Capítulo 64 FINAL (1/X)

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Elizabeth Brooks

Wade dio un paso hacia atrás, haciéndome retroceder con él. Sospechaba que la persona destinataria de esa voz estaba enfrente nuestra, como si supiera perfectamente donde estábamos sin necesidad de ninguna luz.

Lo único que quería era irme de aquí con Wade. Volver a la mansión y volver a una tranquilidad que jamás había sentido.

— No sirve de nada que intentes huir, Wade — volvió a decir el hombre, con una carcajada —

— No me das miedo si es lo que piensas — replicó Wade, con el tono más agresivo que antes — Deja que ella se vaya. Ella no tiene nada que ver conmigo.

— ¿No tiene nada que ver contigo? — cuestionó de nuevo el hombre — Una vez le pregunté a ella que si te quería, y ella me respondió que sí — informó el hombre, dejándome mas confundida de lo que estaba —

A nadie le había dicho que quería a Wade, no con mis propias palabras.
Lo quería, eso era mas que obvio y se veía a simple vista. Pero no había gritado a los cuatro vientos cuanto lo quería.

Ni si quiera lo había hablado con él.

Sentí que Wade volteó la cabeza para mirarme detrás de él, confundido por las palabras que había dicho el hombre.

No lo recordaba. No recordaba haberle dicho a nadie que lo quería.

— ¿No te acuerdas, Elizabeth? — dijo burlándose de mi. Temblé de la rabia. Se estaba burlando de nosotros, y eso no lo iba a permitir —

— ¿Y que si lo quiero? — grité para que me escuchara bien — ¿Qué pasa, eh? ¿Me vas a hacer daño por quererlo? ¡Pues déjame decirte una cosa! — solté la mano de Wade, separándome de él. Este me busco con las manos sin encontrarme, nervioso. Me puse enfrente de Wade, encarando a ese hombre — ¡Jamás me arrepentiría de esas palabras! ¡Y escucháme bien! ¡Si intentas chantajearlo haciéndome daño a mi, desde ahora te digo que no te va a funcionar! — chillé, harta de esconderme de los problemas detrás de las alas de Wade —

No mal intérpretes. Wade me había ayudado muchísimo y lo quería tanto como podría haber querido a los padres de mis hijos si los hubiera llegado a tener. O como una esposa el día de su boda quiere a su marido.

Lo quería de tantas maneras que dolía, dolía porque quizás nunca lo iba a tener de ninguna manera.

Pero me daba igual. Me daba igual enfrentarme a un ejercito entero por tal de defenderlo. Me daba igual, porque sabia que el haría lo mismo por mi.

No se trata de que el chico siempre salve a la chica, se trata de que mutuamente se cuiden y se protejan. Porque eso es el amor.

El amor es querer tanto a una persona que miras por esa persona que por ti. Querer a una persona significaba sacrificarse por la felicidad del otro.

En una relación no todo lo tiene que dar el hombre, como estamos acostumbradas a ver. La mujer también tiene que poner de su parte, tiene ayudar a su manera.

Y si esta era la única manera de ayudarlo, lo haría.

Lo haría por Wade. Lo haría por mi.

— ¿Qué harás al respecto, huérfana? — escupió. Se estaba acercando a mi, lo sabía. Cada vez de escuchaba mas cerca nuestra, poniéndome los pelos de punta — ¿Llamar a papi? ¿Ese al que tanto admiraban? ¿De verdad? Te recuerdo que esta muerto.

Una daga atravesó mi corazón haciéndome jadear. Era cierto que había pasado muchísimo tiempo desde la muerte de mis padres, pero aun así la muerte de tus padres nunca se supera.

Sólo aprendes a vivir con ello.

Wade que se había mantenido callado, encontró de nuevo mi mano, y la apretó fuerte.

Quería que saliera viva de aquí, aun que si eso significara que el se quedara aquí. Él quería lo mejor para mi.

— Mi padre te da mil vueltas — avisé con rabia —

— Nunca dije que no — sentí un escalofrío en mi espina dorsal, haciéndome temblar al segundo. Wade al notarlo, se pegó mas a mi, protegiéndome con sus brazos — ¿Wade, que se siente al conocer a una persona que a pasado por lo mismo que tú? Si no hubiera sido por tu abuelo, te hubieras criado solo. Hubieras sido un delincuente o quien sabe, hasta quizás un asesino.

— No me importaría empezar mi carrera de asesino contigo — escupió mi compañero, detrás mía — ¿Quién cojones eres, y que quieres de nosotros?

— ¿No reconociste la voz de tu padre, Wade? — Jadee de la sorpresa, quedándome estática — Y eso que llevas mi apellido...

— Yerai — murmuró Wade confundido — ¿Has sido tú todo este tiempo?

— Quiero lo que me pertenece — soltó, como si nada — Y sabia que haciéndole daño a la chica, no te resistirías

— Eres un hijo de puta — susurró Wade, mas para él mismo que para su padre —

Ahora entendía todo. Entendía la mirada que le regalaba lleno de desprecio Yerai cuando venia a la casa por cualquier asunto. La manera en hablarle a su propio hijo, las preguntas tan raras que hacia.

Ahora entendía la conversación que habíamos tenido el cocina ese día que Wade se fue con Axel a comprar no se que cosa.

Y recordé que le había dicho que quería a su hijo. Que lo quería, y que el no tenia ni idea de lo que había pasado conmigo.

Y el me reclamó diciendo que lo que sufrió su hijo por su abuelo, lo haría también conmigo. Que era una egoísta por seguir a su lado después de todo lo que le había echo.

Ahora lo entendía.

Unas manos me cogieron del cuello apartándome de Wade. Este gritó al no sentir mi cercanía, pero ya era tarde.

Habían encendido las luces, y el padre de Wade me tenia en sus manos.

Exactamente como quería.

— Te lo dije muy claro la última vez que te vi, hijo — escupió pegando su mejilla a la mía, mientras miraba con asco a Wade — Quiero todo lo que me pertenece, o te quitare a lo que mas has querido después de la muerte de mi padre.

Señores y señoras, estamos llegando al final, el momento crucial donde se sabrá toda la verdad. Esta historia esta llena de secretos y de cosas que jamas imaginarás, el final pinta buenisimo y espero acabarla esta semana.

Si os sorprendió que el hombre que quería hacerlos daño fuera el padre de Wade, aun no habéis leído lo mejor.

Y si señoras, y señores, este prácticamente es el final.

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Hasta luego, mozas hermozas.

No me matéis, pliz.

WADE © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora