Capítulo 31

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Capítulo especial por los 8K votos.

Narra escritora

Scott no entendía la rara obsesión que había demostrado Edler con Elizabeth.

Pensaba que ella era bastante guapa, sí. Que tenía un cuerpo bastante pronunciado que sus ojos eran hermosos. Pero nada más de lo normal.

Era una chica que Wade había metido en este mundo sin pensar las cosas dos veces.

La había metido en problemas bastante graves. Había hecho que Edler solo pensara en ella una y otra vez, sin descanso. Sabían donde estaban: en la gran casa de Wade Hall donde la seguridad era su primera característica.

Por esa misma razón decidieron no asaltarla. El padre de Wade era un ejecutivo bastante importante a quien no le importaría meter a su propio hijo a la cárcel. Y si la policía aparecía, todos acabarían en la cárcel con cadena perpetua o condenado a morir en la silla eléctrica.

Scott se sentó en la silla del comedor, esperando a que los demás chicos vinieran para así poder jugar a las cartas.

Es el único entretenimiento que tenían en aquella fábrica que olía a lejía.

— Edler está en una reunión con el tío ese otra vez — informó George, uno de los tantos hombres que había. Se acercó a Scott y se sentó en la silla, a su lado — No se que esta pasando, pero quiero acción ya.

— No desesperes amigo mío — respondió otra voz entrando en el comedor. Scott al ver a Paul sonrió, era su jugador de juego — Pronto acabaremos con los Whitkenss.

Por un momento Scott se imagino en medio de una guerra. Todos en busca de una cosa: una reliquia.

Elizabeth.

Pero no entendía el porqué ella era la razón por la que Edler quería empezar una guerra que no sabían si iban a ganar.

La banda de Wade era bastante buena en líos así. Cuando firmaron el acuerdo donde habían prometido no interponerse en ningún negocio, había hecho que las dos bandas pudieran respirar tranquilas al fin.

Y Edler lo había echado todo a perder por ella, y no lo entendía. Scott no entendía como podía haberse arriesgado tanto.

— Igualmente, ya tenemos la guerra ganada — presumió George alzando los pies y poniéndolos en la mesa — Los Whitkenss no pueden hacer nada contra nosotros.

— Eso dices tú — se burló Paul cruzándose de brazos — A lo mejor Seth te vuelve a patear el culo, pero esta vez fuera del ring — dejó caer — Ahí nadie podrá pararlo

— ¡Él hizo trampas! — se excusó este — y me dio pena y lo dejé ganar — dijo al cabo de un rato — pero cuando le vea le romperé la cara, por todos esos puñetazos que me dio.

A Scott esto le parecía una tontería. Lo más importante de todo era la razón por la que Edler se había arriesgado de esta manera.

Pero los demás eran bastante imbéciles como para darse cuenta de que algo no iba bien en todo esto. Que algo había fallado en el plan de Edler. Y que por eso se había arriesgado.

Al principio solo quería darle unos cuantos azotes. Pero después... Después todo se volvió más obsesivo. Es como si su vida dependiera de tener a Elizabeth con vida o no.

Él sabía que aquí había gato encerrado.

Al otro lado de la casa, Edler descansaba en su sillón negro de cuero mientras observaba a la persona que tenía enfrente. Tenía el ceño fruncido, no estaba muy contento. La visita le ponía bastante nervioso, y aveces tenía la sensación de que esto solo iría a peor.

— No sabemos aún como poder entrar sin que el sistema de seguridad salte — explicó intentando apaciguar a la persona que tenía enfrente — tiene un sistema de seguridad bastante complejo, es muy difícil de descifrar.

Habían intentado de una y mil maneras alguna forma para poder desactivar la alarma de una ventana o simplemente una puerta por unos segundos, pero era totalmente imposible.

Habían buscado al mejor informático de toda la ciudad para intentar que hiciera algo, pero todos lo habían intentado y habían fallado.

Edler observó el semblante serio de aquél hombre. Le estaba pagando millones por solo encontrar a aquella chica. No entendía aquella obsesión, pero si el dinero estaba de por medio es lo único que él necesitaba para buscarla.

— Busquen al mejor informático de todo el país, yo pagaré los gastos — ordenó con una voz ronca que hizo retroceder a Edler — ¿Tenéis algo? ¿Ni si quiera habéis podido hackear el micrófono de un teléfono? ¿De un portátil?

Edler tenía algo de temor a su reacción al decirle que solo habían podido desbloquear una de las cámaras de una habitación. Había salido la chica reflejada en ella, pero muy poco rato. Habían pensado que habían tenido la suerte de desbloquear la habitación donde dormía, pero al observar que en las noches ella no dormía ahí, había sido un fracaso.

— Pudimos desbloquear una de las cámaras de seguridad de una de las habitaciones — escupió de manera acelerada — Intentaremos desbloquear las cámaras, pero por ahora solo tenemos esa.

— ¿Qué cámara? — preguntó intrigado. Edler pudo contemplar como el semblante serio de aquel hombre cambiaba totalmente a uno interesado — ¿Por qué no lo dijiste antes? Quiero verla

Edler asintió y se levantó para poder buscar el portátil donde se podía ver en directo lo que estaba pasando en aquella habitación. Había costado muchas horas y mucho esfuerzo poder desbloquear aquella cámara, y eso le molestó a Edler. Todo esto se le estaba yendo un poco de las manos.

Pero con ese dinero, quería irse lejos de California. Quería empezar una nueva vida totalmente diferente a la que tenía en esos momentos. Quería poder olvidar todos los errores que había cometido con los años y poder formar una familia al fin.

Posó el portátil en el escritorio y abrió la solapa. La pantalla se encendió dejando ver un fondo de pantalla de pingüinos que seguro había puesto Paul para burlarse de él.

Accedió al programa donde se podía ver en directo la cámara y le dio la vuelta al portátil, sin ver lo que había reflejada en la pantalla.

El hombre la observó durante unos segundos totalmente asombrado. Se había quedado embobado mirando de un lado hacia otro buscando algo.

— Habéis hecho un buen trabajo — apremió este sorprendiendo a Edler — Estoy muy contento con vuestros servicios — Edler le dio la vuelta al portátil y observó a la chica tumbada en la cama, con el pelo mojado y la ropa totalmente empapada — Me quedaré con el portátil. Sigan progresando como hasta ahora.

Agarró el portátil y sin decir más, se fue.

Aquí tienen el desenlace 🌝 bha es broma

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Si quieren entrar en mi gran familia, ya saben!

Y muchas gracias por esos 8K votos. Cada día somos más y no hay cosa que agradezca más!

Las quiero 💕

WADE © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora