FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)

02. Verano muerto

Las noticias vinieron cuando estaba desempacando en un desdichado día de julio. Mis pantalones fangosos estaban metidos en el cesto, junto con mis lágrimas y mi corazón roto. Había pasado un año sin ella y volver a Riverdale me había hecho darme cuenta de lo poco que la había llorado. Era como una sacudida al sistema, una luz parpadeando en mi cabeza mientras se hacía más claro para mí. No estaba lista para enfrentar la cruda verdad; mi hermana había muerto esa noche y no hubo nada que yo pudiera hacer para ayudarla. Parece que huir lejos no ayudó tampoco. Pero parecía que con mi vuelta al pueblo algo más había vuelto. La muerte había llegado de nuevo al pueblo soñoliento, algo que nadie encontró de consuelo.

—Jason Blossom —Quinn estaba mirando hacia su laptop, su cabello oscuro hecho una cola de caballo mientras se sentaba en el borde de mi cama. Mi hermana menor había estado leyendo artículos de noticias en línea durante toda la mañana—. Las policías aún no encuentran el cuerpo, pero éste se lo pudo haber llevado la corriente del río.

Doblé otra camiseta lentamente, dejándola hablar sobre el chico Blossom sin interrupciones. Quinn siempre había estado interesada en casos extraños y asesinatos, mis padres pensaron que era una imaginación hiperactiva cuando era niña, pero la fase no había hecho más que expandirse conforme ella crecía. No había hablado con ella al respecto en un tiempo pero la última vez que chequeé, ella quería estudiar ciencias forenses. Encontraba aplaudible el hecho de que supiera qué quería hacer con su vida, a diferencia de mí misma. —¿Lo conocías bien, Lottie?

La pregunta me impactó y cuando la miré por un segundo demasiado largo, ella se dio cuenta. Ella succionó sus mejillas y una mirada pasó por sus ojos marrones. Ya podía oír la lectura que mi madre le había dado sobre pasos de bebé y no presionarme. —Lo siento, no debería estar hablando sobre cuerpos muertos y todo eso–

Aclaré mi garganta, poniendo a un lado mi ropa doblada. —No me voy a despedazar si mencionas la palabra muerte, Quinny. Mi madre piensa que soy frágil, pero no estoy tan rota.

Quinn asintió, cerrando su laptop. —Tan es la palabra clave —respondió, dejando a sus ojos ir hasta mi cara. Cuando me mudé, mi hermana pequeña solía enviarme cartas. Siempre me mantenía informada de todo. Solía contarme lo que pasaba por su mente, y cómo lidiaba con la muerte de Rose. Ella paró de escribirme después de un par de meses y yo estaba agradecida por ello—. Sé que las cosas son diferentes y sé que ha sido un año difícil, pero–

—¿Pero qué? —pregunté quedamente.

Mi hermana jugó con su cabello, un tic nervioso. —Puede que no haya sido un año entero de luto para ti, Lottie. Entiendo que todavía tratas de lidiar con todo lo que sucedió pero ha pasado un año para mí, para todos. Malas cosas pasan pero tienes que seguir adelante.

Tragué una respiración, sus palabras eran duras. Casi había olvidado lo cruda que podía ser, sin ponerle azúcar encima a nada. A veces lo encontraba encantador, pero ahora era como una patada en el estómago. —No quiero ser insensible, pero tiene que entender por qué mamá y papá te sacaron de ese lugar —nunca había pensado en la razón por la que decidieron sacarme de la institución mental, solo asumí que ya no podían pagarlo—. Es porque no estabas mejorando, no podías lidiar con lo que sea que pasaba por tu mente. Esa es la razón por la que estás en casa, porque quizás, solo quizás, estar en casa te ayudará a avanzar de su muerte.

Quinn dejó que sus palabras llenaran el cálido ambiente por un momento. Recordé esta mañana, estando en el mismo lugar en el que había estado un año atrás, mirando la sangre derramarse por la cara de mi hermana. Quinn nunca sabrá la carga que llevaba sobre mis hombros por ser la que la había encontrado, la que llegó muy tarde para detenerlo. —¿Mamá te pidió que me dijeras eso? —pregunté, mis ojos yendo hasta abajo. Ni siquiera podía mirarla.