Puntada 27

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Me había quedado dormida, cuando desperté ya era de noche y estaba muriendo de hambre, estire un poco los brazos antes de levantarme, me vi al espejo y noté que esa chica no era la misma de hace tres semanas y lo peor era que no sabía cuál de las dos quería ser.

Muy dentro de mí deseaba ponerme mi antigua ropa, maquillaje y volver a ser la misma chica despreocupada que era antes, a la que le importaba un bledo lo que dijeran de ella, la que había dejado de escuchar noticias para no entristecerse con los sucesos de la guerra, la que tenía sexo con cualquiera para ser feliz a pesar de lo horrible que pasaba en el mundo, en realidad quería volver a ser esta chica porque ya no me sentía del todo feliz.
La nueva chica frente al espejo quería que dejaran de trapear el piso con su reputación, la chica que mis ojos observaban atentamente se interesaba en hacer algo para contribuir al fin de la guerra, esta chica ya no quiere tener sexo con cualquiera porque es una chica enamorada, es una mujer que está por cumplir su mayoría de edad y no está pensando en cómo celebrarlo sino en cómo merecerlos.

Quisiera ser un poco de ambas, quisiera regresar a mi parte relajada pero conservar la poca madurez que tiene, abro los cajones de mi closet y saco toda la ropa de mi vieja yo que no quiero conservar, lo único que conservo de ahí es la ropa que traía puesta de los días que estuve con Shawn, tienen un significado especial para mí pero no la mezclo con la ropa que conservare, la dejo aparte.

Me río para mi sola porque pienso que Shawn ni si quiera se debe acordar que traía puesto el día que nos conocimos, los hombres no suelen recordar ese tipo de cosas, a veces ni siquiera las mujeres, quizás cuando Shawn salga de mi vida hasta querré quemar esta ropa.

Me meto al baño y recuerdo cuando me golpee, que torpe que fui, en serio fue algo realmente estúpido y siento que nunca dejare de avergonzarme por ello, el agua se siente diferente aquí, tibia, refrescante, completamente maravillosa, ni si quiera me dan ganas de salir de ella pero el estómago me está comenzando a doler, tengo mucha hambre.

Salgo del baño y escojo algo decente para vestir, una mezcla de la chica loca de hace tres semanas y la no tan loca que soy ahora, un pantalón Jeans negro ajustado al cuerpo y una camiseta sin mangas, me coloco un pequeño chaleco encima para cubrir mis hombros y brazos además ya es de noche y hace frio a pesar que aquí no es tan helado como en el pueblo.

Abro la puerta, salgo a la sala pero ella no está, Thomas tampoco, los busco en la cocina y los encuentro cocinando y platicando hasta que me ven y dejan de hacer lo que estaban haciendo.

- Bet –dice mi madre pero antes de que pueda continuar la interrumpo
- Lo siento madre –no quiero decir lo siguiente delante de Thomas pero lo digo de todas formas–siento no ser la hija que esperas, lamento decepcionarte todo el tiempo.
- Tu no me decepcionas Bet
Es muy incómodo hablar de esto frente a Tom, niego porque no quiero hablar más del tema, no solo por Thomas sino porque es algo que quiero olvidar, aún me duele lo que dijo hace unas horas, no trataré de hacerme la mártir yo me conseguí sola la mala reputación, yo la deje sin decir a donde iba, yo hice que se molestara, no he sido la hija modelo, nunca lo he sido y no merezco tener una madre como ella.

