25. Noche silenciosa

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Me encontré a mí misma en el oscuro cementerio de Riverdale, las sombras burlándose de mí mientras pasaba por las lápidas y trataba de limpiar las lágrimas de mis ojos. La noche estaba silenciosa, como si todos en el mundo se hubieran ido a esconder y yo fuera la única que quedara. Continué reproduciendo lo que sucedió con Jughead en mi cabeza, maldiciéndome a mí misma porque no era más que una tonta con él. Había pasado mi noche más oscura con él, le dije los horrores que me mantenían despierta por las noches y cuando pensé que me iba a confortar, me dejó caer desesperanzadamente, mi corazón rompiéndose en dos pedazos. Debí saber que él nunca estaría interesado. No era buena para él, no era más que una serpiente disfrazada de oveja en estos días, tratando de convertirme en una buena persona, pero eso era una pérdida de tiempo. Las personas no cambiaban, y siempre sería la chica que una vez fue descrita como astuta y excesivamente manipuladora. Era la chica que se había aburrido del corazón roto de su hermana y la empujó a los brazos de un violador, lo cual causó su muerte. A veces, nuestros demonios nos perseguían hasta que no nos quedara nada dentro, y estaba bastante segura de que no quedaba nada bueno dentro de mí ya.

El aire frío pellizcaba mi piel, pero caminé por el cementerio hasta que encontré lo que estaba buscando, pero tal parecía que no estaba sola esta noche. Alguien más decidió visitar la tumba de mi hermana. —¿Reggie? —Mi voz sonaba tan débil, cubierta con lágrimas que aun rogaban por ser liberadas.

Reggie Mantle se dio la vuelta, y noté las flores puestas en el duro suelo, frescas y de dulce olor. Algo se atascó en mi garganta mientras caminaba hacia él, viendo sus ojos cristalizados. Él metió las manos profundamente en sus bolsillos y me dio un asentimiento de cabeza.

—Tú eres quien deja flores —empecé silenciosamente, recordando la mañana en el lago cuando había encontrado flores en el árbol en el cual Rose murió. Pensé que había sido mis padres, o James quizás. Cada vez que visitaba su tumba, había rosas allí esperando—. ¿Por qué? —Pregunté después de un largo momento.

—Rose me dio tutoría —habló silenciosamente, el viento era ruidoso en mis oídos—. Nadie sabía. El Entrenador quería que mis notas fueran más altas, y amenazó con mandarme a la banca si no me iba bien en mis clases, también. Rose oyó la conversación cuando estaba empacando sus cosas de porrista un día. Se ofreció a ser mi tutora y acordamos que sería un secreto entre nosotros —hizo una pausa, viéndome. Era tan alto, que de hecho tenía que alzar el mentón para poder verlo a los ojos—. Ella era así de amable. No esperaba nada a cambio. Solo quería ayudar.

Bajé la mirada hacia su tumba, leyendo el escrito en mi cabeza.

Rose Savannah Barns. Querida hija, hermana preocupada y amiga apreciada.

—No sabía eso —ofrecí quedamente, un escalofrío recorriendo mi espina dorsal. Reggie captó mi acción y rápidamente se deshizo de su chaqueta, poniéndola sobre mis hombros.

—Rose se merecía más que la vida que tuvo —asentí, sintiendo mi mentón temblar una vez más esta noche.

Reggie bajó la mirada hacia mí de nuevo. —Sí, es así —él vio mi rostro, y notó la única lágrima que bajó por mi fría mejilla. Sin dudarlo, se inclinó y la apartó. El momento estaba quieto, nada más que el mundo entre nosotros.

—Tú también, ¿lo sabes? No importa lo que sucedió esa noche, tú deberías tener una buena vida también.

No sabía si él sabía la verdadera historia de lo que había sucedido esa horrible noche. Había oído nuevos rumores cada día en el colegio, cada persona con su propia teoría del por qué dos hermanas Barns casi mueren esa noche. Tenía mis sospechas de que a él no le importaba realmente la historia, estaba más interesado en tratar de mostrarme que no era tan mala como todos decían. Muy poco sabía Reggie Mantle que yo era peor. Pero en ese momento, quería agradecerle por tratar de arreglar lo que estaba roto dentro de una chica sin esperanza.

FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora