Wade
William empujó el taco y golpeó la bola blanca. Esta salió disparada a la bola negra que yacía en medio de la mesa de billar, y la metió en uno de los huecos.
— ¡Jake mate! — gritó Axel saltando de la emoción —
— ¿Jake mate? — preguntó Seth incrédulo — Eso es en el ajedrez gilipollas.
— Cállate la boca niño — escupió Axel cruzándose de brazos — Jake mate será lo que mi polla decida.
Seth y William se comenzaron a reír mientras volvían a colocar de nuevo las bolas para poder volver a jugar.
Gracias a ellos el vacío que sentía en mi interior disminuía. Eran mis mejores amigos, al igual que el dramático de Adam.
Este último estaba en la barra con la hermana preparando cócteles. Había bastantes personas en Amdyle y eso conllevaba a que el trabajo fuera mayor.
— A si tu polla hace algo por la humanidad — murmuró Seth — para lo que hace...
— ¿Qué has dicho? — Axel arqueó una ceja, molestándose — A ver si me voy a tener que poner violento.
— Violento ya eres — concordó William —
— Pues me volveré satánico — soltó mi mejor amigo con desdén — Lo que pasa es que me tenéis miedo.
— Ya te gustaría amigo — se burló Adam que pasaba por casualidad por ahí — Voy a llamar a la policía para que venga a recoger la mierda tan grande que tengo enfrente.
Adam sonrió y dejó dos cócteles en la mesa que estaba a nuestro lado. Después de regalarle una gran sonrisa y un corte de manga a Axel, volvió a su puesto de trabajo.
Este último se cruzó de brazos, enojado. Nos estábamos riendo de él, pero es que era imposible no hacerlo.
Seth, que se había mantenido callado comenzó a reír.
— Adam y tú sois mongolos — dijo refiriéndose a Axel — No puede llamar a la policía para recoger basura. Tendría que llamar al ayuntamiento para que así enviaran a los basureros...
— No quiero escuchar tus mierdas — escupió William dejando de lado el taco — No tienes porque explicar ni porqué corregir. Si quiero aprender, llamaría a una mujer que estuviera buena para que me diera clases particulares.
— Más te gustaría a ti coger este culo — con su mano derecha, se agarró una de sus nalgas, enseñandola — Es lo mejor que vas a ver en tu vida, disfrútalo.
Negué con la cabeza sonriendo. Estos dos eran absolutamente anormales.
Todos estábamos nerviosos ya que Scott era el nuevo líder y mi última reunión con el no había salido del todo bien.
Estábamos buscando su primer ataque, ya que no quise aceptar su tregua.
Y jamás la aceptaría.
— Wade — volví al mundo real. Vi a Diane enfrente de mi con un delantal blanco junto con su ropa de trabajo. Se veía cansada y también algo pálida, pero aún así no había cambiado nada. — ¿Podemos hablar?
— ¿Sobre qué? — solté insconcientemente. Su cara cambió. Estaba tensa, demasiado para una persona como ella — Disculpa — ella asintió y seguí hablando — Hablemos.
Seth y Axel se acercaron más a nosotros dispuestos a escuchar toda nuestra conversación. William en cambio se quedó en su lugar, observando atentamente a Diane.
Sospechaba que a Diane le gustaba Axel. Pero era una mujer tan fría que apenas uno podía darse cuenta.
Si me di cuenta que le gustaba era porque con él era mucho más borde, se controlaba más de lo normal. Y era porque mi mejor amigo le hacía tilín. Demasiado tilín.
Que buena actriz era.
— Quería pedirte disculpas — soltó de repente. No me dejó contestar y siguió hablando — Como te habrás dado cuenta y te habrán dicho, Elizabeth era mi mejor amiga — no me gustaba nada el ritmo que llevaba la conversación. No quería hablar de ella. No quería. No podía — Te culpaba — soltó al final. Lo que tanto temía. — Te culpaba de su muerte porque pensaba que era así, pero me he dado cuenta de que si hubieras tenido la oportunidad de salvarla lo habrías hecho. Y por eso, quiero dejarte claro que no pienso que fuera tu culpa..
— Diane — interrumpí, pero esta siguió hablando —
— Espera, déjame terminar por favor — pidió — Elizabeth te quería. Lo hacia aunque no se dio cuenta hasta el último momento, de eso estoy segura. Pero te quería — susurró con un hilo de voz — Y eso es razón suficiente para mí — cogió una bocanada de aire y se preparó — Te perdono, Wade. Y Elizabeth también.
Sentí que mi alrededor se quedaba paralizado y que solo estábamos Diane y yo. Ella me miraba con el corazón en sus manos, queriendo de verdad que perdonase todas esas veces que me había echado en cara la muerte de su amiga.
Pero todas esas veces en las que ella se había puesto a llorar regalando odio por sus ojos a todo el mundo, me había echado en cara siempre lo mismo.
Que yo tenía la culpa, y que me odiaba.
Una y otra vez.
Y otra.
Hasta que Adam la cogía y la alejaba de mi.
— Comprendo que no digas nada — dijo después de un rato — Lo entiendo...
— Diane no pasa nada — le reste importancia. Me acerqué a ella y le agarre de los hombros con delicadeza — Eso es pasado, no te preocupes..
— No soy imbécil — soltó sorprendiéndome — Cada vez que entras en el bar pones una mueca. Y ya no le pones tanto empeño en ganar como lo hacías antes cuando venías con todos. Tus ojos se pierden por algún lugar del bar y no me engañaras — negó con la cabeza — piensas en Elizabeth. Y eso es porque te culpas todavía.
— Diane estoy bien de verdad — encogí mis hombros sonriendo — Es algo que ya pasó.
— No te lo perdonarás en la vida — puso su mano en mis hombro, dejando un breve achuchón — No te perdonarás en la vida olvidar el olor de Elizabeth. El color de sus ojos, su risa. No te podrás perdonar en la vida olvidarla, pero lo tienes que hacer.
— Diane...
— Te perdono — volvió a repetir — Y conociendo a Elizabeth ella querría que siguieras con tu vida, que dejaras de atormentarte tu sólo. Ella querría que volvieses a ser el que eras, pero un poco más simpático — sonrió — Elizabeth te perdonó desde que te conoció. Y murió queriéndote, Wade. Murió perdonándote.
Instagram; @xrociy
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Todavía queda mucha...
Rocío
Cállate.
Hasta luego mozas hermosas
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WADE © [TERMINADA]
Acción•°• -No puedo seguir con esto - declaré cruzándome de brazos. Sus ojos estaban llenos de tristeza. Estaba apunto de explorar, y todo era por culpa mía-. -¿Y que fue para ti esto, según tú? - Gritó de vuelta. -Fue algo - solté con tranquilidad. Sa...