WADE © [TERMINADA]

Capítulo 33

Elizabeth

— ¡Coge la puta leche desnatada ya! — gritó Diane mientras tiraba de uno de los carros — ¡Axel! ¡Deja de hacer el gilipollas y haz algo por la humanidad!

— ¿Quieres leche? — preguntó Axel parándose de repente — Yo tengo leche fresca y entera

Segundos más tarde, comenzó a correr con Diane pisándole los talones. Estábamos en el supermercado comprando lo que nos faltaba. La comida se había agotado y nuestros botes de shampoo y crema de pelo también.

Se nos había agotado todo.

Pero venir con todos había sido un error.

La gente nos miraba demasiado mal por los gritos que dábamos para que cogiéramos algo que estaba a nuestro lado. O simplemente para reprocharnos cosas.

— ¡Cojan chocolate blanco, perras! — bramó Adam cruzándose de brazos — ¡Habéis echado en el carro lo que os ha salido de los bajos! ¡Y a mi no me habéis dejado!

— ¿Para qué queremos un peluche, Adam? — cuestionó Wade, cansado ya de él. Se había estado quejando todo el camino con que no le dejaríamos coger nada. Y tenía razón.

— ¡Para abrazarlo! — soltó como si fuera normal —

Wade llevó su mano a sus ojos, cansado. Adam podía ser muy cansino, y más si no hacíamos lo que él quería.

Quería hablar con Wade, decirle que sentía mucho lo que le había dicho días atrás. Que quería que volviésemos a ser como éramos antes.

Pero era imposible.

Diane se acercó a mí después de corretear por todo el supermercado en busca de Axel. Me agarró el brazo y me obligó a bajar el ritmo de nuestro paseo por el pasillo de la pasta.

— Me ha bajado la regla — escupió sin más — Tengo que coger tampones. Y no paran seguirme.

— Si quieres puedo ir yo — me encogí de hombros y empecé a andar, pero Diane posó su mano en mi brazo de nuevo parándome —

— ¡No seas tonta! — exclamó riéndose — Lo verían igual cuando vayamos a pagar. Y se estarían riendo de mí durante todo el camino. Y quien sabe, si después también.

Y tenía razón. Así eran estos chicos. Se reían de todo lo que veían y se burlaban muchísimo.

Wade era el más serio de los cuatro. Aún que también le gustaba dejarme en ridículo cada vez que podía. Echaba de menos sus risas. Echaba de menos su mirada reprochadora siempre que decía algo que no le gustaba.

Miré a Diane y me guiñe un ojo

— No te preocupes — dije mirando a Adam y a Seth, que tiraban de los carros mientras metían cosas cada segundo. Eso significaban que Axel y Wade estaban por el supermercado buscando cualquier cosa — Ven conmigo.

Tiré de Diane buscando el pasillo donde la última vez había cogido dos cajas de tampones. Estábamos en el mismo supermercado, ya que era el más cerca.

Odié a Wade cuando gritó delante de muchísima gente que tenía la regla.

Maldito gilipollas.

Observé por los pasillos buscando alguna cara conocida. Diane no me perdonaría si los chicos nos seguían y se enteraran de lo que queríamos comprar.

Lo que tenía planeado hacer era comprar los tampones antes de que ellos empezarán a poner las cosas en la cinta. Los llevaría al coche, y volvería y me haría la tonta.

Solo cinco minutos sin que me buscaran. Eso necesitaba.

— Fíjate bien si Axel no está, Elizabeth — pidió en susurros — Ese capullo es capaz que este por aquí espiandonos

Asentí y volví a tirar de ella entrando en el pasillo donde estaban los perfumes y los acondicionadores.

— ¿Qué hacéis aquí? — preguntó Wade a nuestras espaldas. Escuchar su voz era algo mágico. La piel se me erizaba y me quedaba en shock por unos segundos — ¿No habéis cogido el champú ya?

Nada más entrar en el supermercado Diane y yo corrimos a este pasillo en busca de un champú que nos gustara a las dos. Habíamos estado media hora leyendo entre unos y otros hasta que nos decidimos por uno con olor a coco.

— Venimos a por la crema del pelo — informé lo más rápidamente posible. Wade sonrió y cruzó sus brazos, expectante —

— ¿En serio? — suspiró con diversión —

— ¡Totalmente! — gritó Diane con demasiada energía — Somos chicas, tenemos que tener el pelo en condiciones. No nos vale solo con crema —avisó nerviosa— ¿Verdad, Elizabeth?

Quería seguirle el juego y darle la razón, pero mi mirada de cruzó con la de Seth. Venían todos directo hacia nosotras.

Se nos había acabado el tiempo.

— ¡Vamos a la sección de carnicería! — ordené nerviosa. Diane observó a mí misma dirección y padeció — Tenemos que comprar pollo

Nerviosa, comencé a andar con Diane a mi espalda.

— ¡Espera! —me quedé a cuadros cuando escuché la voz de Wade. Me di la vuelta y lo encaré — ¿Y la crema de pelo que andabas buscando? ¿No te la llevas?

Era más que obvio que sabia a lo que habíamos venido. Pero quería joderme un rato, eso estaba más que comprobado. Lo observé y quise matarlo.

Tenía esa sonrisa que salía siempre cuando estaba haciendo una trastada. Esa sonrisa que a cualquier chica le gustaría ver todas las mañanas. Wade era hermoso, era un Dios griego de los pies a la cabeza.

Era lo que toda chica desearía.

Esa actitud que hace que sonrías con cualquier gilipollez que dice. Ese sentido de la protección que tiene, que te hace sentir en las nubes muchas veces.

Siempre había deseado eso. A alguien que le preocupara mi bien estar como a mi me preocupaba.

Alguien que pensara en miz antes de hacer cualquier estupidez.

Sin prestar mucha atención. Cogí lo primero que toque de un estante. Deseaba que nos fuésemos de aquí para volver y a ayudar a Diane con su problema.

Me los tenía que llevar de aquí.

Seth y Adam cuando llegaron junto con Axel, comenzaron a reírse de una manera bastante cómica.

— ¡Ya podemos irnos! ¡Ya conseguimos lo que buscábamos! — avise esperando a que ellos comenzarán a andar —

Contemplé como Diane comenzaba a reír con Wade.

— ¿Por qué os reís? — me miré los pies por si llevaba algo colgando o cualquier mancha que les hiciera reírse de esa manera. Pero no había nada —

Unas cuantas familias estaban en el pasillo, curiosos por las risas.

— ¿Ya tienes tu crema para el pelo? — preguntó Wade con dificultad por las risas. Cuando asentí, este se carcajeó aún más — No sabía que te echabas lubricante en la cabeza, nena.

Observé mi mano que mantenía un bote azul.

Lubricante.

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He tenido mogollón de problemas, por eso estoy tardando tanto.

Disculpenme