A prueba de fuego [H.S] (LA ESTOY EDITANDO)

Capitulo 15

Capítulo 15

Su lengua pide entrada en mi boca con exigencia. Respira profundamente colocando una mano en mi nuca, atrayéndome hacia sí. Nadie en mi vida me había besado de esta manera. Y tengo que decir que se siente jodidamente bien. Justo cuando se despega de mí, la puerta se abre dejándole paso al doctor seguido de una enfermera rubia que sostiene una carpeta azul oscura.

    -Vaya, pero si estás despierta -Me sonríe amablemente.

    Le devuelvo la sonrisa y me incorporo en el colchón, tratando de no pensar en lo que estaba haciendo unos minutos antes de que ellos dos entrasen.

    -¿Cómo te sientes, Sara? -me pregunta la enfermera.

    -Mejor, supongo. Aunque me duele el cuerpo, sobre todo el brazo -contesto.

    Quería decir que el brazo me está matando, pero no quiero que me pongan una inyección. No tengo ni idea de lo que me harían, y no quiero arriesgarme.

    -El calmante se estará pasando, Lily. Tráele un poco de agua y los medicamentos necesarios -le dice el doctor.

    Ésta asiente y se marcha después de entregarle la carpeta. No me doy cuenta hasta después de que Harry está de pie. ¿Qué pensaba? ¿Qué se iba a quedar en el suelo? Eres tonta, Sara.

    -Bien -murmura revisando informes.

    La puerta se abre y por ella aparece la cabeza de Zayn. 

    -Esto... Disculpe, ¿podemos pasar? -pregunta con timidez.

    A sus espaldas oigo la voz de Dana, lo que hace que el cuerpo se me llene de alegría.

    -¿Cuántos sois? -pregunta el doctor.

    Zayn insinúa una pequeña sonrisa y abre la puerta del todo. Los ojos del hombre se agrandan al ver a cinco personas para una habitación algo pequeña.

    -Bueno... Está bien, pero no la agobiéis.

    Ellos se adentran lentamente. Les sonrío a todos y cuando mi mirada se depara en Dana, ella no puede controlarse y termina llorando y corriendo hacia mí para abrazarme.

    -Cuidado... -dice el médico.

    -¡Dios mío, estaba tan preocupada! -Llora abrazándome con fuerza.

    -Vamos, tranquilízate -le digo.

    Ella se aparta de mí y me escruta con la mirada. Un pequeño escalofrío me recorre la espina dorsal.

    -¿Que me tranquilice? -farfulla-. ¡He estado toda la noche con el corazón encogido y pensando en las mil cosas que podrían haberte ocurrido! ¡Y tú me dices que me tranquilice!

    -Tiene razón, Dana. Tranquilízate -Niall le posa una mano en el hombro.

    Ella se vuelve diabólicamente hacia él, haciendo que retroceda.

    -Jamás en la vida le digas a una mujer que se tranquilice, amigo -puedo oírle susurrar a Louis.

    Minutos después el doctor me examina. Parece ser que todo está bien, lo que calma a Dana milagrosamente. No la culpo, yo también me comportaría de esa manera si fuese ella la que estuviera en mi lugar.

    Liam se sienta junto a mí, con cuidado de no hacerme daño. Todos me hablan de lo preocupados que estaban, menos Harry. Él es el único que está callado sin apartar la mirada ni un solo instante de mí. Me dicen que les cuente lo que me sucedió, pero antes de que abra la boca viene la enfermera y los echa a todos. Liam se resiste acompañado de Dana, que finalmente acaban por salir de la habitación.