14. Reparando puentes rotos

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El aire de la noche era algo pegajoso debido a la llovizna de ese viernes por la noche, pero a pesar de estar mojadas, las gradas estaban llenas de estudiantes, padres y gente del pueblo, todos amontonados en los asientos de metal esperando a que el juego de fútbol comenzara. El fútbol no es algo que me apasione, no vivíamos tan en el sur, lo cual significaba que el fútbol no era tanto un estilo de vida sino más algo para matar el tiempo. En este pueblo, un viernes por la noche era fútbol o una noche en familia. Por lo tanto, esa era la razón por la que estaba sentada en el medio de las ruidosas gradas, viendo a las River Vixen's alistándose para una rutina, ondeando sus pompones amarillo y azul. Mi padre estaba sentado a mi lado, aplaudiendo mientras la banda hacia su desfile, manteniendo una buena melodía calmada que alborotaba a la ruidosa multitud. Era una especie de tradición el salir con mi padre un viernes por la noche y ver el partido, solo nosotros dos. Usualmente, Rose estaría abajo en el campo, haciendo volteretas en ese icónico uniforme de porrista mientras Quinn tocaba la trompeta con la banda. Así que, cuando él preguntó si quería ir al colegio y ver el partido, no lo pensé dos veces.

—Ella luce bien ahí abajo —dijo papá cuando algunos de los rugidos de la multitud cayeron a nuestro alrededor. Él estaba ondeando una bandera de los Bulldogs, algo que había sacado del maletero de algún hombre en el estacionamiento. Por un momento pensé que estaba hablando de Rose, y recuerdos de su cara vinieron a mi mente. Pero después de un momento, me di cuenta de que estaba hablando de Quinn marchando con la banda.

Aclaré mi garganta. —Sí, es muy buena —era medio mentira, sin intención, porque yo no sabía si Quinn era buena tocando la trompeta, nunca le había prestado atención realmente cuando marchaba con la banda.

—Tu madre mencionó que no audicionaste para el equipo de porristas —intentó lentamente. Mi padre no era alguien que jugara con sus palabras, él siempre había sido muy directo, así como Quinn. Pero todo este asunto de preguntar tenía la estampa de mi madre por todos lados—. De niña, siempre te interesó ser porrista.

Una ronda de aplausos vino de la multitud mientras la banda volvía a través de la pista. Volví mi atención hacia él, viendo el cabello gris en la línea de su pelo. No podía evitar preguntarme cómo mis padres seguían juntos. Había leído en algún lado que cuando los padres pierden un hijo, usualmente no se quedan juntos, o no pueden hacerlo.

—¿Mamá te hizo preguntarme esto, papá? —Pregunté apresuradamente, soplando un poco de aire de mis mejillas.

Por un momento él no dijo ni una palabra, y entonces sus hombros se estaban inclinando hacia adelante en derrota. —Ella solo tiene curiosidad y está preocupada por ti, eso es todo. No te culpo si no quieres ser porrista, todo es muy...

—¿Mundano? —Insinué rápidamente—. Porque eso es exactamente lo que es. Ser porrista es algo que Rose siempre alabó, y como una niña yo la admiraba a ella, e imaginaba usar el uniforme azul y amarillo. Pero ahora, todo lo que veo es algo tan aburrido que solo te etiqueta en la cadena alimenticia de secundaria como una tonta, estúpida chica de pompones, o como parte del escuadrón de ataque personal de Cheryl.

Mi padre me miró por un segundo demasiado largo, y vi la mirada pasar por sus ojos. Veía la misma mirada en los ojos de mi madre a veces, incluso en los bonitos ojos de Quinn. Era la mirada que decía que no me conocían más y eso era como un golpe al corazón. Una mano fue a mi frente y solté una respiración temblorosa. —Lo siento, eso fue-

—Muy cierto —él río muy silenciosamente, trayendo una mano a mi hombro. Me di cuenta de que, de todos en mi familia, él era el único que no trataba de hacerme como Rose, o que trataba de presionarme para que avanzara de su muerte.

FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora