CAPITULO 32

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La academia de reparadores estaba a las afueras de New LA, un vasto complejo en forma de anillo. Con sus diez kilómetros de diámetro, estaba construido a base de proteno y cristal, una extraña combinación ya que, si bien el proteno era un metal indestructible, el cristal lo volvía altamente vulnerable. Desde hacía años se había convertido en una de las pocas construcciones hechas por el hombre que era visible desde el espacio, tal y como en otras épocas lo fueron las ya desaparecidas pirámides de Egipto y la larga muralla china. En el espacio interior del anillo estaban los campos dedicados al entrenamiento; simuladores de ciudades y otros lugares donde los cadetes se entrenaban y enfrentaban a situaciones cotidianas y de asalto. Justo en medio se levantaba una gran cúpula que guardaba el centro de comunicaciones y cerebro de toda la academia.

No fue nada complicado para el grupo de reparadores conseguir un pase de acceso para el profesor y con la multitud de gente que se movía por las instalaciones fue fácil conseguir entrar sin levantar sospechas. El tubo de transporte los llevó a través de las montañas rocosas y los valles de agua hasta llegar al BigEye, nombre con el que se había bautizado a la cúpula central. Tras acceder, se dirigieron hacia una de las salas de captación donde esperaban poder descifrar el DDA y acceder a su contenido. La sala Argón era una de las bibliotecas de información más completas de toda la Unión, una biblioteca a la antigua usanza solo que las altas y blancas estanterías en lugar de estar cargadas de libros estaban llenas de viales multimedios; unas placas que contenían conocimientos, estudios e información de todo tipo. En el centro de la sala estaban los paneles de consulta. Solo hacía falta solicitar el tema para que el vial se activase y los hologramas mostrasen su contenido.

—Ese es el lector que os comenté —indicó Mac señalando un extraño artilugio que había en uno de los extremos de la biblioteca—. Se construyó hace tiempo, pero apenas se ha utilizado, pronto quedó en desuso.

—Lo reconozco, el gobierno de la federación construyó varios de estos hace años —indicó el profesor acercándose al aparato—. Básicamente analiza las moléculas y desencripta la información que se ha introducido en ellas.

—¿Eso analizará la piedra? —se interesó Breis escéptica.

—Eso espero —Kron levantó el DDA como intentando ver a través de él—. Se supone que crearon un cúmulo de moléculas y les dieron la forma de una piedra de metal de luz. Si estamos en lo cierto esas moléculas contendrán la información.

La máquina era un simple rectángulo metálico de unos setenta centímetros de altura y cincuenta por lado. No había mandos ni botones ni nada que les pudiera dar una idea de cómo activarlo. Todos estaban a la expectativa de lo que el profesor iba a hacer.

En la biblioteca aún había varias personas consultando y estudiando los viales. No había más remedio que esperar pacientemente a que acabasen. Una vez se marchó el último, fue Stone quien se atrincheró frente a la puerta para disuadir a todo aquel que intentara el acceso a la biblioteca.

Asegurada la zona y ante toda la expectativa de los presentes, Kron se acercó al lector y deslizó dos dedos por uno de los laterales, al momento una fina línea de color rojo se encendió. Colocó la palma de la mano en el centro de la parte superior y varias líneas de color turquesa empezaron a formarse en delgados caminos que empezaron a recorrer las paredes metálicas del aparato.

—Tecnología crown —indicó Mac—. Lo imaginaba. Hace años que no lo veía.

La tecnología crown se activaba con el pensamiento y había sido muy utilizada en los tiempos de la Federación de Planetas. Cuando la Unión derrocó a la Federación, el uso de la tecnología crown quedó prohibido debido a su alta vulnerabilidad y a la facilidad que tenía el sistema para ser hackeado.

TIME OUT. Legacy (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora