenla con las otras.
—¿Cómo ha respondido a la última dosis?
—Ha causado algunos problemas, pero está estable.
—¿Se la ha sometido al último tratamiento?
—No, solo falta que borren su memoria.
—Es bueno saberlo, si ella responde favorablemente, la pondremos a la venta también, hay un tipo que está interesado en comprar una.
—¿Cuál es su nombre?
—Andrew Joshep Phoenix.
Miró un momento hacia arriba, sabía que ese apellido lo había escuchado antes, solo que no recordaba de donde.
—Es el hijo de Anthony Phoenix, el empresario que murió hace años atrás en un accidente automovilístico.
—Oh si, Anthony, ahora entiendo porque lo recuerdo. Él diseño las CCC.

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Ver a la rubia era como verse a ella misma, eran muy parecidas entre ellas.
Y al principio la morena pensó que sería normal, ya que eran androides, pero al ver a la Dos, comprendió que no era así.
Escuchó las voces de los médicos y luego de las chicas presentándose, sus voces, eso era lo único que las diferenciaba de los demás.
—Tres, preséntate.
—Soy un androide A.N.N 098, serie KL789.

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—Díganos señor Phoenix ¿Por qué quiere comprar una de nuestras FemBot?
—Creo que la pregunta es obvia, fueron hechas para hacer compañía ¿Verdad?
—¿Qué tipo de compañía?
—Si creo que la quiero solo para fines sexuales se equivoca, quiero una chica que cumpla con la función de hacer compañía.
—¿Qué cumpla con la función de hacer compañía?
—Exacto, una compañera, dulce, servicial, algo... Sumisa, no me malinterprete, pero por el carácter, alguien que sea de un temperamento fuerte no serviría. No quiero una mujer con cual podría discutir todo el día.
—Entiendo ¿Alguna característica física en específico?
Lo pensó por un momento... Realmente no conocía los gustos de Aiden.
—No, ninguna.
—Bien ¿Para cuando la querría señor Phoenix?
—Antes del veinticuatro de octubre.
—En una semana.
—Exacto.
—¿Entiende usted que lo que está comprando es un androide especial con todas las funciones vitales de un humano?
—Si con eso se refiere que deben darle los mismos tratos de una persona, si.
—En ese caso, le daré una semana para que lea el manual de las A.N.N 098, si luego de leerlo, analizarlo y comprender que es lo que es el producto que usted quiere adquirir, y aun la quiere, podrá llevarla.
Suspiró, odiaba leer cosas de ese tipo.
—Okay.

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—¿Qué? ¡No! No quiero a esa mujer aquí —exclamó molesta la castaña.
—Tessa, baja la voz, ella está en la sala.
—¿Y por qué la trajiste a nuestra casa Josh? ¡Ni siquiera me consultaste!
—Ya te lo expliqué amor, es un regalo para Aiden, mañana mismo la llevaré a su casa.
Ann escuchó la discusión que estaba teniendo su reciente dueño con su esposa.
Sabía que no le había agradado su llegada, ellos están discutiendo y se encontraban en la planta alta.
Suspiró y se abrazó a si misma, sintiéndose agobiada, la iban a regalar a alguien más.
¿Por qué? ¿A quién?

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—Que gusto volver a verla Isabel —pronunció saludando a la mamá de Aiden, con un beso en la mejilla y un abrazo.
—Josh, cada vez que te veo, pareces mas grande.
El muchacho río divertido.
—Por favor, que solo le llevo unos meses a su hijo, no soy tan viejo.
Ella sonrió y luego miró curiosa a la muchacha detrás él.
—¿Tu novia? Es muy bonita.
De dio la vuelta y tomó a Ann de la mano, acercándola.
—No, ella es Ann, y si todo sale como lo planeo, será la perfecta compañera para Aiden —expresó con una gran sonrisa.
Isabel sonrió incómoda y luego miró al muchacho.
—¿Crees que podamos hablar un momento a solas?
—Claro, Ann, ve a la cocina.
Ella asintió con la cabeza y se marchó, dejándolos a solas.
—Josh, yo se que tus intenciones son buenas... Pero dudo mucho que esto le guste a Aiden.
—Usted no se preocupe, de seguro se enojara, insultara, ya sabe como es él, pero terminará quedándosela, confíe en mi —le dije guiñándole un ojo.
Muy convencido de que así sería.
Isabel observó a la chica y suspiró, Aiden se pondría muy molesto.

...