Tercera puntada

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"¿estás bien?"

El joven se agacho para ayudarme a levantarme, en cuando levanta la mirada noto lo apuesto que es, como sacado de una película, es alto, cabello castaño, ojos café claro y una piel muy pálida, es más guapo que ninguno de los chicos que estudian conmigo, incluso más guapo que los chicos deportistas, se supone que en las películas, libros y "vida real" los chicos populares que están en la escuela, pertenecen a algún equipo de deporte, sobre todo los líderes son apuestísimos pero en mi escuela no pasa eso.

Los chicos de mi colegio no me parecen tan lindos y las animadoras no son más bonitas que yo, quizás la mayoría de chicos guapos se fueron a la guerra y murieron ahí, porque los que están en mi colegio no son ni la mitad de bellos que este.

"estoy bien" le sonrió y me levanto aceptando su mano, él me sonríe de vuelta y estoy a punto de derretirme cuando me muestra los dientes, giro para ver a mi madre y ella está de espaldas a mí, como si se avergonzara de lo que hace.

- ¿pasa algo? – su voz suena melodiosa en mi mente, quizás es efecto del golpe

- No ¿tu estas bien?

- Si, disculpa no me fije que venias

- Fue culpa de ambos, yo gire muy rápido

- ¿estabas llorando?

- ¿Qué?

- Puedo verlo en tus ojos ¿tu conocías al difunto?

- Si, era mi padre

- Oh, lo siento

- No lo sientas –borro mi sonrisa

- ¿si puedo ayudarte con algo?

- Si puedes, sácame de aquí, llévame lejos de toda esta locura

- Dame un minuto, no te muevas

El chico desaparece unos minutos, mientras lo espero observo a mi madre terminar el cigarrillo, no debería juzgarla, no soy una santa, yo me emborracho a veces. El mayor con el que había hablado antes se me acerca y me informa del entierro, será mañana a primera hora así que tengo el resto de la madrugada para perderme con el chico guapo.

El joven regresa y en ese momento soy consciente que no sé nada de él pero así lo prefiero porque si conozco más de él podría enterarme de cosas que no me gusten y eso evitaría que guarde un buen recuerdo de buena compañía.

Al acercarse me muestra unas llaves de un auto, mi madre me está observando y yo solo me encojo de hombros, ella sabe lo que significa, sabe que me iré con él y sabe lo que estoy pensando en hacer, ella lo sabe todo, ella me conoce mejor que nadie, ha sido mi confidente, la razón principal por la cual me dejaba salir era porque siempre le contaba con detalles lo que pasaba.

- ¿Dónde quieres ir? –me pregunta cuando esta frente a mi

Donde tú quieras es una respuesta que le daba a los otros y siempre me llevaban a un hotel pero este chico no es como los otros, quiero pensar que es diferente aunque yo lo vaya a usar para lo mismo, normalmente los hombres creen que me usan, son tan ilusos e idiotas que no se dan cuenta que soy yo la que los utiliza, si yo los llamo ellos vienen corriendo como perros, son capaces de dejar a sus novias plantadas por venir conmigo.

- Llévame lejos, a un lugar donde estemos solos, necesito olvidar que estamos en guerra y que está muriendo tanta gente.

- Claro –me sonríe y yo le sonrió de vuelta

Me guía hasta el Jeep, me abre la puerta como todo un caballero pero no me gusta que lo haga eso es sexista y además tanta caballerosidad me fastidia, educan a los militares de esta forma, no quiero pensar en el como un asesino.

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