FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)

06. Especial después de clases

Recuerdo sentarme en el último escalón de nuestras escaleras, mi cabello húmedo alrededor de mis hombros, mis pequeñas manos envueltas en mis rodillas. Estaba en educación intermedia, viendo a Rose girar en su bonito vestido floreado. Era su primer baile de secundaria, ella era solo una estudiante de primer año, pero lucía tan madura en mi opinión. Recuerdo pensar que esa sería yo algún día, toda arreglada y sintiéndome maravillosamente perfecta en ese momento. Mi madre arrullaba alrededor de Rose, tomando fotos de ella posando junto a la chimenea. James se contuvo, era un poco tímido frente a la cámara. Él le había traído un corsage y todo. Lucían perfectos. Esa fue la primera vez que noté lo pura que era mi hermana, no en esa manera inocente, sino el modo en el que era la chica dorada. Ahí fue cuando me di cuenta de que no estaba ni cerca de ser así de buena, y sabiendo que ella era amada por todos, la hija favorita, golpeó en lo profundo de mi interior, incluso cuando era así de joven.

Incluso ahora, cuando mi hermana perfecta no estaba, su presencia aún taladraba en mi cabeza. Era algo que nunca se iba a ir. Solía recibir cumplidos de lo mucho que nos parecíamos, solo cosas pequeñas realmente. Tienen los mismos ojos bonitos. Son afortunadas de que ambas sean tan bonitas. Nunca me había fijado, pero tienen los mismos labios. Esas palabras me hacían pensar que quizás, sólo quizás, podríamos ser la misma alma. Que yo estaba cerca de convertirme en buena como ella. Pero ese no era el caso. Rose y yo éramos luz y oscuridad. Éramos completamente opuestas. Todo lo que ella tocaba se convertía en oro y bueno, yo tenía mi manera de destruir. Pero al final, ella había sido la hermana que se había quitado la vida. Eso era lo que me molestaba tanto, que la hermana creada con la luz, había caído y había hecho algo lleno de tanta tristeza y oscuridad. Me molestaba porque debía haber sido yo, la mala semilla. Pero no ella, la bendición de la familia Barns.

—Luces igual que ella, querida —la ligera voz de mi madre cantó por encima de mi hombro. Sus manos alisaron las tiras de mi vestido, y me encontré queriendo apartar su toque. Estábamos en mi habitación, con el espejo frente a nosotras. Hoy era el baile semi-formal de vuelta a clases, la semana casi había terminado—. Ella estaría orgullosa de ti, Charlotte.

Miré a mi reflejo en el espejo, sabiendo muy bien que esas palabras eran falsas. Rose era mi hermana, y la amaba con todo el corazón. Pero Rose odiaba como yo había resultado ser. De como yo era engañosa, cruel y algo maliciosa. Ella me decía eso muy a menudo. Ella no estaría orgullosa de mí, no lo estuvo antes ni lo estaría ahora. No cuando me había roto solo para unirme a ella, ella pensaría que soy débil al seguir sus pasos. —Gracias —solté, pasando una mano por mi garganta, tocando el adorno que colgaba de mi cadena de plata en el vacío de mi pecho.

—Quizás deberías usar su vestido, el de las flores —sugirió mi madre. Esas palabras se atascaron en mi garganta y moví mi mirada para verla a través del espejo. Ella hablaba del vestido que Rose había usado para su primer baile. El vestido era clásico y demasiado regio. Era descubierto de los hombros, y el patrón eran flores delicadas en diferentes tonos de rosado y morado. Era un vestido impactante, uno que había visto muchas veces cuando solía escabullirme a su habitación para robarle maquillaje—. Ella querría que lucieras de lo mejor esta noche.

No sabía que decir, nada salía de mi boca. Me quedé ahí, las lágrimas brillando en mis ojos mientras que mi madre me daba una sonrisa. Ella se fue por un momento, y esperé de pie ahí, congelada. No entendía por qué era tan importante que luciera bien esta noche, que luciera de lo mejor. Era solo un baile escolar, ¿por qué importaba?

Cuando volvió, puso el vestido en la cama, sus manos quitando las hilas invisibles del suave y brillante material. Tomó todo en mí para moverme del espejo, ponerme a su lado y ver el vestido favorito de mi hermana. —Hoy puede ser difícil, Charlotte. Pero quiero que sepas que todo estará bien.