CAPITULO 25

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—Señor, en una hora aterrizaremos en Juno.

El barón Rah apenas parpadeó. Se limitó a levantar su mano y con un gesto indicarle al joven asistente que se retirase.

Era su nueva y más creciente obsesión. Durante siglos, la gran luna había permanecido camuflada debido a su gran proximidad con el planeta Júpiter. Una vez descubierta, la bautizaron con el nombre de Juno, en honor a la esposa del dios romano. Las fuerzas gravitatorias del gigante planeta dominaban toda la actividad sobre la inestable superficie de Juno. SKY se hizo con el monopolio de la misteriosa luna y en poco tiempo lanzó varias expediciones para descubrir los bienes que la luna podía ofrecer. La sorpresa llegó cuando se descubrió lo que contenía el núcleo de Juno: una fuente de energía inagotable y superior a cualquier otra conocida. Apenas unos gramos serían suficientes para impulsar una nave cien veces por encima de la velocidad de salto actual, lo que superaría con creces la velocidad luz y permitiría a la raza humana la tan ansiada expansión por el universo. Lo que inevitablemente iba a suponer un importante reabastecimiento armamentístico para afrontar los posibles peligros que esa expansión pudiese conllevar. La nueva fuente de energía ofrecía un sinfín de posibilidades como armas mil veces más potentes que las nucleares, listas para concentrar todo su poder en un solo rayo capaz de atravesar a toda velocidad el sistema solar.

Durante años se trabajó en la construcción de una estación de extracción, pero pronto se dieron cuenta del peligro que suponía la nueva fuente de energía. Su extremada volatilidad, unida a la inestabilidad de la luna la convertían en un verdadero coctel explosivo, sí que la luna y todas sus instalaciones fueron clausuradas.

La ambición sin límite del barón lo había llevado en el último año a reabrir las instalaciones y conseguir el control total de la luna y de sus recursos. La nueva energía se bautizó como Elión y para extraerla, SKY había retomado la construcción de la estación que debía estar en completo funcionamiento antes de que acabase el año. Nehmen-Rah se dirigía hacia la inestable luna para supervisar las obras. Lo tenía todo calculado, en una primera fase, una vez la estación de extracción estuviese operativa, se iniciaría la fabricación de los nuevos y potentes motores de propulsión Elión. La segunda fase supondría la venta de la nueva arma que iba a revolucionar a todo el sistema y encumbrarlo hacia lo más alto. Ya nada detendría sus planes y una vez consolidado, se autoproclamaría como el nuevo Alto Gobernador, aplastando a todo el que se opusiese a sus propósitos de llevar a la humanidad hacia su nuevo destino.

Eran ya muy pocas las veces que se acordaba de su anterior vida. El nombre de Richard Lansky cada vez se disipaba más en su mente, había encontrado el motivo de su existencia y se auto convencía de que él era el nuevo mesías que debía guiar a la raza humana hacia una nueva y gloriosa existencia. Con Kálay neutralizado ya no tenía de qué preocuparse, ya no había nadie que pudiese perjudicarlo ni hacerle sombra. Lejos quedaban los días en los que con SKY había dominado el mundo; muy pronto dominaría todo el sistema solar como cabeza de la Unión y lanzaría su expansión por el universo. Había llegado su gran momento.

El suave traqueteo lo alertó de la inminente llegada. La atracción que ejercía Júpiter sobre la luna dificultaba el acercamiento de las naves, para solucionarlo, SKY había creado un campo de fuerza que protegía como una coraza la superficie lunar. Una especie de caparazón que impedía la influencia que el planeta ejercía sobre la superficie de la luna a la vez que daba estabilidad y protección a la atmosfera artificial de Juno. La coraza había sido el primer gran logro del barón.

La nave cruzó la primera puerta ionosférica y se colocó en la zona de cuarentena. Una vez cerrada, y asegurada la limpieza molecular, se inició el proceso de abertura de la segunda puerta que les daría entrada a la luna. Nehmen-Rah se acercó al gran ventanal y con las manos cruzadas en la espalda observó el áspero paisaje lunar de Juno; la vasta extensión de piedra gris se extendía a todo lo ancho del horizonte. El barón conocía perfectamente los problemas que la inestabilidad de la luna Juno había causado durante toda la construcción de la estación y se vanagloriaba de haberlos resuelto y de haberla convertido en el nuevo bastión de SKY. Ni tan siquiera el descubrimiento de los viajes en el tiempo podía hacer sombra a su nuevo proyecto. Aquella nueva fuente de energía iba a suponer un antes y un después y el barón era muy consciente de la importancia de aquel proyecto y de lo que podía llegar a conseguir con él.

TIME OUT. Legacy (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora