Yo: ¡adiós! - Me despedí de todas mis amigas.
Me habían atosigado con miles de preguntas sobre la fiesta, "¿Vas a venir verdad?", "no seas tonta, si va a ir todo el mundo menos tú", "Sara, tienes que ir", "habrá mucha diversión". ¡Aah!, me volvían loca, cuando quieren son unas pesadas. Todas nos marchamos a las cuatro y media, ya que ellas decían que necesitaban dormir para aguantar en la fiesta y otra incluso iban a empezar a arreglarse ya.
Me llevé todo el camino pensando en qué haría, sabía que Harry se enfadaría o incluso peor. Llegué a la casa de los chicos, dormía allí desde el domingo, se empeñaron en que necesitaba atención y todas esas tonterías, pero en verdad había funcionado. Saqué las llaves que me dio Zayn y abrí la puerta, dejé mis cosas sobre la mesa de la cocina y fui directa a un armario de madera, hace días descubrí que Niall guardaba muchas chucherías escondidas ahí, los chicos no lo sabían porque de lo contrario, se las comerían en seguida. Le prometí a Niall que guardaría su secreto, me dijo que podía comer algunas.
Extendí mi mano derecha hasta el fondo y saqué una bolsita, cogí una esponjita rosada y me la llevé a la boca. Guardé la bolsita y cerré el armario para seguir dándole pequeños mordisquitos a mi chuche.
Harry: si te comes más golosinas te pondrás más dulce de lo que eres - Yo sonreí, sabía perfectamente quién era, la voz ronca y perfecta de Harry era inconfundible para mí.
Me giré hacia él y le abracé terminando mi golosina.
Yo: te eché de menos durante mis horas de clase - Sonreí, él me apretó más contra él y levantó mi mentón para depositar un suave beso en mi nariz.
Harry: me moría por volver a besarte - Dicho esto, me plantó un beso en los labios, que cada vez fue haciéndose más largo y salvaje.
Su lengua pidió entrada en mi boca y la recorrió en un instante, luego la paseó por mis labios y terminó con un dulce mordisquito en mi labio superior.
Harry: te quiero, pero decírtelo no es suficiente para mí. Cuando te beso no puedo parar, porque me encanta, y tus caricias me matan - ¡Hoy está romántico, lo tengo en el bote para comentarle lo de la fiesta!.
Yo: te quiero... - Susurré, me acerqué a su pecho y apoyé mi cabeza en la zona de su corazón.
Escuché como sus latidos, eran relajados, pero cuando metí mi mano bajo su camisa y empecé a hacer cosquillas en su torso suave y trabajado, sus pulsaciones fueron rápidas y nerviosas.
Yo: ¿aún siendo novios te pongo nervioso? - Me burlé.
Él me acarició el pelo y dijo:
Harry: siempre haces que mis pulsaciones se descontrolen - Sonrió con los ojos cerrados.
Yo: Harry... - Dije, estaba a punto de comentarle lo de la fiesta.
Harry: dime cariño - Murmuró repartiendo cortitos besos por mis hombros.
Yo: hoy iré a una fiesta que hace un amigo mío de la Universidad, es de despedida, porque él está en tercer grado y termina la Universidad y ha invitado a muchas personas.
Harry se separó de mí bruscamente y me miró con seriedad, ¡ya empezamos!. Verás... verás....
Harry: ¿quién es ese tipo? - Preguntó molesto.
Yo: es un amigo, se llama Mike. Mi amigo Paul se empeñó en que fuera y al decírselo a Mike me invitó.
Harry: vaya, tienes muchos amiguitos ¿eh? - Sus pupilas empezaron a dilatarse y ya no reconocía sus hermosos ojos verdes .- ¿Por qué es fundamental para los tíos esos que vayas a la fiesta, a caso les gustas?.