CAPITULO 42

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Abrió los ojos con la primera luz de la mañana. Apenas eran las siete de la mañana y olía a tormenta. Miró a su izquierda, sobre la cama había dos jóvenes desnudas abrazadas la una a la otra. Notó como su miembro reaccionaba al pensar en el juego que aquellas dos se habían montado la noche anterior. Ni siquiera sabía cómo se llamaban, pero tampoco le importó, para Deylan no habían sido más que un buen rato.

Desnudo como estaba se levantó, fue directo hacia la ventana y accionó el mecanismo de claridad. Una tímida luz invadió la habitación. Miró hacia el horizonte, como siempre los oscuros nubarrones dominaban el paisaje evitando que cualquier rayo de sol acariciase el suelo. Una de las chicas se movió emitiendo un pequeño gemido y dormida como estaba se agarró al pecho de su amiga. Deylan se las quedó mirando. Su pene reaccionó al instante. Necesitaba una buena ducha de vapor helado.

Condujo su libélula a toda velocidad para recoger a Kálay y dirigirse hacia el punto de encuentro. Kron los había convocado a todos de urgencia. Aparcó el vehículo en el lugar convenido y andando se dirigió hasta el local que le habían indicado. Breis le abrió la puerta.

—Eres casi el último —le soltó.

Su relación era cada vez más tensa. Después de la misión apenas se habían dirigido la palabra, Breis había conseguido su objetivo y escalado posiciones en el ranking de popularidad. Ya eran muchas las marcas publicitarias que reclamaban su imagen que, a menudo, aparecía en las gigantescas pantallas de los rascacielos de todo New L.A. pero ella quería más, visto lo lejos que le quedaba Kálay, ahora lo quería a él y Deylan, lejos de aceptarla, la evitaba a toda costa.

—Deylan, Kálay —saludó Winter.

—Vaya, tu por aquí... pensé que estarías bien lejos... —Deylan se sorprendió de verlo allí.

—Convencí a Winter de que se uniese a nosotros —lo cortó el profesor.

—No es reparador.

—Tampoco lo soy yo —Kálay salió en su defensa.

—Es diferente, no compares Kay.

—Necesitamos a gente que se una a nuestra causa para llevar a cabo la misión que se nos ha encomendado.

Kálay puso los ojos en blanco al oír a su padre. Empezaba a creer que su madre tenía razón y que todo aquello se había convertido en una verdadera obsesión para él. Estaba irreconocible, aquel no era el padre que él recordaba, era una persona totalmente diferente a la que apenas conocía. Evidentemente no podía negar la estima que sentía por él. Era su padre, pero algo había cambiado.

Por su parte, Deylan sabía que en el fondo el profesor tenía razón y no dudó ni un instante de que Winter sería una buena incorporación al equipo.

La puerta volvió a activarse y Stone apareció junto con Drake. Segundos después llegó Mac.

—Solo faltan Dragane y Constance y ya estaremos todos —apuntó Mac después de saludarlos a todos—. ¿Os habéis dado cuenta? Volvemos a ser nueve.

—Ninguna de las dos va a venir hoy —puntualizó Kron—. Constance sigue como piloto de SKY y Dragane está con ella. Están dentro y son nuestro contacto.

—¿Qué sabemos? —Deylan quería ir al grano.

Kálay se limitó a escuchar, sin quererlo se encontraba en inferioridad de condiciones. Al igual que Winter, no era reparador. Tampoco su padre, pero la experiencia de este estaba fuera de toda duda y nadie negaba sus cualidades que, unidas a su exagerado entusiasmo, lo convertían en un líder nato.

TIME OUT. Legacy (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora