TIME OUT. Legacy (III)

CAPITULO 2

Chiang Mai, septiembre 2517.

(Después de la variación)

El bullicioso mercado nocturno de la ciudad era un hervidero de gente. Cientos de paradas de todo tipo se agolpaban unas con otras en un completo caos; comidas de todo tipo, baratijas, ropa, todo se vendía en el mercado más poblado del planeta. Tras las inundaciones provocadas por el cambio climático, más de veinte millones de personas se vieron obligadas a abandonar Bangkok y sus alrededores para refugiarse en las zonas montañosas del norte del país. Chiang Mai se convirtió en la nueva capital de Tailandia hasta la Gran Guerra tras la cual, la Federación acabó con las fronteras del planeta. Fueron años de bonanza hasta que SKY derrocó a la Federación e instauró el autoritario régimen de la Unión.

Kron Skinwood cumplió su cometido, Kálay viajó con el DDA en el bolsillo y quedó perdido en Nueva York días antes del atentado a las Torres Gemelas. Conoció a Emily y en la búsqueda del camino que lo devolviese a casa, se cruzó con Richard Lansky, tío de Emily, que ávido de ambición se adueñó de la antigua estación adelantando la creación de SKY casi cien años antes de que lo que debía haber ocurrido. Conocedor de que la única forma de evitar que los reparadores lo devolvieran todo a su estado original era dejando fuera de juego a Zaphire, Kálay no dudó en comunicarlo, proporcionando a Lansky un arma de incalculables consecuencias. Aquel día todo cambió, el futuro dio un giro en otra dirección. Al final, la misión de Kálay y Deylan había sido un éxito, habían conseguido cambiar el futuro. Lo que no pudieron controlar fue la dirección hacia la que se dirigía ese nuevo futuro. En ese nuevo cambio, el nuevo gobierno de la Unión, en su afán de mantener el poder, envió a los reparadores en busca de Kálay para evitar una nueva variación y mantener su estatus. En ese momento todo volvió a cambiar; la estación de Detroit quedó destruida tras la explosión y con ella todas las ambiciones de SKY. El mundo nunca se recuperó y los viajes en el tiempo continuaron siendo un imposible. El cuerpo de Lansky nunca apareció, el magnate nunca llegaría a ser el venerado creador de los viajes en el tiempo. En la nueva realidad, SKY volvió a constituirse años después cuando Klaus Geisler y Jessica Suarez mostraron al mundo la primera puerta temporal; a partir de ese momento la historia los recordaría como el Padre y la Madre. Con el paso del tiempo, SKY adquirió más y más poder hasta derrocar a la Federación de Planetas y proclamar el autoritario gobierno de la Unión. La historia volvía a repetirse. Ahora todo el sistema solar y planetas exteriores estaban controlados por un gobierno en decadencia que agonizaba intentando recuperar el poder perdido por culpa de la Nueva Federación; una reciente formación nacida del gran impulso que las explotaciones comerciales habían adquirido en todo el sistema y que cada día sumaba más y más adeptos.

La Tierra es ahora un mundo donde los ricos cada día son más ricos y se alimentan de la debilidad de los pobres, condenados en su mayoría a vivir en un planeta que agoniza y del que no pueden huir.

En el mercado de Chiang Mai, empezaba el mes de septiembre y el calor sofocante de la noche se mezclaba con los mil y un olores a comida recién preparada. Cientos de personas se agolpaban contra los puestos callejeros intentando negociar un pequeño bocado que llevarse a la boca. Aquella noche no había ni una pizca de aire que consiguiera sofocar el intenso bochorno que reinaba en el ambiente. Con el cambio del eje del planeta, los monzones desaparecieron, toda la zona tropical se vio afectada y no tardó en desaparecer dando paso a extensas zonas desérticas donde una gota de agua se cotizaba cien veces más que el más preciado de los metales. Para Lawan, aquella noche estaba siendo una de las más calurosas que podía recordar. Llevaba más de veinte años cocinando los más famosos moo sa-te de todo Chiang Mai; una receta que su madre había heredado de su abuela que a su vez heredó de la suya y así había ido pasando de generación en generación. Había estado todo el día preparando las deliciosas brochetas que vendería esa misma noche.