FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)

11. Pobre chico

Me detuve en la casa de los Cooper en mi camino a casa, apagando el motor del viejo vagón de mis padres en una curva. El aire era cálido mientras yo cerraba la pesada puerta, mirando hacia arriba a la ventana de Betty. Las cortinas estaban abiertas, y las luces encendidas. Había dejado a Quinn en casa después de su práctica de la banda, sabiendo que mi madre se preocuparía si ambas chicas no estaban en casa antes de que oscureciera. No había visto a Betty después de clases, lo que usualmente no era inusual, pero después de una pequeña charla con Veronica junto a mi casillero en la que me informó sobre la terrible práctica de porristas, hice el esfuerzo de venir a verla. Metí las llaves en mi bolsillo, apresurándome hacia la acera y deteniéndome frente a la familiar puerta roja. Antes de poder siquiera tocar, fue abierta de golpe y me vi cara a cara frente a la mismísima Cheryl Blossom.

—Uh, ¿qué estás haciendo aquí? —Pregunté, retrocediendo para darle algo de espacio para que saliera del umbral.

Cheryl parpadeó, de hecho sin palabras por primera vez en su vida. Ella no tenía que decir ni una palabra, podía ver el miedo en sus ojos fríos. Sin pensarlo, pasé rápidamente por su lado, sintiendo una ola de terror pasando a través de mí. Si Cheryl se iba corriendo de esta casa, significaba que algo había ido mal con Betty.

Antes de que yo pudiese subir las escaleras, la voz de Cheryl hizo eco a través de la casa. —Ella está loca.

Odiaba esa palabra.

—¿Perdona? —Me di la vuelta de nuevo, mi corazón en mi garganta. Miré como la pelirroja pasaba algo de cabello detrás de su hombro, de pronto muy serena. Fue como ver una luz encenderse y apagarse, de repente el miedo en sus ojos se había desvanecido. Esta chica era muy buena cambiando sus emociones en el parpadear de un ojo. Quizás aprendió eso de uno de sus padres. Sus hombros se cuadraron, y su mandíbula se destensó.

Cheryl no apartó la mirada, siempre intentando dejar claro quién era la dominante en cada situación. —No creo que necesite repetirlo, Charlotte. Parece que escogiste tus amigos sabiamente, ¿no es así? Betty Cooper, la chica destinada a derrumbarse bajo la presión, justo como su hermana. Charlotte Barns, la chica demasiado débil para vivir sin su hermana. Ustedes están hechas la una para la otra.

Podía sentir la ira hirviendo en mi interior, rogando por ser liberada. Por todo un año estuve tratando de encubrir esa ardiente rabia, tratando de volverme una mejor persona. Pero sin nadie más que Cheryl Blossom para presenciarlo, lo dejé salir. —Eres una real pieza de trabajo, Cheryl. Incluso con el cadáver de tu hermano yaciendo en una mesa, siendo abierto por un bisturí, aún estás envuelta en esa burbuja de inmadurez y la necesidad de destruir todo lo que tocas. Quizás quien sea que mató a tu hermano finalmente lo resolvió. La familia Blossom no es más que odio envuelto en fortuna. Quizás quien sea que lo mató, se dio cuenta de que el mundo estaría mejor sin otra perra hiriente.

Un jadeo cayó de mi boca, no esperando soltar esas palabras. Cheryl no dijo ni una sola palabra, solo giró sobre sus tacones, yéndose lejos. Prácticamente podía oler la derrota emanar de ella, pero yo era mejor que eso. Si había una cosa en la que los Blossom eran buenos, era en la venganza, y sabría que ella vendría a por mí por aquellas palabras. Mis hombros cayeron, mi cabeza de pronto pesada sobre los mismos. No debía haber explotado así, a pesar de todo, ella no merecía eso totalmente.

—Ahí está la vieja Lottie —Betty estaba de pie al principio de las escaleras, su mano envuelta en la barandilla. Incluso en el oscuro pasillo, podía ver las lágrimas frescas en sus ojos. Rápidamente me moví hacia ella, mi mano enroscándose alrededor de su brazo.

Aclaré mi garganta. —Hey, siento que hayas tenido que ver eso-

Betty limpió una lágrima de su mejilla, dándome una sonrisa apretada. —No creí que lo haría, pero la extraño. La Lottie que decía lo que pensaba sin importarle las consecuencias.