XXXIX PASADO -PARTE DOS-

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Lamento mucho la demora, espero que no muchos estén dormidos 😢
El próximo capítulo es el último.
Pd: recién termino de escribirlo, espero no tenga muchos errores >w<

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-¿Qué? ¿Es una broma verdad Aiden?
El joven rubio negó con la cabeza.
-No, todo lo que he dicho es verdad.
-No, no lo acepto.
-Evelyn, necesito que hagas esto por mi.
-Yo no voy a hacerme cargo de un hijo que no será mio -pronunció con desprecio-, no es mi culpa que ella le haya abierto las piernas a cualquiera.
La observó, decepcionado. Entendía que no quisiera una responsabilidad de ese tamaño, pero no que hablara de ese modo de Lizzie.
-Está bien -le dijo poniéndose de pie.
-¿A dónde vas?
-Me voy.
-¿Qué? -exclamó aturdida.
Se quitó el anillo de su mano izquierda y lo dejó sobre la mesa.
-A-Aiden.
-No puedo casarme con una mujer que piensa de ese modo, y no lo digo porque no quieras al bebé, sino por el hecho de hablar de ese modo de mi prima.
-¿Estás rompiendo nuestro compromiso por ella? Aiden estamos a un mes de nuestra boda -le dijo con lágrimas en los ojos.
-Estabamos a un mes -la corrigió-, yo no cambiaré la decisión que he tomado, y se que tú tampoco cambiarás de opinión.
-Tú sabes que jamás quise hijos y estuviste de acuerdo.
-Lo sé, pero esto va mas allá de tus deseos, es de mi familia de lo que estamos hablando.
-Aiden por Dios, tú familia soy yo, ellos son familiares, déjala crecer, si fue tan madura, tan adulta como para tener sexo sin protección, entonces que ahora se haga cargo de lo que ha hecho, sin joderle la vida a los demás.
La observó a los ojos por un momento y luego se giró, caminando a su habitación.
-Aiden.
Él no respondió, solo quería juntar sus cosas e irse.
Se había equivocado con ella.

-o-o-o-o-

Lo vio llegar y se abrazó con fuerza a él, sollozando.
-Tenía miedo de que no vinieras.
-Lizzie te dije que vendría y aquí estoy.
-Lo sé, lo sé, pero tenía miedo Aiden.
-Tranquila, todo estará bien.
-¿Y Evelyn?
-Nosotros... ya no estamos juntos.
Se separó y lo miró confundida.
-¿Por qué no?
-Me di cuenta que estaba cometiendo un error.
-¿Fue mi culpa verdad? -le preguntó al borde de las lágrimas.
-No cariño, nada de esto fue tu culpa.
Se secó las lágrimas de los ojos y luego asintió con la cabeza.
-De acuerdo.
-¿A dónde iremos?
-Alquilé un departamento, tendremos que tomar un taxi hasta allí. pero-
-¿Un taxi? ¿Y tu auto?
-Lo vendí.

-o-o-o-o-

Suspiró y observó el departamento.
-Bueno, no será muy grande pero servirá.
Ella sonrió y se abrazó a él.
-Gracias Aiden, esto es mucho y más de lo que yo esperaba.
-Al contrario, es poco, pero con los meses ya iremos estabilizando para la llegada del bebé.
-Jamás podré agradecerte todo lo que estás haciendo por mi y mi hijo.
-De nada Lizzie, por cierto, ¿Hablaste con él?
Negó con la cabeza y miró hacia abajo.
-No... Y no quiero hacerlo tampoco.
-Pero debes hacerlo, ese muchacho debe saber que será padre.
-Él lo sabe Aiden... Me pidió que abortara al bebé.
-Lo lamento.
-Yo no iba a matar a mi bebé...

-o-o-o-o-

Sonrió mientras tomaba su guitarra, Lizzie ya estaba de siete meses y las cosas ya estaban mucho mejor.
¿La gran noticia? Una niña tendría, esa misma mañana con la ecografía se habían entenderado ambos.
Ella lo observó y sonrió, tocando su vientre, la bebé siempre se tranquilizaba cuando el comenzaba a tocar la guitarra.
El rubio se sentó en el suelo, frente a ella, y comenzó a tocar una suave melodía.
Lizzie cerró los ojos y comenzó a cantar, acompañándolo.
Jamás había pensado con la idea de tener un bebé, ya que Evelyn no quería, y lo él también había estado de acuerdo, después de todo, la idea tampoco lo emocionaba.
Hasta ahora, hasta que había visto por primera vez en una ecografía a la bebé, escuchar si corazón, ver el vientre de su prima crecer día a día.
Ya quería conocerla, cargarla entre sus brazos, acunarla. Aquella niña lo llenaba de ilusión.