- Por favor no quiero hablar de eso, tengo mucha hambre – le digo
- Ya vamos a terminar de cocinar, espera afuera en un momento te llevamos la comida
- Gracias –le sonrío
No hice lo que me pidieron, fui directo al ordenador a buscar la memoria, ya no estaba, la busque pero al no encontrarla regrese a la cocina, mi madre y Thomas venían saliendo con nuestra comida, les quite la mía de las manos y la coloque en el comedor, nos sentamos y entonces le pregunte si la había visto, ella me dijo que se la había dado a Thomas, me contaron que él le estuvo explicando mejor su causa y que ella está dispuesta a ayudarlos ¿Cómo estar enojada con mi madre después de eso? Es un alma noble, es difícil creer que alguien como ella fue “una chica fácil” como yo.
- Thomas ¿le dijiste de mi padre? –el niega e inmediatamente mi madre queda atenta – mamá hay algo que tengo que decirte –este es el momento, ella merece saber la verdad –mi padre está vivo
Ella abre los ojos como plato y ahoga un alarido, esta noticia puede ser tan fuerte como cuando le dijeron que murió, ella niega.
- Vaya ¿no pudiste esperar a que comiéramos al menos? –dice Tom
- Tú no te metas, este no es tu asunto
De regreso mi vieja yo, no puedo dejar de ser por completo quien soy, no me convertiré en una oveja mansa de la noche a la mañana.
- ¿Cómo? –pregunta mi madre -¿lo viste?
- Mi padre es quien dirige a la contra
La boca de mi madre se abre lentamente, ella la cubre velozmente con su mano, estoy sorprendida que no esté llorando o algo así, con lo bien que lo está tomando me animo a decirle todo lo que se pero como tengo hambre como mientras le confieso la verdad, al final los platos de Thomas y mío están vacíos y solo el de mi madre sigue lleno.
- Si no te vas a comer eso –le señalo su plato
- Toma –me lo extiende y lo acepto
- ¿quieres? –le pregunto a Thomas, el asiente
Divido la comida entre los dos, mi madre tiene la mirada perdida como tratando de asimilar todo lo que le he dicho,  comemos en silencio, al finalizar me siento satisfecha, tenía tanta hambre que aún no me llene por completo, aún tengo espacio para una ración más de comida, sin embargo no me levanto a buscarla, así estoy bien.
- Mamá –ella me mira indiferente –Thomas y yo tenemos que regresar
- Voy con ustedes
- ¿Qué? –decimos Tom y yo al mismo tiempo
- No mamá es peligroso
- No me digas lo que es peligroso –me reprende –te recuerdo que yo soy la madre, no eres tú la que me debe de andar cuidando, dije que voy y punto.
Su forma de hablar fue estricta ¿Cómo decirle no a eso? Miro a Thomas esperando que él sepa que hacer, mi madre no debería ir pero ella tiene razón, Tom tampoco puede contradecirla, se encoje de hombros, toma los platos y los lleva a la cocina para lavarlos.
- Mamá ¿estas segura que no quieres reconsiderarlo?
- No –me grita –quiero ver a tu padre
- No creo que él quiera verte ahora –le digo
- Por supuesto que no quiere verme –golpea la mesa – es un imbécil –mi madre esta que echa humo –mira que fingir su muerte, es un desgraciado ¿Cómo me pudo hacer esto a mí? Lo voy a matar
- Mamá
- Esto es inaudito Betzaida, envió a Thomas a espiarte durante años, no me dijo nada, trabajo con la contra y no me dijo nada, cure a su gente y nunca supe quiénes eran ellos, nunca supe quién era mi marido, me mintió todo el tiempo, por supuesto que no me quiere ver, no tiene cara para verme.
- Exacto, no sabemos quién es mi padre, quizás pueda matarte si te ve
- Tu padre no me mataría
- No, pero me mataría a mí –dice Thomas –no estaba autorizado a hablarles si quiera, no dudo que querrá matarme
- Cuando sepa de nuestro plan se olvidara de eso –le digo para calmarlo, quizás no lo haga, quizás lo mate de todas formas –si no, lo matas tu a él, no lo necesitamos para acabar con la guerra, nosotros somos suficiente
Thomas niega
- No es tan fácil Betzaida ¿tú crees que los rebeldes me seguirán a mi después de que lo mate? Ellos lo quieren a él
- Basta de hablar de matar a tu padre –me manda mi madre – cuando yo decía que lo mataría no hablaba en serio, no puedo creer que estés hablando de matarlo como si nada ¿Quién eres?
- Lo siento mamá
- Creo que es momento de irnos –sugiere Thomas, yo asiento y me levanto
- ¿tienes la memoria?
Thomas la saca de su bolsillo y me la muestra, me acerco a él y lo llevo un poco retirado de mi madre, hablo en voz baja para que ella no nos escuche.
- ¿Cuál es el plan? –le pregunto –la llevamos a tu casa, le ponemos esa cosa que me pusiste el otro día para dormirme…
- Cloroformo
- Si eso, la encerramos en la casa y nos vamos dejándola ahí
- No, si ella quiere ver a tu padre así lo hare
- ¿Qué?
- Betzaida, si quiero ganarme el respeto de tu padre y de tu madre tengo que imponerme, no puedo parecer un hombre débil ante ellos, si es necesario le apuntare con un arma a tu padre, hare lo que sea necesario para ganarme el derecho a quererte
- ¿Cuál derecho? ¿de que estas hablando? Para estar conmigo lo único que necesitas es que yo te quiera, no importa si tienes aprobación de mis padres, no estaré contigo porque no puedo corresponderte.
Tom se ríe
- ¿tú crees que es así de fácil? No Betzaida, no lo es, tu padre matara a Shawn en algún momento si te empeñas en seguir con él, eso no lo dudes, tu padre matará a cualquiera que esté interesado en ti y no sea de su agrado
- Mi padre tiene que cambiar
- El día en que tu padre cambien ese día yo dejare de amarte
O sea nunca
Mi madre fingió que aclaraba su garganta para llamar nuestra atención, ambos volteamos a verla al mismo tiempo.
- Iré por unas cosas, no se atrevan a irse sin mí –nos señala a ambos
Mi madre desaparece de nuestras vistas “es tiempo de correr” susurro y el niega, no lo decía en serio, el tonto de Thomas no entiende ni una broma, esperamos a mi madre, ella regresa con un bolso, me pregunto que lleva ahí.

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