FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)

27. El espacio entre nosotros

Algunos secretos tienen la manera de separar a las personas, y a veces las juntan de maneras inesperadas. La realidad de cuál de ambas seguiría una impactante revelación, era como tirar una moneda. Sin embargo, en un pueblo como Riverdale esos secretos nunca permanecen ocultos en las sombras, porque siempre había una persona con una linterna lista para ser apuntada hacia la dura verdad.

—¿Jughead y tú son algo ahora? —Veronica Lodge estaba inclinada en su asiento, sus ojos oscuros brillando con emoción. Habían pasado días desde el arresto de Jughead y el encuentro con su padre frente a la estación de policía, donde todos presenciamos el intento desesperado de reparar algo que había estado roto durante años. Yo había vuelto a la casa de Jughead esa misma tarde, dejando que Jughead se hundiera en la autocompasión con su mano sobre la mía. Jughead tenía demasiada fe en su padre, pero era leal, y eso significaba que no se daría por vencido con él. Admiraba su lealtad, algo que alguna vez Rose tuvo también. No habíamos hablado sobre la idea de un nosotros, la posibilidad de tener algo juntos, pero era algo que no se había hablado entre nosotros.

Jugueteé con mi collar, viendo a los estudiantes ir de aquí para allá en la sala de estudiantes. Era temprano en la mañana, demasiado temprano para Archie y Jughead. Yo había ido a la escuela temprano en la mañana con Quinn, ya que ella tenía práctica con la banda. Y había estado más que sorprendida de ver a la chica nueva de Riverdale tomando su café y chequeando su teléfono. —Es complicado —ofrecí silenciosamente.

Veronica me dio una mirada familiar. —No he estado en el pueblo tanto tiempo, pero incluso un ciego podría ver la química entre ustedes dos —ella frunció sus labios juntos, algo en su pequeña pantalla captando su atención por un segundo antes de regresar la mirada hacia mí—. Salí con un chico por un par de meses en casa, que se identificaba como asexual.

No sabía cómo era que la pequeña señorita Nueva York había identificado a Jughead, pero era muy buena leyendo a las personas. —¿Qué pasó? —Pregunté con el ceño fruncido. Por un par de días había estado dándole vueltas al tema de Jughead y yo. Tratar de encontrarte a ti mismo, tratar de encontrar quién eras era difícil, y aunque aún no estaba cuestionando mi sexualidad, siempre había simplemente asumido que deseaba algo más físico.

—Tristemente, éramos muy diferentes —Veronica suspiró, apartando el pelo de su rostro—. No fue una mala ruptura. Simplemente nos distanciamos y, bueno, rompimos —su honestidad caló en mi mente, haciendo que mis miedos se incrementaran.

Veronica vio el miedo puro colándose por mis ojos y se inclinó hacia adelante, su mano tocando la mía suavemente. —Hey, eso no significa que ustedes no funcionarían —traté de darle una sonrisa, pero se sentía muy forzado—. Es algo difícil acostumbrarse a eso, ¿sabes? Pero ser honesto realmente ayuda, y ser capaz de hablar al respecto.

—No me importa si es asexual —empecé suavemente—. No me importa porque para mí él siempre será Jughead, ¿sabes? —Mi mirada cayó a mi regazo, la duda formándose en mi pecho—. Pero estoy preocupada, Ronnie. Creo que he estado enamorada de él por un largo tiempo, y ¿qué tal si somos demasiado diferentes? ¿Qué pasa si no podemos hacer que funcione por esa diferencia? —No había admitido esos pensamientos en voz alta, pero habían estado nadando en mi cabeza durante días.

Veronica ladeó la cabeza, sus ojos llenos de simpatía. —La conexión no siempre se trata de los aspectos físicos.

—Lo sé —le susurré, alguien que ni en un millón de años pensé que me daría el consejo que necesitaba. Usualmente, iría con Betty para este tipo de cosas, pero estaba agradecida de haber venido con Veronica Lodge—. Pero no sé si puedo lidiar con él no queriendo tocarme de esa manera. Estoy muy asustada de que eso me aleje de él, sin ser capaz de besarlo y sentirlo.