Capítulo 33

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Skylar's P.O.V

Abrí mis ojos, despertando de mi duradero sueño. Me gustaría decir que no reconocí la habitación donde desperté, pero la conocía muy bien. Más que nada porque el dueño de ésta, estaba dormido frente a mi junto a un chico de cabello rizado. Me quité las mantas que me cubrían y lentamente salí de la cama intentando no hacer ni un mínimo ruido. De puntas de pie, caminé hasta la ventana, abriéndola con cuidado. Afuera llovía y el cielo estaba gris, iluminándose a veces por los relámpagos. Parecía que eran alrededor de las seis de la tarde.

—¿Sky? —preguntó el rizado frotándose los ojos, y rápidamente abrí la ventana por completo, saltando hacia el pasto. Comencé a correr y me di cuenta de que no tenía shorts, solo una camiseta grande. Ni siquiera llegué a la calle, que me agarraron de la cintura, por detrás. Isaac me alzó y pataleé en el aire.

—¡Suéltame! —grité. Inmediatamente la furia comenzó a crecer dentro mío y sentí como me transformaba. Todavía no controlaba totalmente esa parte de mí. Me giró de manera que mi rostro daba con el suyo y cerré los ojos para no ver los de él.— Suéltame, Isaac.

—Ábrelos. —ordenó susurrando. Lentamente abrí mis ojos y me encontré con los suyos, todavía tenían ese efecto hipnotizador en mi. Cedió un poco su agarre a mi cintura, acercando su mano derecha a mi rostro y tuve miedo. Miedo a mi debilidad por él y su toque en mi ser.

No parecía real. Podría ser una alucinación, cómo los árboles, la calle, los autos estacionados y las casas desaparecían y se volvía todo oscuro, pero él permanecía allí. Lo sabía porque su toque era como fuego en mi mejilla, como una vela que se consumía por la llama que la mantenía encendida. Él me mantenía encendida, una llama que nunca se apagaba. Eso éramos juntos. Y aunque intentaba convencerme de lo contrario, de que éramos un hielo en el desierto que se derretía en segundos, en realidad éramos una llama que duraría eternidades. ¿Y para qué sirve una vela si no es encendida por el fuego? Isaac era mi fuego, y yo intentaba apagarlo. Y si lo apagaba, yo sólo sería una simple vela inútil, buscando ese fuego que jamás iba a volver a encontrar.

—Quiero que vuelvas. Que vuelvas y me perdones. —habló interrumpiendo mis pensamientos y moviendo ligeramente con su aliento los cabellos que caían en mis mejillas. Sentí que estábamos solos, los dos juntos en nuestro propio universo. De repente, un pequeño destello de luz me iluminó, uno que comenzó a reemplazar la oscuridad que nos rodeaba.— Te amo, ¿si? Lamento si no te lo he dicho antes pero es la verdad, me di cuenta cuando te perdí ese día en el hospital, cuando la desesperación no me dejaba pensar.

—No. El amor es debilidad. El amor nos destruye. Crees que me amas porque estás solo. —y ahí estaba otra vez, la luz alrededor nuestro volviéndose oscuridad, y yo intentando apagar la llama que nos mantenía unidos.

—Dices que el amor es debilidad, pero nunca fui tan valiente como ahora, buscándote y enfrentándome a una maldita manada de Alfas. Dices que el amor nos destruye, pero lo que a mi me destruye, es saber que no te protegí lo suficiente, ni que estuve allí mientras sufrías por la transformación, saber lo inservible que fui. Eso me destruye. Y dices que creo que te amo. Pero no lo creo. Estoy seguro de que te amo, aún antes de saberlo lo hacía. —dijo ablandando mi frío corazón, dándole calor con sus palabras.

—Allison. —murmuré recordando lo que había visto en la escuela aquella vez.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Los vi en la motocicleta el otro día. Gracias a eso decidí convertirme. —le confesé y aflojó su agarre, con culpa.

—Creí que te habían obligado. —murmuró cabizbajo. Sentí como la conexión se iba rompiendo, como la llama se apagaba. Las esperanzas que mi corazón cálido había tenido momentos atrás, esas esperanzas de que todo volviera a ser como antes, se esfumaron, y mi corazón frío las congeló.

«Only you» Isaac Lahey (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora