Puntada 23

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Me volví a quedar dormida, volví a despertar en la madrugada, Thomas me había puesto la cobija encima, me levante de la cama, estaba durmiendo en una de las sillas, deseo que despierte con torticolis, deseo que le pasen cosas malas, deseo lo peor para él, si muere mañana estaré tan contenta como cuando supe que mi padre había muerto.

Lo miro sobre esa silla, tan relajado como siempre, lo detesto, miro hacia la cocina, unos cuchillos se hacen visibles, me acerco y tomo el más grande, utilizo  la yema de mi dedo índice para sentir el filo, no tiene tanto pero sirve para matar a alguien, acaricio mi muñeca tal como si fuera a cortarme las venas y luego miro a Tom, me acerco a él, mi respiración es cada vez más pesada, el odio se ha ido acumulando, lo quiero matar, lo voy a matar.

Estoy frente a él, no es consciente de que la chica a la que él quiere esta parada de pie frente a la silla en la cual prefirió descansar para que ella pudiera dormir cómodamente en su cama deseándo matarlo, ella lo mira con un odio tan grande como el amor que puede sentir él por ella.

Mi mirada es completamente lo opuesto a sus miradas, mis sentimientos son lo opuesto al suyo, mi corazón sin embargo es prácticamente tan oscuro como el de él, recuerdo la primera vez que lo observe dormir, me parecía inofensivo como ahora ¿Quién pensaría que este hombre es capaz de matar sin remordimiento? Tiene más fe en su causa que la que yo tengo en mí para matarlo.

¿Y si simplemente lo golpeo hasta dejarlo inconsciente? Vuelvo mi rostro hasta la cocina ¿Qué tal si le doy un golpe en la cabeza con esa paila? Luego puedo amarrarlo, torturarlo y escapar. Lanzo el cuchillo contra la pared, gruño, eso es tan idiota, mis pensamientos asesinos son tan estúpidos que me molestan, no puedo hacerlo, él sabe dónde vivo, me buscaría después y podría matar a mi madre, tendría que matarlo y yo prefiero morir antes de matar a una persona, no importa cuanto lo merezca yo no soy una asesina.

Thomas se despertó con el ruido, se removió en la silla muy asustado, sospecho que se ha hecho daño el mismo por la brusquedad, me sonrió, Thomas me mira un instante, tengo el ceño fruncido, no puedo ver bien su expresión porque aun esta oscuro.

- ¿Betzaida?

Esta temblando, eleva una mano para intentar tocarme, no lo detengo, espero paciente para doblársela, quiero generarle mucho dolor, pone su mano sobre mi brazo, esta helado, no me importa es el momento, lo agarro y doblo, el grita y se zafa fácilmente.
- Por una mierda ¿Qué te pasa? –me dice
No respondo, el camino y enciende una luz, ahora puedo ver su expresión, está molesto pero no más que yo, mira el cuchillo que tire al piso, lo recoge y lo levanta hacia mí.

- ¿querías matarme? – percibo dolor en su mirada – Brian tenía razón, eres una desconsiderada, querías matarme a pesar de todo lo que yo he hecho por ti.
- ¿lo que has hecho por mí? ¿Qué has hecho tú por mí? –le grito
- Te he protegido todo el tiempo, te he cuidado, te he dado comida y un techo
- ¿de qué se supone que me proteges? Porque últimamente solo me han pasado cosas malas y tú eres una de ellas –le apunto con el dedo
- ¿eso crees?
Me violaron, me secuestraron, mataron a todos mis compañeros de clase y al hombre que quería, mi mejor amiga se fue ¿esas no suenan como cosas malas?
- No tienes idea de lo que he pasado
- Se todo lo que has pasado
No, no lo sabes respondí en mi mente
- ¿Qué es lo que sabes?
Thomas coloca el cuchillo encima de un balde, camina hacia mí, no me muevo lo dejo que se acerque, nos dividen alrededor de 5cm, lo miro directo a los ojos, recoge su cabello alborotado detrás de sus orejas, humedece sus labios y no sé si me va a besar o me va a dar una respuesta.
- Te ves fatal – me dice –cuando desperté y te vi creí que eras un fantasma
Lo empujo lejos de mí, está intentado cambiar de tema ¿Qué es lo que sabe de mí? ¿Cómo es que lo sabe? ¿En qué le beneficia saber cosas de mí? ¿Por qué? Tom se ríe, cree que me he molestado por lo que dijo, me molesta que no responda.
- No me importa cómo te veas, siempre me vas a gustar
Es inútil no me va a decir nada, regreso al cuarto molesta, espero que no me siga pero él me ignora  y lo hace de todos modos
- ¿Por qué estas enojada conmigo? –pregunta a mi espalda
- ¿no se supone que lo sabes todo de mí?
- Se lo que te pasa no lo que sientes, si no fueras impulsiva ni si quiera sabría cómo eres pero tú me has ayudado a conocerte mejor
- ¿yo? ¿Cómo? ¿de que estas hablando? –me giro para verlo
- Estoy muy enamorado de ti Betzaida
- Yo estoy, estaba, no, estoy enamorada de Shawn, que me digas lo que sientes no cambiara en lo absoluto mis sentimientos, que lo hayas matado no hará que lo deje de querer.
- Yo no lo mate – se acerca y pone sus manos sobre mis hombros – yo le salve la vida
- ¿Qué?
- Shawn es hijo del hombre al que más odian todos en esta ciudad, si se daban cuenta que estaba con nosotros intentarían secuestrarlo para matarlo, por eso no deje que te quedaras con él la primera noche, te lleve con nosotros para poder llevar a cabo mi plan, le pedí a Olaf que lo sacara de la casa, le entregue las llaves del vehículo, me volví en contra de mi propio equipo solo por ti, traicione a mis hermanos para que ese chiquillo estuviera a salvo porque no quería causarte sufrimiento, no quería que sufrieras otra muerte.
- ¿A dónde lo llevaste?
- Por una mierda –exclama molesto –te acabo de decir de lo que soy capaz por ti y tu solo te preocupas por saber dónde está ¿no te preguntas el peligro en el que me he puesto?
No
- ¿esta? ¿Shawn “esta” vivo?
- Si – responde desilusionado
- Dijiste que
- Dije que no era lo que parece y no me hiciste caso ¿Cuándo vas a poder confiar en mí?
- Cuando me digas toda la verdad
- Yo –gruñe - ¡ah! No puedo, ya he dicho demasiado, decirte todo podría implicar mi muerte y quizás la tuya

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