A prueba de fuego [H.S] (LA ESTOY EDITANDO)

Capítulo 43 - El plantón de Harry

Yo: ¿qué tal estoy? - Dije dando una vueltecita, Dana me observó sonriendo.

Dana: estás preciosa - Contestó abrazándome.

    Tenía la cita con Harry en media hora. Me había puesto unos shorts vaqueros claritos con una camiseta de tirantas con pequeñas flores rojas. Me calcé unas botitas cortas con un poco de tacón y llevaba el pelo suelto pero con algunos mechones recogidos con pinzas.

Dana: venga, vete que vas a llegar tarde. Recuerda, quiere disculparse, pero tú también deberías decirle algo, disfruta y haz cosas ilegales - Dijo moviendo las cejas como una pervertida.

Yo: eres tremenda Dana... - Siseé, ella rió y me sacó de un empujón a la calle .- ¿Por qué quieres que me vaya tan rápido?.

Dana: porque Niall vendrá y haremos de todo, necesito intimidad - Yo resoplé y me marché mientras veía que Dana me despedía con un gesto.

    Caminaba a paso tranquilo, tenía suficiente tiempo para llegar bien, de todas formas Harry habría llegado antes que yo por si iba a preparar algo. Estaba tan feliz, cada paso que daba sentía un cosquilleo irremediable en el estómago, iba a volver a abrazar a mi inglés, a mi novio, a mi amor, al chico que quiero con toda mi alma. Es verdad que somos muy diferentes en algunos aspectos, pero lo más importante es que nos queremos y yo no puedo estar una semana sin verlo, tocarlo, besarlo... desde que llegué a Londres no han hecho más que pasarme cosas malas, la mala suerte me persiguió, lo único que me queda son mis amigos, Dana y sobre todo Harry, necesito que me consuele, que esté a mi lado siempre, que me demuestre su cariño.

    Faltaba poco para llegar a Hyde Park. Diez minutos después entré por su puerta para pisar la hierba de aquel parque tan grande, de todas maneras es uno de los parques más grandes de Londres y tiene una belleza maravillosa. Recordé el lugar donde me citó Harry y fui hacia la famosa estatua de Hyde Park. Cuando la encontré no había nadie, este era sin duda el sitio donde íbamos a quedar. Llegué con mi bolso colgado al hombro y busqué a Harry con la mirada, ¿aún no había llegado?, que extraño. Miré la hora, todavía faltaban tres minutos, pero yo imaginé que tendría que estar allí antes que yo.

    Me senté en un banco que había cerca y esperé, no aparecía nadie y ya habían pasado diez minutos. Empecé a preocuparme y, molesta, me levanté de aquel banco para inspeccionar los alrededores más cercanos a la estatua, quizá me habría equivocado y él estaría en otro sitio. Sólo veía a mujeres con sus hijos, a hombres con sus parejas etc... me dio algo de vergüenza porque yo estaba sola. De repente, ví de espaldas a un chico castaño de pelo rizado. ¡Por fin!, estaba algo enfadada, aún así fui a buscarlo, cuando llegué seguía de espaldas a mí.

    Yo: ¡Harry!, estuve esperándote allí con todo el sol, ¡¿cómo has sido capaz de dejarme ahí y no llamarme al menos?! - Exclamé furiosa, pero cuando se giró se me cayó el pelo.

    Hombre: ¿perdón?, yo me llamo Carl, no Harry y creo que me ha confundido - Dijo el hombre confuso, yo estaba roja como un tomate, el hombre por detrás tenía el pelo de Harry, pero por delante era feísimo.

    Yo: ¡lo siento muchísimo!, esque se parecía mucho a mi novio por detrás, perdone de verdad - Me disculpé ruborizada.

    Hombre: no importa - Dijo él algo divertido.

    Yo me fui otra vez al banco, si no llegaba en diez minutos más, me iba a casa de una puta vez. ¡Me dejó una hora esperando!, cuando dieron las seis en punto me levanté humillada, avergonzada, enojada y rabiosa. ¡¡Me ha dejado plantada!!, será... ¿cómo no pude suponerlo?, seguramente fue todo mentira y me hizo esto para jugármela, es increíble, ahora la que está enfadada de verdad ¡soy yo!, pero bien enfadada... he llegado a mis límites.