FALSE ALARM ° JUGHEAD JONES (ESPAÑOL)

21. La diversión en los funerales

El aire frío sopló en mi cara mientras me encaramaba en las gradas que daban al campo de fútbol. Había un extraño dolor en mi pecho mientras miraba la invitación de Cheryl Blossom al funeral memorial de su hermano, al cual extrañamente había sido invitada, junto con el resto. No le había hablado desde ese día a la fangosa orilla del río, cuando me había amenazado y puesto la culpa de la muerte de su hermano sobre mis hombros. Asumo que con la invitación, había salido de su lista de sospechosos, lo cual era un peso quitado de mis hombros. No necesitaba la ira de Cheryl Blossom, no cuando ya tenía suficiente con qué lidiar. El silbato del entrenador sonó y alcé la cabeza, viendo como el equipo de fútbol se reunía para otra carrera de práctica.

—Tenemos que dejar de encontrarnos así —James Lucas me dijo con una sonrisa apuesta. No lo había visto desde el baile, y algo se movió en mi pecho. Realmente no me gustaba verlo, ya no. Parecía un fantasma en el fondo de mi mente ahora, junto con Rose. De algún modo, había puesto al mejor amigo de Rose en el pasado junto con ella, y cada vez que su cara aparecía, tenía que recordarme a mí mismo que él no estaba muerto también. James estaba tragando algo de agua, su rostro cubierto con sudor por los ejercicios de fútbol—. Esperando a Archie de nuevo, ¿huh?

Miré mientras subía un par de escalones, encaramándose a mi lado. —Algo así, sí —asentí, mirando de nuevo a la invitación en mis manos. Ya debería estar en casa, haciendo mi mejor esfuerzo por mantenerme al día con el colegio pero necesitaba ver a Archie, sabiendo que no estaba bien con la situación de la señorita Grundy, quien había empacado sus cosas en su coche y dejó el pueblo el fin de semana. Había oído la mayor parte de la historia por Betty anoche al teléfono, y me di cuenta de que me había perdido de mucho drama mientras estuve con Jughead esa noche.

—¿Cómo estás, Lottie? —James preguntó quedamente, estirando sus largas piernas—. Oí sobre lo que pasó con Chuck Clayton —suspiré, apartando mis ojos de él. Toda la escuela había oído de nuestra discusión que se había vuelto física en los vestidores. James siempre había sido muy dulce, y eso era algo raro con los chicos de mi edad, pero no pude evitar preguntarme si lo estaba preguntando para su propio beneficio.

Apartando los pensamientos de Chuck, me encogí de hombros. —Estoy bien —no estaba segura de si eso era verdad o mentira ya que ahora mismo, no sabía cómo me sentía. Con James Lucas a mi lado, parecía que la oscura nube de mi hermana pesaba sobre mis hombros.

James permaneció en silencio, dándome un pequeño asentimiento con la cabeza. Sabía que aún estaba tratando de obtener respuestas del por qué su mejor amiga había cometido suicidio, pero no había nada qué decirle ya que esa noche estaba bloqueada de mi memoria, demasiado dolorosa para revivir. —Me estaba preguntando por algo... que tiene que ver con Rose —sus palabras cortaron a través de mi corazón, y lo miré—. Sigo pensando en ese verano y en cómo todo se cayó a pedazos. Ella estaba tratando de empujarme lejos, pero no podía pensar en nada de ello, ¿sabes?

—Ella nos empujó lejos a todos en pequeños modos —murmuré, esperando que él dejara este tema antes de que las lágrimas se juntaran en mis ojos y estuviera forzada a decirle algo que no quiere oír. Con la mirada nublada en sus ojos, tenía el presentimiento de que de algún modo se había culpado a sí mismo—. No había nada que pudieras hacer, no fue tu culpa —añadí suavemente.

El mejor amigo de Rose me dio un asentimiento pequeño. —Lo sé, pero sigo dándole vueltas en mi mente y sigo recordando algo que ella mencionó sobre Cade Bellows, algo que pienso que tiene que ver con todo y...

Un dolor se encendió en mi pecho, y tomó todo de mí no encogerme ante la mención de Cade Bellows, un amigo de mi familia quien usualmente venía en el verano y causaba muchos desastres. Él se había saltado este año en quedarse en la casa de lago de la familia, algo que Quinn había mencionado cuando finalmente llegué a casa. Cade era un chico en el que no quería volver a poner los ojos nunca más.