CAPITULO 44

78 19 13
                                    


El Alto Gobernador Rah se acomodó en el sillón de su impoluto despacho y apoyó ambas manos sobre el cristal blanco de la mesa. Los últimos informes cada vez eran más preocupantes. Desde su proclamación, su popularidad no había hecho más que caer en picado. Su pueblo lo odiaba, o al menos eso sentía él. Los apoyos de su gobierno eran nulos, estaba solo y la rabia que sentía alimentaba peligrosamente todo su ego. Lo último que ahora necesitaba era una rebelión, necesitaba sofocar de inmediato cualquier amenaza y por fin disponía de los medios para ello.

A través de la pantalla tridimensional, el Alto Gobernador seguía de cerca todas las investigaciones que Horemheb iba realizando. Gracias a los implantes de su secretario, él podía ver por la pantalla a través de sus ojos como si de los suyos se tratase. Todo lo que Horemheb veía, podía verse en directo a través de la gigantesca pantalla que había en el lateral de la sala.

La gran puerta del despacho se abrió y Horemheb entró acompañado de dos miembros de la guardia personal del Alto Gobernador. Nehmen-Rah apagó la pantalla y repicó con sus dos largos apéndices sobre la mesa de cristal.

—Señor.

—Espero que esta vez vengas a decirme lo que quiero oír —siseó con su desagradable voz.

—Hemos localizado el centro de la resistencia.

—Bien, ¿dónde?

—Eris

—Eris...

—Es un pequeño planeta en el borde del Sistema...

—Sé, donde está Eris —lo cortó.

En silencio se levantó de la mesa y con las manos en la espalda se dirigió hacia el gran ventanal del despacho. Los espesos nubarrones cubrían completamente los pisos superiores de la Torre Vega impidiendo cualquier vista del exterior. Era como mirar hacia la nada, y eso era precisamente lo que hacía Nehmen-Rah, no mirar nada. Tenía la mirada perdida en un horizonte inexistente, mientras su mente maquinaba con precisión su próximo movimiento.

—Las antiguas minas de Eris se han convertido en el cuartel general de los insurgentes. Allí se han concentrado y están almacenando armamento pesado.

—Interesante... —silbó, sin dejar de mirar por la ventana.

—Talos Nádrik está al frente.

—Nádrik... —su mente iba a mil por hora.

—Hay más. —Tragó saliva.

—Nádrik ha conectado con un pequeño grupo aquí, en la ciudad... un grupo de reparadores dirigidos por Skinwood.

—¡¿Skinwood?! —Nehmen-Rah se giró de golpe. Aquel nombre retumbó en el interior de su cabeza.

—Él es el profesor.

—¿Kálay Skinwood es el profesor?

—No señor, Kron Skinwood, el padre del joven Skinwood.

Nehmen-Rah empezó a mover sus dos largos apéndices compulsivamente.

—Creía que esa vieja cucaracha había muerto...

—Él, junto con el equipo de reparadores han conseguido liberar de Odisseus a Kálay Skinwood, señor —Horemheb era muy consciente de que lo que acababa de decir iba a despertar toda la ira del Alto Gobernador.

—¡¿Cómo?! ¡No es posible! ¡¡Eso no es posible!! —voceó fuera de sí.

Un torrente de sangre negra invadió de repente sus venas dándole un aspecto grotesco, infernal.

—¡¡¿Dónde está el joven?!! —gritó.

—No sabemos...

Nehmen-Rah dio un fuerte golpe sobre la mesa que retumbó en los delicados tímpanos de Horemheb.

—¿Cómo te atreves a decirme que Skinwood está detrás de todo esto? ¡¡Como!! —ladró—. Y no bastante con uno, ahora resulta... ¡¡resulta que son dos!! —Se acercó a él con los ojos desencajados, a punto de salírsele de las órbitas—. ¡¿Cómo te atreves a presentarte ante mí diciéndome que no sabes dónde están?!

—Señor, —tragó saliva—, tengo a los mejores rastreadores trabajando tras uno de los reparadores: Deylan Green. Lo tenemos localizado y no tardará en llevarnos hasta los demás.

—Quiero resultados... Y los quiero ya... —siseó—. Voy a acabar con todo esto de una vez por todas.

Su voz sonó exageradamente tranquila provocando que un escalofrío recorriese de arriba abajo el espinazo de Horemheb. Estático como estaba, se quedó plantado en medio del despacho, congelado, totalmente aterrorizado.

Ni en sus más terribles pesadillas pudo imaginar lo que Nehmen-Rah estaba tramando.



Parece que se cabreó... y creo no va a traer nada bueno...

TIME OUT. Legacy (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora