Segunda puntada

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Antes de que llegaran los papas de Melissa mi casa ya se había llenado de marines tal y como lo prometió él militar, mientras preparaba bocadillos en la cocina con mi amiga para entregar a la pequeña multitud de asesinos congregados en mi casa escuche la regadera, mi madre se había levantado y había decidido darse un baño, dudo que eso signifique que saldrá, tengo que hablar con ella, no es posible que le deje toda la responsabilidad que implica un funeral a su hija cuando esto es asunto suyo, si lo vemos de otro punto de vista mi madre está siendo cobarde, inmadura e irresponsable, tan como las madres que votan a sus bebes al nacer, quizás no es la mejor comparación pero es la más común.

Hoy en día es muy normal que una mujer que se embarace si no es capaz de conservar a su hijo lo deja a cargo de otra familia y se va de la ciudad, nunca lo he entendido, que de complicado podría tener tomar una maldita pastilla o usar un condón, a mí nunca me se me ha complicado y si pasará él peor de los casos un aborto estaría bien, yo hubiera preferido que mi madre me abortara a tener que conocer el caos que existe aquí, a tener que vivir con odio hacia él hombre que me engendro, a tener que vivir con él rechazo de la sociedad, si mi madre no me amara tanto como lo hace y no me lo demostrara yo ya hubiera optado por él suicidio, no quisiera ver más muertes, no quisiera escuchar más disparos o bombas, no quisiera estar viva.

Si los papas de Melissa llegan tendrán que llamarla por teléfono porque dudo que la encuentran entra tantas personas (claro, si podemos llamarles a estas Bestias despreciables personas, yo los llamaría cavernícolas) la casa esta tan llena que apenas se puede caminar, posiblemente me será más fácil escabullirme a la hora en que estén orando, posiblemente ni noten mi ausencia, las personas que lleguen de mas tendrán que quedarse afuera.

Fue como si llamase al papa de Mel con él pensamiento porque en seguida sonó su celular y cuando mire la pantalla decía 'papa' ella respondió y se tapó él oído con un dedo creyendo que eso le ayudara a escuchar mejor, en sí hay mucho ruido, todos afuera hablando a la vez hace que al cerrar los ojos te imaginéis un mercado.

-Bueno -Melissa habla en voz fuerte - sí, ya le he dicho. No, no hay nadie del cole además de mí... No tengo idea. Está bien papa.

Melissa se queda en silencio un momento y luego asiente antes de colgar, mira su celular otro rato y al final me queda viendo a mí.

-¿vienen para acá? -preguntó

-sí

Melissa me regala una sonrisa

-¿y qué más?

- creo que viene mi hermano

-¿aquí?

-sí, sabes que tú papa lo motivo para que se reclutara en él ejército, él lo admiraba

Quiero girar los ojos pero él hermano de Mel significa mucho para ella y no quiero arruinar su felicidad

-como si mi papa fuera la gran cosa

Estaba decidida a lanzar otros de mis discursos inspiradores de odio sobre mi padre cuando una voz conocida vino de atrás.

-por favor no comiences, no aquí -dice en un tono casi suplicante

Me giro para ver a mi madre, está muy relajada, unas horas antes de que se quedara dormida su rostro estaba seco y sus ojos hinchados de tantas lágrimas que había derramado. se mira mejor, se mira como la mujer de la cual estoy perdidamente enamorada, amo a mi madre, normalmente las adolescentes y jóvenes creen que odiaran a ambos padres toda la vida, sueñan que en cuanto trabajen se irán de sus casas con los amores de su vida o solas pero yo no, yo solo odio a mi padre pero no lo he odiado siempre, cuando era niña y no sabía lo que hacía, antes de que aquello sucediera yo lo quería pero luego se perdió y fue a la guerra y mi amor se fue con él porque la guerra no paro y un día supe lo que verdaderamente hacia ahí.

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