FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)

30. Chicos en América

—A veces, pienso que cuando solo somos nosotros dos, todo no es tan oscuro —la voz de Jughead era tan suave y cubierta de sueño. Me giré para ver su rostro con claridad, iluminada por la luz a comienzos de mañana a través de las cortinas. Después de nuestra noche en Pop's, donde compartimos un sundae y aros de cebolla, tuvimos que volver a casa de Archie y arrastrar un colchón a la sala de estar, y nos dormimos con altos niveles de azúcar en el sistema. Ahora, era temprano a la mañana siguiente y la noche anterior no parecía más que un sueño—. Últimamente las cosas han sido muy... como de película de adolescentes, pero me alegra mucho estar a tu lado, Lottie.

Sus palabras eran ciertas, incluso yo lo pensaba. La oscuridad jugó en mi cabeza con la llegada de Cade Bellows, todo el trabajo duro para continuar se estaba derrumbando. Tratar de avanzar era difícil pero de algún modo, cuando estaba con Jughead todo ese odio e ira se desvanecía. Jughead estaba batallando con sus propios demonios con su padre y yo seguía luchando con la muerte de Rose, pero juntos, el mundo no parecía tan oscuro. —A mí también, Jughead.

Jughead se acercó, su cabello oscuro lucía suave sin su gorro. Quería estirarme y pasar mis dedos por él, pero decidí no hacerlo. Su calor corporal irradiaba de él en ondas y quería acurrucarme con él y cerrar los ojos, fingir que el mundo era diferente. —Lottie —su llamado me hizo mirarlo, sabiendo que algo doloroso venía—. ¿Qué vamos a hacer con respecto a Cade?

Ahí estaba, la pregunta para la cual no tenía respuesta. Nunca pensé que tendría que volver a verlo tan pronto, cuando todo seguía siendo doloroso y de algún modo, fresco. Él me había arrebatado tanto y la vieja Lottie le habría arrancado el rostro con las uñas a este punto, pero yo ya no era esa chica. Ese chico me asustaba, más de lo que pensé humanamente posible. Cade Bellows era peligroso y no estaba segura de cómo reaccionaría si yo actuaba en su contra. Pero me gustaba el modo en que Jughead lo preguntaba, como no era solo yo, sino nosotros. —No lo sé —confesé, volviendo a tumbarme sobre mi almohada y mirado al techo—. Pero lo averiguaremos. Juntos.

—Juntos —Jughead estuvo de acuerdo.

De repente, una belleza de cabello oscuro bajó por las escaleras, sus ojos ensanchándose al vernos. Veronica seguía usando su ropa de la noche anterior y de hecho, estaba sorprendida de verla aquí todavía. —Ronnie, hey —me empujé sobre mis codos, dándole una rápida sonrisa. Estaba sosteniendo sus tacones en las puntas de sus dedos, sus ojos un poco iluminados.

—Buenos días, Jughead y Lottie —Veronica arrulló, bajando las escaleras. Estaba intentando ocultar una sonrisa y tenía la sospecha de que esa sonrisa era obra del pelirrojo que estaba escaleras arriba, quien muy probablemente seguía dormido—. Así que, escuchen ustedes dos...

Jughead me envió una sonrisa, sentándose en nuestro colchón compartido en el suelo. —No te preocupes —interrumpió antes de que Veronica pudiera terminar su frase. No necesitábamos saber qué había ocurrido exactamente entre ella y Archie, pero por la sonrisa en sus labios, estaba muy claro—. Nuestros labios están sellados.

Le guiñé un ojo. —Somos muy buenos manteniendo secretos.

Veronica asintió, ya dirigiéndose a la puerta principal. —Ya lo sabemos —se detuvo en la puerta, enviándonos una sonrisa amigable y conocedora—. Ustedes dos son muy adorables juntos, ¿lo saben?

Con eso la puerta se cerró, la chica nueva del pueblo yéndose con una risita en su voz. Giré la cabeza hacia Jughead, viendo la sonrisa crecer en sus labios. Honestamente, yo también pensaba que éramos condenadamente tiernos juntos.

...

El baile escolar se estaba acercando, los Bulldogs enfrentándose a los Baxter High Ravens. Era una tradición en nuestro pequeño pueblo, una que siempre traía viejos rostro al mismo. Era bastante seguro que este fin de semana también sería para que los viejos estudiantes se reunieran, volviendo al pueblo para revivir sus viejas vidas. Para decirlo de algún modo, este fin de semana no terminaría bien, y eso era un eufemismo.