CAPITULO 13

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Kálay despertó y abrió los ojos. Notó como la hinchazón de su ojo herido había desaparecido. Se palpó con la mano, todo parecía estar en orden. ¿Cuánto tiempo llevaba inconsciente? Levantó la tela con la que estaba tapado ¿Dónde estaba toda su ropa? Vio la herida cubierta con un paño, se incorporó y la destapó. El dolor había disminuido y la herida estaba cauterizada, sin duda Winter había hecho un gran trabajo.

Buscó la ropa a su alrededor, pero lo único que encontró fueron trozos de paños por todas partes. No había rastro ni de su pantalón ni de su camiseta. Tenía dos opciones, salir y pasearse desnudo por los pasillos del Arca o quedarse y esperar a que llegase Winter. La segunda opción le pareció la más adecuada así que, resignado, se envolvió con el trozo de tela y sentado en el camastro esperó.

—¡Vaya, ya has despertado! —exclamó Dárnel nada más llegar y verlo allí sentado.

Kálay se quedó muy serio viendo como aquel desconocido se metía en el nicho con él.

—¿Cómo te encuentras?

—Bien... gracias.

Los estridentes metales empezaron a sonar con fuerza. Kálay arrugó el ceño, molesto por el estruendo.

—Es el segundo toque —informó Dárnel—. Ya te acostumbrarás, suenan cada seis horas. Me llamo Dárnel, bueno en realidad mi nombre es Darnon, pero aquí todos me llaman Dárnel —sonrió animado.

—Yo soy Kálay... —se presentó desconcertado.

—No deberías moverte, la herida podría volverse a infectar y ya no me queda más inacuador. A ver, déjame echarle un vistazo.

—Está bien, está bien, no te preocupes —se apresuró a decir para evitar que le viese la herida.

—No seas minde, llevo varios toques cuidando de ti, ¡túmbate! Yo diré si está bien o no —dijo destapándole con mucho cuidado la herida—. Esto tiene muy buena pinta. Si, muy buena.

Gateó hasta su camastro y rebuscando en el cajón que tenía en su cabecera sacó un trozo de tela.

—Esto servirá —lo levantó en el aire orgulloso.

Se acercó a él y desenrolló la tela.

—¿Puedes ponerte de rodillas? Va a ser un poco complicado por la zona en la que tienes la herida, pero creo que si lo pasamos por aquí —con cuidado empezó a enrollar la tela por su cadera—, y por aquí. Sí. Al menos impedirá el roce con los pantalones.

—¿Has sido tú el que se ha ocupado de mi?

Dárnel lo miró y sin decir palabra sonrió.

—Lo siento, pensé que habría sido...

—¿El negrito? ¿Winter? —lo cortó—. Ha preguntado por ti... una vez —gesticuló como quitándole importancia.

—¿Cuánto tiempo...?

—¿Llevas inconsciente? Varios toques, unos cuantos días, para que me entiendas. No sabría decirte si cuatro o cinco.

Kálay se quedó parado, mirándolo, no sabría bien como definir a aquel tipo. A excepción de Red, todos los hombres del Arca llevaban barba, todos menos el individuo que tenía delante que lucía una tez fina, como de porcelana. Tenía unos grandes ojos color miel y se movía de una forma especialmente lenta y delicada. Si no fuese porque sabía que todos los miembros del Arca eran hombres bien hubiera jurado que estaba ante una mujer.

—Muchas gracias, Dárnel, te debo una.

—No tiene importancia. —Se sonrojó bajando la mirada.

TIME OUT. Legacy (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora