Capítulo 19

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—¡Is-isaac! ¡De-detente idiota! —mis palabras salieron entrecortadas, por las cosquillas que provocaban mi risa. El muy maldito había encontrado mi punto débil, y lo estaba disfrutando.

Luego de habernos tirado al agua, la cual nos cubría hasta las axilas, me enojé y me crucé de brazos. Él comenzó a pedirme perdón, pero que tenía que hacerlo porque yo era una amargada que no quería meterse al agua. Lo de amargada me ofendió, así que le tiré agua y él divertido, hizo lo mismo. Obviamente, tuvimos una guerra de agua, como yo estaba ganando, él se tiró encima mío y comenzó a hacerme cosquillas, descubriendo mi debilidad.

—Pararé cuando me dejes darte un beso. —dijo muy cerca de mis labios. Negué con la cabeza apretando mis labios y comencé a reír cuando las cosquillas volvieron.— Porfi. Me aguanté un día entero, merezco un premio.

—Si mal no recuerdo, ayer te di una buena ración de mis sexys labios, no te quejes. —lo reté.

—Entonces lo merezco porque te traje aquí y la estamos pasando muy bien. —suspiré y mordí mi labio.— Oh por favor, no hagas eso. —Dijo mirando mis labios con deseo.

—Mierda, te odio, ven aquí. —lo sujeté de los hombros y pegué nuestros cuerpos, uniendo nuestros labios. Él recorrió mi espalda con sus manos, hasta llegar a la parte trasera de mis rodillas. Las sujetó con seguridad y rodeó su cintura con ellas. Mis manos se movieron hasta su nuca, mientras me aferraba a su cuerpo con mis piernas. Mordió mi labio, permitiendo su entrada a mi boca. Su lengua se mezcló con la mía, y el aire comenzó a faltar. Separamos nuestras rostros sólo un poco, sus labios estaban rojos e hinchados. Alcé mi mano a su mejilla y la acaricié, luego comencé a repartir pequeños besos en toda su cara.

—¿Acaso intentas matarme? —preguntó. Solté una risita y acerqué mi boca a su oído, atrapé su lóbulo con mis dientes y él dejó escapar de sus labios un pequeño gemido. Sonreí satisfecha y me alejé lentamente de él.— Eres mala. Muy mala. No me puedes dejar así. —dijo ofendido.

—Ya te di tu beso, deja de molestar.

—Lo haces a propósito. Pero tú, me quieres quitándote esa camiseta mojada, por cierto, me gusta como te queda esa bikini. —dijo relamiendo sus labios.

—Oh, cierra la boca, Rulos. —dije empujándolo. Soltó una carcajada y me abrazó. Al principio no reaccioné, estaba sorprendida. Nos quedamos en esa posición durante unos minutos, sentí su respiración en mi oído, la cual provocó que un escalofrío recorriera mi espina dorsal.

—Eres lo único que tengo, Sky. Sé que es muy cursi pero... eres la razón por la que sigo vivo. Te quiero, Skylar Evans. No te alejes nunca, quédate conmigo.

—Nunca te dejaría.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo. —susurré en su oído. Se separó un poco y me dio otro beso en los labios, pero este era más suave, más tierno y con amor. Cuando nos separamos para poder respirar, él juntó nuestras frentes, sus cálidas manos se encontraban en mis mejillas.

—No sé si es el mejor momento para preguntarlo, pero quiero que seas sólo mía, de una vez por todas. —dijo rozando sus labios con los míos. Fruncí el ceño confundida y me concentré en sus ojos hipnotizadores.

—¿De qué hablas, Rubio? —pregunté. Soltó una risita y dejó un pequeño beso en la punta de mi nariz.

—¿Quieres ser mi novia, Enana? —pronunció lentamente las palabras, se notaba que estaba nervioso.

—Sólo ignoraré el apodo para no arruinar el momento. —los dos soltamos una risita.— Claro que quiero ser tu novia, Lobito.

(...)

«Only you» Isaac Lahey (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora