—¡Tom! —Julio se levantó de la cama de golpe, con el teléfono en la mano y cara de haber visto a un muerto—. ¡Tom! ¡Tom! ¡Tom! —andando a zancadas por la casa, bajó las escaleras descalzo y corrió hacia la cocina, donde el olor de la carne cocida hizo gruñir su estómago. Sin embargo, contuvo las ganas que tenía de devorarlo todo para encarar a su marido—. ¡Tom! —Le llamó por enésima vez, mientras el susodicho levantaba el rostro, sonriéndole con calma.
—¿Ya terminaste con el cuarto? —Preguntó, para luego tomar su celular de la mesa y comprobar la hora—. Ya sé que son vacaciones, pero se está haciendo tarde —murmuró haciendo una mueca.
—No vas a creer lo que pasó —dijo con los ojos muy abiertos, al tiempo que se acomodaba en la silla frente a Tom.
—No hay ningún fantasma en el cuarto, ya te lo dije, estás imaginando cosas —acostumbrado a los arranques de locura de su conyugue, Tom regresó la atención a las naranjas que tenía en las manos y continuo pasándolas por el exprimidor.
—¡No es eso! ¡Acaba de llegarme un mensaje de mi madre! ¿Sabes lo que dice? ¡Que saquemos el traje de novia que guardó en nuestra bodega porque Juliana se casa pasado mañana! —Julio movía las manos como loco y hablaba sin hacer una sola pausa.
Tom frunció el ceño, recordando a la estirada Juliana de la Vega. Venga, vale, era una chica muy seria para su edad y muy guapa. A todos sus primos les gustaba la muchacha, sin embargo, los abuelos de la misma la cuidaban como perros. El abuelo de Tom una vez le dijo que los De La Vega planeaban recuperar el esplendor de su familia, con una unión matrimonial (tan anticuado como sonaba, la mayoría pensaba que era una posibilidad real).
—Vaya...—murmuró imaginándose que el viejo maldito por fin había conseguido su cometido.
—¡A que no sabes con quien se va a casar! —Julio golpeo la mesa, logrando que Tom levantara el rostro, sorprendido por el exceso de energía que estaba mostrando esa mañana.
—No me lo imagino —contestó encogiéndose de hombros ¿Qué rayos le estaba pasando a Julio?
—¡Pues con tu primo! ¡Tu primo! ¡Se escaparon juntos! ¡Joder! —El pobre se estaba volviendo loco, pegaba de carcajadas y movía las manos.
Tom parpadeo, tardando un momento en procesar lo que le estaban diciendo. Cuando por fin su cerebro hizo click, el cuchillo y la naranja se le cayeron de los manos. Julio pegó un grito en medio de su algarabía, algo como "Tu jodido primo" pero Tom no alcanzó a escucharle bien porque se encontraba digiriendo la información.
—¿Quién? —preguntó mirándole con confusión. Como si no terminara de creerse lo que le estaba diciendo.
—¡Tu primo! —Dijo señalándolo con el dedo—. ¡Romero!
La boca de Tom se abrió de par en par, mientras se imaginaba a Romero escapándose de casa con Juliana de la Vega.
—¡Joder! ¿Cómo carajos? ¡Demonios! —mientras aquel conocimiento se hacía más real dentro de su cabeza, sin darse cuenta se levantó de su lugar y terminó contagiándose de la locura de Julio.
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Espérame al otro lado del abismo (LCDVR #2)
Romance(LGBT+) Julio y Tom han peleado durante prácticamente toda su vida. Ellos han correteado detrás del otro como idiotas hasta que un día Julio comienza a ignorar a Tom y este, confundido, explora una atracción desconocida por su acérrimo enemigo. ...