18. Hola, compañero

5.5K 517 21
                                    

Cuando te sientes a ti mismo deslizándote, a veces tratar de evitarlo, y otras veces no haces nada porque así es más fácil lidiar con ello. La negación a veces era una bendición, pero también una maldición, y esa semana, fui succionada en el oscuro vacío de esa pequeña palabra llamada negación.

Me había saltado el resto de las clases y me encontraba vagando por las solitarias calles del pueblo. El viento era frío contra mi piel, y el cielo había decidido esparcir lluvia, pero mantuve mis pies en movimiento y mi cabeza baja. No tenía un destino en mente, pero de algún modo me encontré a mí misma de pie en medio del cementerio, viendo la tumba de mi hermana. No supe cuánto tiempo esperé allí, parecieron minutos, pero cuando la oscuridad finalmente cayó a mí alrededor, supe que era tiempo de irme y enfrentar a mi familia. Cuando finalmente llegué a casa, mi madre estaba casi echando humo por no haberle informado que llegaría tarde. Ni siquiera tuve el corazón para decirle que me había saltado la escuela, porque la ira había tomado lo mejor de mí y casi le arranqué la cara a un pobre chico. Era mucho más tarde en la noche cuando Quinn entró en mi habitación, su cara limpia de maquillaje y su cabello colgando en ondas mojadas. —Oí sobre Chuck Clayton.

Ella no necesitó decir más palabras sobre el tema, ambas sabíamos de lo que estaba hablando. Yo estaba cerrando la puerta, solo en caso de que mi madre vagara por mi habitación y oyera lo que hablábamos. No quería a mis padres preocupándose por el incidente con Chuck, porque quizás él lo merecía. —Perdí mi temperamento, eso sucede —me encogí de hombros, manteniendo mi mirada firme sobre mi hermana menor.

—No estoy diciendo que lo que hiciste no valió la pena —Quinn declaró suavemente—. Incluso creo que él necesita que lo pongan en su lugar, pero, ¿abuso físico? Incluso la vieja Lottie no haría eso.

Todo el día había rebobinado el incidente en mi cabeza, como me había tirado hacia él y como mis uñas arrancaron un poco de su piel. Estaba en la mayor parte arrepentida por eso, pero entonces, ¿qué era un poco de sangre comparado con una vergüenza escolar total? Chuck trataba a las chicas como su propiedad, y alguien debía detenerlo. —Exploté y él quedo atrapado en el fuego cruzado. Quizás si él no fuese por ahí arruinando la reputación de las chicas, no sería un blanco. Ya no voy a lidiar con él, ya tuvo suficiente de mi ira como para toda una vida, si eso aplaca tus preocupaciones, Quinny.

—Así que, ¿quién va a detenerlo? —La pequeña Quinn preguntó, y yo suspiré profundamente. Sólo verla sin maquillaje y con el cabello mojado, se veía mucho menor. No me gustaba la idea de chicos siendo capaces de herirla a través de las palabras, y degradándola sin que ella lo supiera. Muchas cosas habían pasado con Rose, cosas que Quinn ni siquiera sabía, cosas que no me atrevía a sacar. Todo lo que sé es que, quizá si los chicos no la hubiesen herido, quizás seguiría aquí.

Caminé hacia adelante, tomando su cabello mojado y dándole una sonrisa suave. —Eso es algo de lo que no necesitas preocuparte. Betty y Veronica lo tienen cubierto, sólo ten en cuenta que Chuck está a punto de tener todo lo que merece.


...


Encontré a Jughead al día siguiente en la oficina de periódicos, encorvado sobre su laptop una vez más. Estaba un poco nerviosa de verlo desde ayer, ya que me había advertido mantenerme alejada de Chuck y de los problemas, pero siendo la persona que soy, lo hice de todos modos. Ahora, estaba de pie allí con el rabo entre las piernas y esperando que no me juzgara por mis terribles acciones. Venía a él para aceptar su oferta de trabajar juntos para su nuevo artículo, algo que quizá mantenga mi mente ocupada. —Hola, compañero —me tumbé en el asiento junto a él, empujando hacia adelante una bolsa de pasteles que había comprado de camino al colegio.

Jughead miró la bolsa de papel, sabiendo muy bien que había venido con regalos. —Veo que has vuelto a tus cinco sentidos al unirte a mí. Me alegra oírlo. ¿Es un pastel de manzana, o un muffin de chispas de chocolate?

Ya me encontraba sonriendo. —Ambos.

—No voy a decir que yo tenía razón, no necesitas eso hoy —ofreció, halando la bolsa hacia él y dándome una sonrisa tímida—. Ya que asumo que tuviste una larga noche de preocuparte por ello ayer.

Jughead me conocía más de lo que a mí me importaba admitir. Me situé en la silla más adelante, mis piernas puestas delante de mí. Él empujó su laptop una fracción, dejándome ver en lo que había estado trabajando. Sabía que ayer había intentado hablar con Dilton Doiley, pero como no había estado sonriendo de oreja a oreja sobre nuevos detalles del asesinato de Jason, supe que no le había ido muy bien. —Voy a hablar con uno de sus scouts hoy en Pop's, después del colegio. ¿Podríamos ser el policía bueno y el policía malo? Además, creo que me debes una malteada.

Dejé que mis hombros se elevaran y cayeran, pretendiendo que de hecho tenía que pensar sobre la oferta en mi cabeza por un par de momentos. Jughead me dio una mirada, pero yo simplemente sonreí, inclinándome hacia adelante y metiendo mi dedo en un poco de crema batida de su pastel de manzana. —Me gusta cómo suena eso, compañero.


FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora