—Claro que sí ma, aquí te estaremos esperando, Lizzie está muy emocionada con tu llegada.
"—¿Cómo se encuentra Ann y el nuevo bebé?"
—Ellos están muy bien, ya está en las últimas semanas, pronto sabremos que es —pronunció el rubio con una sonrisa.
"—Me pone muy feliz escuchar eso hijo. Cuida mucho de Ann, y no la hagas llorar, ¿Okay?"
—Pides imposibles madre, ella de por sí es llorona, más aun estando embarazada.
Siguió hablando unos minutos más con su madre, y luego cortó, dirigiéndose a la sala, donde se encontraba su mujer e hija.
Ann sonrió y acarició suavemente el cabello de Lizzie. La niña estaba apoyando su cabeza en el vientre de su madre, mientras le contaba un cuento a su hermanito.
—¿Qué hacen?
—Le estoy contando una historia al bebito, papi —pronunció la pequeña rubia, sonriendo.
—¿Sí? ¿Cuál le cuentas? —le inquirió sentándose junto a Ann.
Ella lo miró, y sonrió, entrelanzando los dedos de sus manos.
—La princesa y el sapo.
—Y parece que al bebito le gusta ¿verdad cariño? —le dijo su madre con una tierna sonrisa.
La niña asintió, emocionada.
—Sí, se quedó quietito mientras me escuchaba.-o-o-o-o-
—Josh, hay alguien en el despacho buscando al señor Mc'Kallister. Le hemos explicado que él en este momento no se encuentra, y se niega a irse sin verlo.
—Llamen a seguridad.
—Es una persona mayor... Y no se ve muy bien de salud —pronunció la muchacha preocupada.
—¿Una persona mayor? —repitió reclinándose hacia atrás en su asiento.
Aiden no tenía abuelos por lo que recordaba, y la única familia que le quedaba, o que él conocía, era su madre y su tía, a menos que...
—¿Ha dicho como se llama? —le inquirió el castaño, curioso.
—No ha querido dar su nombre, alegando que el señor Mc'Kallister no querría atenderlo.
Abrió sus ojos con asombro.
—No puede ser —murmuró sin poder salir del desconcierto—. De acuerdo, hazlo subir hasta aquí, yo lo atenderé.
La joven secretaria asintió con la cabeza, y luego se retiró.
¿Podría ser quién realmente el creía? Si era así, llamar a Aiden en ese momento no sería una buena idea.-o-o-o-o-
—¿Qué pasa amor?
—E-Es... Negativo de nuevo —pronunció en un hilo de voz, antes de comenzar a sollozar.
Sintiéndose tan frustrada consigo misma.
Su marido la observó afligido y la abrazó, sabiendo que aquello la estaba afectando mucho.
—Nina, mi amor, yo sé que quieres un bebé, pero si sigues de este modo, tan dependiente del asunto, no llegará.
—No lo entiendes —le dijo entre lágrimas—... Ni para darte un hijo sirvo.
—Eso no es verdad y lo sabes. Tenemos a Stephan, y es mucho más de lo que alguna vez me hubiese permitido soñar. Contigo y con él, tengo la familia que siempre quise.
—Pero yo quiero otro bebé.
—Lo sé mi amor —pronunció en un tono bajo, abrazándola protectoramente—. Sé que quieres otro bebé, pero... Quizás haya que esperar un poco más, o buscar otras alternativas para encontrarlo.
—Yo no quiero adoptar, quiero que sea tuyo y mío, llevarlo en mi vientre. Quiero que sea de forma natural.
—De acuerdo, pero debes tranquilizarte ahora, ¿sí? No quiero que nuestro hijo te vea de este modo. Podemos tener una consulta con un especialista en fertilidad si lo quieres, pero debes intentar tranquilizarte.
—Está bien —susurró contra su pecho.
—Te amo ¿lo sabes?
Sonrió y frotó suavemente su mejilla contra el pecho de él.
—Y yo te amo a ti Noah.-o-o-o-o-
—Buenos días, tome asiento por favor —le pidió Josh, con una amable sonrisa.
Y vaya que le había costado fingirla. Ver a ese hombre de aspecto deplorable, quien según lo que su amigo le había contado, tendría unos cincuenta y tantos de años, no era fácil.
—Gracias, pero usted no es Aiden —pronunció entrecerrando los ojos.
Josh rió y negó con la cabeza.
—No, yo no soy Aiden, pero soy un buen amigo de él. ¿Puedo ofrecerle algo? ¿Un café?
—Un vaso con agua estaría bien.
—Okay —le dijo sonriendo, mientras se levantaba para tomar un vaso—. Aiden no se encuentra hoy en la empresa, ya que es su día libre, pero puede hablar conmigo.
Se acercó al tipo, y le entregó el vaso con agua.
—¿Quién es y por qué está aquí?
—Mi... Mi nombre es Axel Mc'Kallister, y soy el padre de Aiden.
Sí, sus sospechas habían sido confirmadas.
—Con que su padre...
—Sé que mi hijo debe odiarme, y que Isabel seguro también, pero necesito verlos.
—¿Por qué ha vuelto después de tantos años?
—He elegido una mala vida, y el momento de pagar por mis errores parece que llegó —pronunció con una sonrisa rota—. Quisiera poder despedirme de ellos, y pedirles perdón.
—¿Está enfermo?
Era una pregunta estúpida, con solo ver su aspecto físico, era innegable que lo estaba.
—Tengo cáncer terminal. Me han dicho que no me queda más de tres meses... Y eso fue el mes pasado.
Y Josh sabía que Aiden no solo no querría verlo, tampoco ayudarlo.
—Mire señor, su hijo se ha vuelto un hombre muy frío, y lamentablemente, siente un gran resentimiento hacia usted, por lo que dudo mucho que quiera verlo.
—Lo sé —pronunció en un tono bajo—. Pero... no quiero morirme sin volver a verlo.
Suspiró y buscó su celular, luego unas fotos en su galería.
—Hace seis años, Aiden conoció a una chica, su nombre es Ann, ellos han tenido dos hijos, y pronto nacerá el tercero.
Le pasó el celular, y Axel lo tomó, en cuanto vio las fotos de su hijo y familia, sus ojos se cubrieron de lágrimas.
—S-Soy abuelo...
—A su hijo mayor se lo robaron, y aunque creímos que había muerto, hace unos meses descubrimos que él está vivo... Y tiene más de treinta años.
Lo miró con confusión.
—¿Qué?
—Fue sometido a un tratamiento de crecimiento acelerado, y luego lo vendieron como el primer hombre artificial en el mercado. De hecho —le dijo tomando nuevamente el celular para buscar otra foto—. Ya es bisabuelo, éste es el hijo de su nieto, su nombre es Stephan, y es muy amigo de mi hija.-o-o-o-o-
—Mami, hay alguien en la puerta —pronunció Lizzie, arrodillada en el marco de la ventana, mirando hacia afuera.
Con algo de dificultad, ya que su vientre había crecido mucho, se levantó de su asiento y se acercó a su hija, para ver de quien se trataba.
—No sé quien será cariño.
—Pero está llamando mami.
—Hija, ¿recuerdas que te conté que hay personas malas? No podemos confiar en los desconocidos.
—Pero podríamos preguntarle que necesita.
—Sí aun sigue estando allí, cuando tú papá regrese, él lo hará.
Aiden había salido a hacer algunas compras, y como Ann se sentía muy cansada, prefirió irse solo.
—¿Y si solo le preguntas desde aquí que quiere mami?
Miró a su hija, y luego asintió, dirigiéndose hacia un panel de control que estaba junto a la puerta de la casa.
Desde su hogar, hacia el portón de la vivienda, habían más de veinte metros de distancia.
Apoyó la palma de una de sus manos, y la cámara enfocó su rostro.
—Buenos días, ¿qué se le ofrece? —preguntó amablemente la morena.
Hacia afuera, junto al portón, una pequeña pantalla descendió a la altura de la persona que se encontraba allí parada, y en la imagen, apareció el rostro de Ann.
—Hola, estoy buscando a Aiden Mc'Kallister, él vive aquí ¿verdad?
—¿De parte de quién? —le inquirió con cierta desconfianza en su tono de voz.
Su apariencia no auguraba nada bueno.
—Mi nombre es Axel, soy su padre....
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Muñecas de compañía
Science Fiction¡Hoy 13/04/18 cumplimos un año!❤? Había sido creada con un único propósito, y ese era el de ser una "acompañante", aunque todo aquel que compraba una A.N.N 098 sabía que su uso seria otro, él de juguete sexual. Pero con ella fue diferente, su "am...