-o-o-o-o-

-Nicole.
-Mm puede ser...
-Mm ¿Luciana? ¿Kathleen?
-Quizás.
-¿Y en cuál piensas tú entonces?
-Aitana.
-¡Si! ¡Me encanta! -chilló emocionada.
-Entonces será Aitana Mc'Kallister.
Sonrió y extendió su brazo para poder tocar su vientre.
-Un gran nombre para una niña que también lo será.
-Ojalá ella tenga una mejor vida que yo -expresó con sonrisa afligida.
-Lizzie, tu vida recién comienza, y no porque tengas a la bebé se ha acabado, me tienes a mi, yo te ayudaré. Cuando ella nazca, terminarás tus estudios.

-o-o-o-o-

Se extrañó al llegar a su casa y no encontrar a su prima allí, ella no solía salir sola.
Se dio una ducha rápida, luego se preparó un sándwich y se sentó en la sala, mirando la tele, lo más seguro era que Lizzie habría salido para comprar algo a la niña, ya solo faltaba unas semanas para que finalmente llegara.
Bostezó cansado y se recostó, quedándose dormido antes de darse cuenta de ello.

-o-o-o-o-

Escuchó lo que el médico le decía y sus ojos se llenaron de lágrimas, aturdido... Deshecho.
¿Cómo se lo diría a él ahora?
Se secó las lágrimas de los ojos y tomó su celular, mientras sus manos temblequeaban.
Había intentando toda la tarde contactarse con él, pero no lo había logrado.
Sabía que el rubio volvía muy cansado de su trabajo, pero esperaba que ahora si lo atendiera.
"-¿Josh?" -Pronunció la voz adormilada del otro lado de la línea.
Respiró profundo y miró hacia arriba, sintiendo sus ojos humedecerse una vez más.
-A-Aiden... Necesito que vengas a la clínica del centro.
"-¿Qué? ¿Por qué?"
-Hubo un accidente... Lizzie-
"-¡¿Lizzie?! -Preguntó alarmado, interrumpiéndolo-, ¿Qué pasa con Lizzie? ¡¿Dónde está ella?!
-Solo... Ven Aiden.

-o-o-o-o-

La observó, ella lucía... Dormida, tranquila, pálida... Fría.
-¿Qué pasó? -preguntó en un tono monótono, sin apartar la vista de la jovencita.
-La asaltaron a la salida de una tienda, las personas acudieron a ella de inmediato al ver que estaba embarazada, pero-
Su voz se quebró y al ver a la única prima de su amigo en esa camilla, el nudo en su garganta le impidió continuar.
-¿Y la niña?
-Tampoco pudieron salvarla Aiden, lo intentaron, pero no pudieron hacerlo... Lo lamento mucho amigo.
-Quiero verla.
-Aiden, creo que-
-Quiero ver a Aitana ¿Dónde está? -preguntó en un tono firme.
-Les pedí que la dejaran... C-Con Lizzie.
Asintió con la cabeza y entró a la habitación, cerrando la puerta detrás de si.
Josh negó y se fue por un momento, le daría su espacio, su tiempo para que Aiden pudiera despedirse de ambas.
Se acercó hasta la camilla donde estaba su prima y al tocar su mano, que descansaba sobre su cuerpo, su corazón comenzó a latir más lento.
Ella estaba muy fría, y algo rígida.
Se inclinó hacia adelante y depositó un suave beso sobre su frente.
La miró y acomodó algunos mechones de su cabello al costado de su rostro.
Miró hacia la izquierda y allí vio un pequeño bulto envuelto delicadamente en unas mantas blancas con rebordes rosas.
Lo tomó en sus brazos y al correr un poco para poder verla, algo en su interior se quebró, se rompió por completo.
Era una pequeñita muy hermosa, apenas unos suaves cabellos rubios sobre su cabeza, y aunque sus ojos estuvieran cerrados, imaginó que serían azules, como los de Lizzie, porque después de todo, esa niña se parecía a ella.
Una lágrima, seguida por muchas más, comenzaron a mojar su rostro.
Su ilusión estaba ahí, entre sus brazos, y jamás podría volver a verla de nuevo.
Jamás podría escucharla, abrazarla, besarla... Cuidarla.
Porque amarla, eso sería lo único que podría hacer el resto de su vida sin poder tenerla.
Se sentó en una silla que estaba junto a la camilla y la abrazó a su pecho, llorando en silencio.
-Y-Yo te amaba... Lizzie también lo hizo, y-yo...
Respiró profundo y se cubrió el rostro con una de sus manos.
-N-Nada será igual sin ustedes en mi vida, nada.

-o-o-o-o-

Una semana había pasado y ahora se encontraba en su nuevo departamento.
Lo había alquilado en el peor lugar de la ciudad, la zona más peligrosa de todas, y aún así no le importaba.
Porque aunque jamás lo admitiera, internamente, lo único que buscaba era encontrarse en algún momento con ella.
¿Su único recuerdo de que existieron? Aquella guitarra y esas cinco fotos.
Solo eso se había llevado de su antigua vida, todo lo demás, lo había regalado.
Desde sus cosas, hasta las de Lizzie y la bebé.
Aquel trece de abril, junto a ellas, él también se había muerto.

...

Muñecas de compañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora