Capítulo 39

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Wade

Mi corazón bombardeaba demasiado rápido. Quería hacer tantas cosas que era incapaz de hacer algo más que no fuera mirar a la nada.

No podía hacer otra cosa que no fuera recordar.

Recordar todo lo que no había sido. Lo que quise ser y no me dejaron.

Cuando pude reaccionar saqué el teléfono de los bolsillos traseros del pantalón. Notaba como vibraba, pero no me había dado cuenta hasta ese momento.

Observé que era William, uno de los miembros de la banda al que tanto había confiado. Había sido uno de los primeros al dar la cara por nosotros, queriendo ser parte de una familia.

Como yo.

Sin pensármelo dos veces, deslicé el dedo aceptando la llamada.

— ¿Que pasa? — me sorprendí al escuchar mi voz. Fría, sin sentimientos. Como si no me importara nada. Carraspeé queriendo aclararme, pero el nudo en la garganta no bajaba ni disminuía — ¿Pasó algo?

— Hemos visto el coche de Edler entrando en la autovía dirección Santa Ana — informó mientras se le escuchaba correr — Axel nos ha avisado de lo que ha pasado, estamos todos cogiendo los coches para salir pitando hasta allí. Tú estás bastante cerca, así que solo deja de Axel consiga algún coche.

— No tenéis porque molestaros, es mi problema... — al instante William me interrumpió —

— Tu problema es nuestro problema, Wade. Recuerda que somos una familia.

Quise agradecerle y decirle que valoraba muchísimo todo lo que estaban haciendo, pero no salió nada.

Era lo que tanto había querido: una familia. Una familia que se preocupara de mi y de mi bien estar.

Donde no se criticaran, donde todos se respetaran. Aún que eso era imposible.

Corté la llamada sin decir ni una palabra más. No me sentía con fuerzas, solo quería cargarme a Edler de una vez.

Me había quitado a mi chica. A la única a la que había querido.

— ¡Maldito hijo de puta! — escuché como gritaba Adam a lo lejos — ¡Te voy a quemar el coche, excremento social!

Me acerqué a él, esperando que estuviera gritando solo como solía hacer. Me sorprendí al ver a un calvo lleno de tatuajes peleando con él.

— ¡Ni haberme intentado robar el coche, gilipollas! — gritaba el hombre con algo más que enfado — ¡Vagabundo!

A Adam se le cambio la cara. Estaba enojado. Demasiado. Me acerque a él para intentar calmarlo, pero este se alejó de mi.

Normal, gilipollas. Si le acabas de echar en cara que por su culpa Elizabeth está en peligro

— ¿Vagabundo? — escupió incrédulo — Tengo cadenas de oro más grandes que tú cabeza llena de mierda, imbécil.

Sabía lo que estaba haciendo Adam. Se sentía culpable, y intentaba desahogarse peleándose con cualquier gilipollas que pasase por la calle.

Yo solía hacer lo mismo. Repartir ostias a doquier era lo mejor para descargar la rabia.

Hasta que conocí a Elizabeth.

Ella tenía algo que me hacía estar tranquilo. Pensar las cosas con más rapidez y más cabeza.

Ella había sido mi iceberg en una tormenta de nieve.

Ella había sido mi calma en mi propia tormenta.

Escuchamos una rueda chirriar y apareció Seth con Diane y con Axel en un Ranger Rover que prácticamente estaba nuevo.

— ¿Qué cojones? — preguntó el hombre buscando en sus bolsillos — ¿Cómo cojones habéis conseguido las llaves de mi coche! — cuando vio que Adam se movía de mala manera para subirse, se puso más nervioso — ¡Llamaré a la policía! ¡Haré que se os caiga el pelo, niñatos de mierda!

Sin prestar mucha atención, me subí al asiento de copiloto que habían dejado precisamente para mi. Seth conducía, mientras que los demás de habían acomodado atrás.

El hombre corrió a la puerta del piloto para intentar detener a Seth, pero este aceleró.

— Si llegas a tardar un minuto más, le reviento — bramó Adam cruzándose de brazos — Me llamó vagabundo. Valiente hijo de puta.

En otra ocasión nos habríamos reído hasta no poder más. Pero la preocupación que sentía en esos instantes me impedía divertirme.

Lo único que tenía en la cabeza era llevarme a Elizabeth. Atarla si hacía falta para que no saliera de mis brazos.

Seth pisó el acelerador y ganó velocidad. Se metió en la autovía y comenzó a adelantar coches que para él, iban demasiado lentos.

— Saca el teléfono y llama a William — pidió Seth — Él está en camino, pero fue el que habló con el chico que los vio salir. A ver si nos puede dar alguna información más.

Sin pensármelo dos veces, saque el teléfono y marque el teléfono.

— Wade — saludó él. Se escuchaba el viento de fondo, supuse que había código su moto — Estoy por la autovía. Afortunadamente me puse auriculares por si llamabais — intentó bromear —

— ¿Sabes algo más? — pregunté directamente —

— El que los vio fue Guillermo — anuncio y se escuchó como aceleraba — Los vio en una furgoneta de la marca Mercedes. Es gris. La matrícula era algo rara, no la logró ver bien.

Iba a responder pero justo Seth había adelantado a un Audi y nos había dejado justo detrás de una furgoneta con las mismas características que había nombrado William

— Los hemos encontrado — informe sorprendiéndolos a todos —

— No tardaré en llegar — prometió William cortando la llamada  —

Adam saco su arma y abrió la ventanilla, dispuesto a disparar. Axel hizo lo mismo dejando a Diane en medio por precaución.

Sin quedarme atrás, saqué la glock que de tantos líos me había salvado. Quité el seguro y me quite el cinturón.

Saqué mi cabeza y mis brazos por la ventanilla. Y comencé a disparar.

Hubo un movimiento demasiado raro en el Mercedes y este disminuyó la velocidad. Se veía como intentaban sacar sus armas.

Y la vi.

Había intentado coger el volante pero la habían agarrado antes de que pudiera hacer algo.

Al segundo después, dos coches se pusieron en nuestro lado. Eran ellos

Era mi familia.

En el Mercedes se volvió a ver un movimiento demasiado raro. Sus ruedas chirriaron y nos escandalizó a todos.

El oxígeno abandonó mi cuerpo.

Mi cuerpo se paralizó.

Mis ojos se abrieron de la sorpresa.

Y mi corazón dejó de bombardear sangre.

Elizabeth había provocado que el piloto del Mercedes perdiera el control.

Y habían volcado.

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WADE © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora