Capitulo 8: 🥀Un amor que no florecio🥀

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Laisa

Ha pasado una hora desde que Nicholas entro a la oficina del embajador y no ha salido nadie. Desde mi posición en la oficina puedo ver la entrada del despacho y a cada nada desvió la mirada de la pantalla del ordenador para fijarla en la puerta del frente.

Mis compañeros ocasionalmente me dedican miradas furtivas, el miedo es palpable en sus ojos y mi reacción dramática al salir no contribuyo para que guardaran los estribos.

- ¿Laisa? - Me sobresalto en mi asiento ante el llamado. Se trata de Lourdes la secretaria personal del embajador.

- ¿Qué pasa?

- El señor te solicita en su oficina.

Me levanto y lentamente camino hacia donde se encuentran, el corazón me martillea el pecho, me aliso la falda y respiro hondo antes de abrir la puerta.

-Buenas tardes señor ¿Qué necesita?

-Laisa, los caballeros aquí presentes estarán algunas semanas en la embajada... el joven Nicholas es el consejero del rey- internamente grito como loca mientras me palmeo la frente sopesando que derribe con una bola de nieve, insulte y le saque el dedo medio a un servidor de la monarquía de este país- Al ser su hombre de confianza es la persona designada para realizar la auditoría interna ... necesita de alguien que le proporcione todo lo que necesite durante su estancia y al no encontrarse Sander... Nicholas considera que eres la persona adecuada para la tarea.

- Espero podamos acoplarnos al trabajo señorita....

- Laisa. – Respondo mirándole al fin dedicándole la sonrisa más falsa que puedo formular cuando finge no saber mi nombre después del numerito que se monto hace unos minutos para que se lo dijera – Sera un gusto ayudarlo en todo lo que este dentro de mis posibilidades, señor.

- No esperaba menos de usted señorita, puede retirarse y nos vemos mañana temprano. Presiento que seremos un buen equipo. - Me dedica la misma sonrisa ególatra de hace un rato en la cafetería y yo no puedo hacer nada más que girarme y salir como un autómata de la oficina antes de que pueda enterrarle el tacón de mi zapato en sus bonitos y engreídos ojos que quizá son considerados patrimonio nacional.

Recojo las cosas de mi oficina y salgo disparada de la embajada antes de topármelo nuevamente.

Unas horas después

Estoy sentada en la cafetería con Aneka quien teclea a toda velocidad en su computadora desde hace media hora, está escribiendo su tesis con la cual si obtiene una buena evaluación la hará acreedora a una maestría con todo pagado en Varthan, continente reconocido por contar con el desarrollo tecnológico más impresionante en la historia.

Mi mejor amiga es super inteligente y no podría estar más orgullosa de ella...

No la molesto y sigo tomando mi café mientras veo por el cristal de la ventana como las personas van y vienen y no puedo evitar apretar las piernas cuando recuerdo la escena de la oficina esta tarde...

-Hola, ¿Podemos sentarnos? – Mis pensamientos son detenidos y volteo inmediatamente encontrándome con Héctor y Fiona quienes vienen seguidos de un grupo de chicos y chicas.

- No – Responde Aneka cortante sin apartar la vista del ordenador.

- Claro – Respondo en su lugar intentando ser cortes y mi amiga solo resopla, pero sigue en lo suyo.

- ¿Como vas con tus traducciones? - Héctor inmediatamente busca tema de conversación. – Antón me conto que está ayudándote.

-Eh si...- Mi respuesta no es tan segura como me gustaría ¿Acaso lo sabe?

Jaulas de NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora