A prueba de fuego [H.S] (LA ESTOY EDITANDO)

Capitulo 17

Capítulo 17

-¡¿LE FALTA MUCHO A LA SEÑORITA TARDONA?! -oigo a Dana gritar desde el piso de abajo.

-¡QUE TE CALLES Y ESPERES UN MOMENTO! -le grito de vuelta.

Termino de hacerme una fina raya negra en el ojo. Corro a por mi bolso y bajo las escaleras. Dana se está mirando en el espejo del pasillo, retocándose el pelo.

-¿Puedes decirme por qué siempre que quedamos con alguien salimos tarde? -Pone los brazos en jarra.

-Humm... -Me encojo de hombros.

La aparto del espejo con una risita y me miro. Pelo peinado y recogido hacia atrás, aceptable. Escaso maquillaje pero bonito, aceptable. Vestido negro y planchado, aceptable. Todo lo necesario metido en el bolso, correcto.

-Ya está, podemos irnos -digo.

-Ya era hora -se queja.

Nos encaminamos a la puerta y andamos durante quince minutos hasta la dirección que los chicos nos dijeron. Ha pasado más de una semana. Una larga y aburrida semana en la que he estado encerrada dentro de casa. Ayer mismo me quitaron los puntos. Las heridas han cicatrizado sin problemas y para celebrar que ya estoy bien, ellos nos han invitado a cenar en un restaurante que tiene que estar si no me equivoco a la vuelta de esa esquina.

-¡Aquí es! -dice Dana al echarle un ojo al letrero.

Miro la hora, las once menos veinticinco. Veinte minutos tarde, genial. Me aliso el vestido negro que llevé a la fiesta esa del tal Eric la otra vez, y entramos después de decir nuestros nombres a un camarero trajeado.

-Acompáñenme, señoritas -nos dice.

Nosotras le seguimos, mirando de aquí para allá. Se nota que es un restaurante de lujo.

-Sara -Dana me susurra detrás.

-¿Qué? -le pregunto en el mismo tono.

-Creo que no me he traído el suficiente dinero para pagar esto -dice.

Mi cara es todo un poema.

-Eh... Supongo que como caballeros que son, querrán pagar la comida ellos.

Ella da unos pasitos rápidos con sus tacones hacia mí cuando se está quedando atrás.

-Pero eso no es de muy buena educación -dice.

-Que sí... Cuando no nos dejen pagar, insistimos un poco y nos hacemos las tontas. -le guiño un ojo.

-Su mesa es aquella de allá -el camarero nos interrumpe, señalando una mesa que hay hacia el fondo.

Parece ser que hay una azotea con más mesas. La nuestra está situada al lado de la barandilla que da vistas a Londres.

-Vaya... -murmura Dana, asombrada por la variedad de luces encendidas.

Liam, Louis y Harry están sentados. Louis nos ve y nos señala con una sonrisa, diciéndoles algo a los demás. Harry y Liam alzan la vista y se quedan estupefactos, yo diría que boquiabiertos.

-Que incomodidad. ¿Por qué nos miran así? -refunfuña Dana.

Yo río entre dientes. Mis mejillas se tornan de un rosa encendido.

-Uau chicas, estáis... -dice Liam.

-Impresionantes -acaba la frase Louis.

-Preciosa... -oigo susurrar a Harry, que está con la boca abierta mirándome únicamente a mí.