FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)

23. Un hombro para llorar

Me encontré de pie frente al familiar porche, mi corazón pesado en mi pecho. No sabía por qué estaba de pie aquí, ya que nadie dentro podría ayudar que el dolor se calmara en mi pecho o que los gritos pararan dentro de mi mente. Todo estaba volviendo en flashes, y pequeños pedazos de esa noche que perseguía mi mente, una noche que contaminó mi alma y un chico con una sonrisa cruel. Con lágrimas saliendo de mis ojos y mis manos temblando, toqué la puerta. El aire de la noche era frío, colándose a través de mi delgado cárdigan pero yo no podía sentir el frío, no podía sentir nada en absoluto.

—Lottie, hey.

Mis ojos fueron hacia arriba, viendo a Archie de pie frente a la puerta de Archie Andrews. Él se había mudado apenas ayer, cuando Archie lo había encontrado durmiendo en la escuela, ya que había dejado de vivir con su padre. Parecía que la vida de Jughead se estaba derrumbando más rápido que la mía, y me preguntaba cómo podía mantener la compostura algunos días, sabiendo que la oscuridad había desgarrado su vida entera. Mis dientes se hundieron en mi labio inferior, la sangre formándose ligeramente mientras los recuerdos fluían a través de mi mente, rompiendo mi corazón una y otra vez. —¿Puedo entrar? —Logré preguntar después de una larga pausa.

Jughead abrió la puerta un poco más y pasé por su lado, mis ojos escaneando la sala de estar a mi izquierda. Fotos de Archie y sus padres adoraban las paredes y no pude evitar sentirme perdida en su casa, a pesar de que fuera tan familiar. —Archie y Fred están en Pop's, consiguiendo algo para cenar —empezó suavemente, el sonido de la puerta cerrándose haciéndome saltar ligeramente. Él notó mi acción, y frunció el ceño—. Hey, ¿estás bien?

¿Estoy bien?

Unas palabras bastante simples, algo que mucha gente me ha preguntado. Me había acostumbrado a mentir, asentir y darles una sonrisa falsa. Usualmente todos querían saber cómo realmente me iba pero no les importaba, no en el fondo. No les importaba que todo se hubiera derrumbado a mi alrededor esa noche que seguía persiguiéndome en sueños. Una fatídica noche del último verano, una pesadilla en la que las dos hermanas Barns debían morir, pero una de ellas no logró llegar a la línea final. Con su pregunta inocente, mis paredes cayeron. Sentí mi barbilla temblar, lágrimas derramándose por mis mejillas mientras mis rodillas se doblaban. Unas manos se envolvieron alrededor de mi cintura, sosteniéndome firmemente contra las frías baldosas del piso.

—Lottie, hey —Jughead estaba diciendo, algo andaba mal en su voz—. Hey, mírame —mi cuerpo entero estaba temblando, mis uñas enterrándose en su camiseta mientras me aferraba a él, dejando que las lágrimas se derramaran mientras lloraba por una chica y un chico que una vez estuvieron destinados a estar juntos, pero habían perdido su oportunidad porque algo terrible había sucedido.

Estaba sacudiendo con la cabeza, mi cabello pegándose a mis mejillas mojadas. —Debí haber muerto con ella, Jughead —las palabras se caían de mis labios, palabras que nunca había admitido en voz alta. Solo una persona sabía la historia, sabía por qué tuve que alejarme de esta ciudad y ese era Archie Andrews, y la única razón por la que lo sabía es porque me había sacado de fondo de mi bañera, las lágrimas gruesas en su voz mientras veía las pastillas y la mirada vidriosa en mis ojos—. Todo habría estado mejor, ¿vale? Ella no me culparía, no me odiaría porque no lo detuve esa noche.

Las manos de Jughead estaban cepillando mi cabello, haciendo su mejor esfuerzo para confortarme en cualquier modo que posiblemente pudiera hacerlo, pero él era solo un chico y yo estaba demasiado rota para ser arreglada, incluso por un chico que había tenido mi corazón durante muchos años. —Lottie, ¿qué estás diciendo? No tiene sentido lo que dices.

Un sollozo cayó de mis labios, mis ojos arrastrándose hacia arriba para encontrarse con los suyos. —¿Recuerdas esa noche, Juggie? Estábamos en la fiesta de la casa del lago. Cade Bellows dio su famosa fiesta del fin de verano y todos estaban invitados, incluso Jason Blossom —solté a través de mis lágrimas—. ¿Lo recuerdas?